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| sábado noviembre 23, 2024

¿Recién ahora se da cuenta?


El Secretario de Estado norteamericano John Kerry está preocupado.

«Sé que a veces, pueden formularse comentarios en público, pero luego las cosas se desarrollan de otra forma», dijo acerca de un discurso sumamente hostil y agresivo pronunciado en Teherán por el líder supremo de Irán, el Ayatollah Khamenai, sobre Estados Unidos.  «Pero si esta es la política, es muy preocupante, y tendremos que esperar y ver».

Kerry se refería al discurso de Khamenai en el que dijo que los gritos de «Muerte a Estados Unidos» y «Muerte a Israel» que se oían en Teherán «reflejan el sentir de la mayor parte de nuestra nación», aclaró que Irán no deja de lado sus ambiciones nucleares, que Estados Unidos es arrogante y no hay nada en común entre su visión de Oriente Medio y la de Irán, y que Irán continuará «ayudando a sus amigos» en la región, lo cual fue interpretado como una continuación del apoyo al terrorismo y grupos dedicados a desestabilizar los regímenes de sus respectivos países.

¿ «Si esta es la política, es muy preocupante»? ¿Lo dijo en serio Kerry? O sea… ¿Recién se da cuenta?

Es difícil, desde hace mucho tiempo, hallar la lógica en las decisiones de la administración Obama respecto a Oriente Medio.

«Sus amigos ya no les creen y sus enemigos ya no les temen», nos dijo tiempo atrás un experto en la política de Estados Unidos, el Profesor Avi Ben Tzvi de la Universidad de Haifa, en una entrevista en la que analizaba el apoyo que Obama había dado a los Hermanos Musulmanes en Egipto, acelerando de hecho la caída del entonces Presidente Husni Mubarak. Que Mubarak era autoritario, nadie lo puede dudar. Pero que la Hermandad Musulmana no aportaría a la moderación, tampoco.

Y ahora, el acuerdo nuclear con Irán, por el que la responsabilidad, claro está, no es solamente de Estados Unidos sino también de las potencias europeas, aunque el tono central lo dio, sí, el Presidente Barack Obama.

No dudamos de las buenas intenciones ni de Obama ni de su Secretario de Estado John Kerry. Nunca concordamos con quienes, por criticar posturas de Obama respecto a algunas políticas del gobierno de Israel, pasaban a tildarlo de antisemita y enemigo de Israel. Creemos que eso no es cierto en absoluto. Pero sí consideramos firmemente que Obama y su equipo han cometido varios errores, al no lograr leer a fondo la dinámica de Oriente Medio, al no comprender su funcionamiento y su mentalidad.

Cuando hace unos días se firmó el acuerdo nuclear con Irán, que sólo congela y no neutraliza definitivamente el plan nuclear de la República Islámica, además de la preocupación que nos embargó, también sentimos cierta pena ajena. Imaginábamos a las autoridades iraníes riéndose en Teherán de Estados Unidos y Europa, de Obama y Kerry, de sus palabras sobre seguridad en la región y el gran logro histórico. Y abrigábamos la esperanza de estar totalmente equivocados.

El tiempo lo dirá.

Pero no hay que esperar mucho para captar la gran diferencia entre las declaraciones de la administración Obama y las que se formulan en Teherán. No las del Canciller Mohammed Zarif, abocado a la diplomacia, un hombre simpático que sabe lidiar con las cámaras. Las que cuentan son las del líder supremo de Irán, el Ayatollah Khamenai, no sólo porque él es el que manda, sino porque es quien refleja la política del régimen, sin vueltas ni consideraciones diplomáticas.

«Sea aprobado o no el acuerdo, nunca dejaremos de apoyar a nuestros amigos en la región y el pueblo de Palestina, Yemen, Siria, Irak, Bahrein y Líbano», declaró Khamenai. «Tampoco después de este acuerdo  cambiará nuestra política ante la arrogancia de Estados Unidos», recalcó.

