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| lunes diciembre 23, 2024

Nacido en Jerusalem, ISRAEL

A pesar del dictamen de la Corte Suprema de los Estados Unidos, mi bisnieta nació en Jerusalem, Isra


 

Fue el mejor de los tiempos, y fue el peor de los tiempos.

La semana pasada fue uno de esos increíbles momentos en los que la inmensa alegría tuvo que convivir con un dolor sin paralelo. La alegría fue por un regalo personal que me hizo el Gobernador Supremo del universo, un regalo que en realidad no puede ser descrito. El dolor fue causado por la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, una decisión que no puede entenderse.

Primero las buenas noticias: mi nieta tuvo una hermosa bebé. Eso me permite agregar el prefijo bis a mi título de abuelo, y para aquellos que aún no han experimentado una bendición como esta, déjenme explicarles un poco lo que significa.

Sí, los nietos son algo maravilloso. Son como tus hijos pero sin la exasperación; los generadores de orgullo sin el requerimiento de un cuidado y disciplina constantes. Los nietos, como dijo un humorista, “son el regalo que te da Dios por no haber matado a tus hijos”. Pero los bisnietos… ah, ellos son una categoría totalmente diferente. Los bisnietos llegan cuando somos lo suficientemente sabios como para entender su valor, para apreciar su potencial, para reconocer cómo pueden validar el significado de nuestras vidas. Nos hacen comprender el profundo sentimiento de amor que creíamos que conocíamos en nuestros corazones. Como dicen, justo cuando creías que sabías qué es el amor, ahí vienen los bisnietos…

Mi bisnieta nació en Jerusalem. Ahora mismo yo estoy en Israel. Y junto con su nacimiento, ¡vinieron las noticias de Estados Unidos de que yo soy el bisabuelo de una niña nacida sin país!

Cediendo ante la presión política, la Corte Suprema de los Estados Unidos ha dado respaldo legal a la que probablemente es la perversión más irritante de la historia: Jerusalem no es Israel. La santidad de la tierra santa, el corazón de su santidad y la fuente de su conexión con nuestro pueblo durante milenios, ha sido cruelmente negada, como si las decisiones de Washington pudieran modificar la realidad histórica y como si las opiniones con motivaciones políticas pudieran deshacer el linaje de la Ciudad de David y su selección por parte de Dios como la capital de la tierra santa.

Es una notable ironía que la elección misma de Jerusalem como el lugar apropiado para el Templo es en la zona correspondiente a la tribu de Benjamín. ¿Qué hizo que esta tribu fuese merecedora de este honor más que las otras tribus? ¿Por qué la capital de Israel fue situada en la tierra que había sido designada para el más joven de los hijos de Yaakov?

La tradición judía nos enseña que fue para enfatizar una gran enseñanza. Hay un momento en la vida de Yaakov que deja perplejos a nuestros sabios. Al encontrarse con su hermano Esav, Yaakov —por miedo e injustificado respeto— se reverenció ante él. Y así hicieron también los hijos de Yaakov. El Templo sagrado no podía ser construido en territorios pertenecientes a judíos que se reverencian y que son serviles. Benjamín fue el único que no participó en este acto de servilismo. Benjamín fue el único que no se reverenció ante Esav… porque aún no había nacido. Así que por eso es que Jerusalem tenía que estar en la tierra de Benjamín. Para que sepamos y recordemos por siempre que la santidad no teme ante lo profano, que la santidad no hace concesiones ante lo malvado, de forma que el lugar del Templo —donde se desarrolla nuestra cercana relación con Dios— nos dé siempre el coraje y la fortaleza para hacerles frente a quienes buscan destruir nuestra fe y a nuestro pueblo.

Y por eso es que encuentro tan destacable que cuando lamenté que mi bisnieta fuera —según el dictamen de la Corte Suprema de los Estados Unidos— una “mujer sin país”, un amigo intentara consolarme diciendo que sólo se puede “aceptar el dictamen de la Corte Suprema y agachar la cabeza en señal de reverencia”. Porque esa es exactamente la única cosa que ni yo ni cualquier otro judío debe hacer ante este endurecedor insulto a nuestra capital espiritual.