Quizás sea necesario «traducir» estas palabras, y recordar que con eso de  «apoyo a nuestros amigos», Khamenai se estaba refiriendo a dinero, armas y apoyo bélico a elementos desestabilizadores en la región. Para él «el pueblo de Palestina» son los grupos radicales que no aceptan la posibilidad de paz con Israel, que están comprometidos con «la lucha armada». Nunca apoyó ni a Yasser Arafat en la época de las negociaciones con Israel, ni luego a la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas, cuando sobre la mesa estaba el proceso de paz. Siempre estuvo del lado del Frente de Rechazo que lo desafiaba

. En Yemen, la guerra no cesa, en Siria ya lleva más de cuatro años y cientos de miles de víctimas, en gran parte civiles, y cuando habla de Líbano, eso tiene nombre y apellido: Hizbala,  uno de los grupos más peligrosos no sólo para Israel sino para la propia normalidad de Líbano, que ha llevado la guerra siria a territorio libanés, debido a su apoyo al régimen del presidente Bashar el-Assad , avalado también por Irán.

Pero Khamenai tiene su propia versión de las cosas:

«Los norteamericanos llaman a la resistencia libanesa de terroristas y ven a Irán como quien apoya al terrorismo, por su apoyo a la libanesa  Hizbala, aunque son ellos los verdaderos terroristas que crearon al Estado Islámico y apoyan a los engañosos sionistas».

El gran problema  es que aquí no se trata solamente de ideologías enfrentadas a nivel filosófico. Esto tiene implicaciones prácticas muy concretas.

Según el acuerdo con Irán, próximamente comienzan a levantarse las sanciones económicas impuestas a la República Islámica, lo cual le supondrá una entrada de aproximadamente 1000 millones de dólares. Mientras John Kerry asegura que el plan nuclear de Irán es el primer paso para controlar sus ambiciones generales, tanto en Israel como en los países del Golfo Pérsico, temen que la gran mayoría de ese dinero sea canalizada al apoyo del terrorismo. El pueblo iraní salió a las calles a festejar, pero no está claro en absoluto cuánto verá del dinero que se gane al levantarse las restricciones.

Kerry continúa asegurando que Estados Unidos considera de gran importancia reforzar la seguridad de sus aliados en la región. Se refiere tanto a Israel como a los estados del Golfo, más que nada Arabia Saudita.

El problema de fondo, es que sus convicciones-al menos las que proclama públicamente-respecto al resultado del acuerdo, están basadas inevitablemente en la palabra de Irán, en dar crédito a la misma. El pasado no tan lejano debería ser suficiente para que ningún gobernante responsable crea con facilidad en lo que promete Teherán.

Dos de las principales instalaciones nucleares iraníes, fueron secretas durante años, hasta que por información de Inteligencia se las descubrió. Durante años Irán mintió a la Agencia Internacional de Energía Atómica. No respondió a sus preguntas sobre la dimensión militar del programa nuclear.

Y otro problema grave, es que el acuerdo separa totalmente el tema nuclear del apoyo al terrorismo y las violaciones de derechos humanos dentro de Irán. Hace pocas semanas, civiles iraníes fueron ejecutados por no observar el ayuno del Ramadán. Y los ejemplos son numerosos.

Pero el acuerdo, en la práctica, está dando legitimidad al peligroso régimen  de la República Islámica, peligroso para su pueblo, para sus vecinos y el mundo en general. Cuesta realmente concebir que Kerry y sus pares, no entiendan aún cuál es «la política» de Irán. Es exactamente la que manifestó Khamenai en Teherán. Así que siguiendo la lógica del propio Secretario de Estado, «es preocupante..muy preocupante».

 
Comentarios

Burro, ignorante, mala leche o sólo es lento de entendimiento.

La historia de los imbeciles se escribe así<. ahora esta preocupado en no caerse otra vez de la bicicleta…

Preocupa que en las palabras ellos no concuerden con los hechos.

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