¿Reverenciarnos ante la sabiduría de la Corte Suprema, cuyos tres jueces judíos dictaminaron en contra del ancestral vínculo entre los judíos y Jerusalem? Por nada en el mundo debería olvidar —yo o cualquier otro judío— que Jerusalem es la ciudad de Benjamín. Por Jerusalem nunca nos reverenciaremos ante quienes están en nuestra contra, ni nos quedaremos silentes ante quienes buscan nuestra destrucción.

En las palabras del salmista, siempre declararemos: “Si me olvidase de ti, oh Jerusalem, deja que mi mano derecha olvide [su habilidad]” (Salmos, 137:5).

Así que permítanme compartir con ustedes que, de acuerdo a la “Corte” más importante —no la de los Estados Unidos, sino que la del universo—, mi bisnieta nació en Jerusalem, en el país de Israel.

 
Comentarios
Obed Padilla Núñez (Pastor Presbiteriano)

JERUSALEM, es la ciudad de Dios, es la capital de Israel; será la capital del reino milenial del Mesias y es la figura de la Nueva Jerusalem, la celestial en Dios mora siempre. Por lo tanto ningún país en la tierra por poderoso que sea podrá disponer, de quien es, a quien pertenece o quiénes deben vivir ahí. Los únicos que tienen derecho son los hijos de Abraham, Isaac y Jacob y sus descendientes, porque a ellos Dios les heredó esa región.
Esta es una verdad histórica, aunque los pueblos del mundo estén cegados por su odio hacia los judíos. Un odio injustificado, un odio que lo ha llevado a cometer los crímenes contra un pueblo cuyo delito ha sido ser creyentes en Dios.
Pero este status continuará hasta que la mano del Soberano Dios lo determine. Hasta que él cambie las cosas, tanto en el corazón de Israel, como en el de los demás pueblos.

¿ Cual es el derecho que les asiste a estos Supremos satrapas para decidir sobre lo que corresponde en este caso?

El Tribunal Supremo de USA no es capaz de leer la Historia Sagrada que está en la Biblia.

Nosotros, Católicos de herencia Hispánica, no dudamos en proclamar nuestra solidaridad con el Pueblo de Israel
del cual nació Nuestro Señor Jesucristo y al cual pertenecen todos los primeros discípulos, los Apóstoles y Mártires.
El atropello del cual es objeto hoy será castigado por Dios. JEV

Alejandro Mandil

Que tal si la Corte Suprema de Israel declare

Alejandro Mandil

Que tal si la Corte suprema de Israel declare que los únicos ciudadanos auténticos de Norte America son las tribus indias que fueron masacradas sin piedad por los invasores proveniente de Europa?

Lucas Alfredo Morán González

Yo soy de un país con fuertes vínculos con Israel: Guatemala. Soy cristiano evangélico y todos los Hnos. en Cristo Jesús, oramos por la paz de Jerusalem y creemos firmemente que Jerusalem es la capital única e indivisible del Estado de Israel. Los palestinos fueron expulsados por el reino Hachemita de Jordania y son asesinados por los terroristas de ISIS y del Estado Islámico y el mundo antisemita no dice nada, se queda callado, ah, pero si Israel los atacara aún en defensa propia como ha sido siempre, ahí si condenarían tal acción. ¡La ONU es hipócrita! Israel no está obligado a devolver los territorios ocupados pues de ser así ¿por qué no devuelve Inglaterra el Peñón de Gibraltar a España y las Islas Malvinas a Argentina o bien Chile la salida al mar a Bolivia? Además, ¿por qué Jordania no le busca una patria a los descendientes de los palestinos que dicho reino expulsó? Así que: ¡Viva el pueblo de Israel y su capital por los siglos de los siglos, Jerusalem. De todos modos ya lo dijo Jehová de los Ejercitos que en Jerusalem establecerá su reino milenario.

Rene Landivar

Esto lo veo como un ridiculo mas de los tantos que hay en el mundo especialmente esta llamada corte de Estados unidos.tomemolos como unas bestias que no saben nada de la historia del Pueblo de Dios ISRAEL,soy Cristiano Catolico,mejor dicho volviendo a lo aqnterior,no quieren asimilar la realidad de nuestro siempre amado Israel.Diodispondra a su debido tiempo apliocar su Justicia,sigamos con la frente alta .reland.

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