Hasta el verano de 1929, Hebrón gozaba de una sana convivencia que se remontaba a fines del siglo XV cuando los judíos sefaradíes llegaron huyendo de la Inquisición española, como lo hicieron en muchos otros confines del Imperio Otomano. Estos judíos y otros asentados en Hebrón, provenientes del Magreb y de países árabes vecinos hablaban en árabe, y vivieron durante centurias en armonía con sus vecinos.
A mediados del siglo XIX judíos ashkenazíes provenientes de Europa también se instalaron en Hebrón y en 1925 fundaron la Yeshivá Knesset Israel-Slobodka. Vivían separados y sin conexión con los sefaradíes y ese aislamiento originó recelos y suspicacias entre los árabes que los identificaban como inmigrantes sionistas.
Había inquietud en el verano de 1929 en Jerusalén. Tres judíos y tres árabes habían muerto en los disturbios que siguieron a la arenga del Gran Mufti en el Monte del Templo. En las comunidades árabes había corrido el rumor de que los judíos estaban masacrando a los árabes, que miraba con recelo la creciente inmigración judía llegaba a Palestina.
El viernes 23 de agosto de 1929 el malestar hizo eclosión. Jóvenes árabes hostilizaban a los estudiantes de la Yeshivá arrojándoles piedras. Durante la tarde asesinaron al estudiante Schmuel Rosenholtz que se encontraba solo en la casa de estudios.
Esa noche los temerosos judíos encontraron refugio en la casa del rabino Yaacov Slonim, que poseía un arma y estaba preocupado por sus feligreses, muchos de los cuales fueron muertos allí.
Al día siguiente, sábado, los árabes asediaron el lugar, cada vez en mayor número, armados con palos, hachas y cuchillos. Mujeres y niños arrojaban piedras y destruían la propiedad judía. Solo había un policía en Hebrón en esa época del mandato, por lo que las turbas depredaban sin resistencia.
Los invasores le ofrecieron al rabino un trato: Si todos los estudiantes de la Yeshivá eran entregados a los árabes, respetarían la vida de los judíos sefaradíes. Yaacov Slonim rechazó el trato y fue muerto en el acto. A continuación, fueron asesinados 12 sefaradíes y 55 ashkenazíes.
Algunas familias árabes trataron de salvar judíos. Así sobrevivieron cientos de judíos que fueron ocultados y que luego fueron llevados por un policía al cuartel de Beit Romano donde se refugiaron. Allí permanecieron sitiados durante tres días, rodeados por miles de árabes que bajaban de los montes al grito de “muerte a los judíos”, e Intentaron vanamente derribar los portones del lugar. No obstante, los sitiadores permitieron que diez judíos se trasladasen cada noche para enterrar a los 133 muertos y rezar las oraciones de duelo en el antiguo cementerio judío de Hebrón.
Cuando todo terminó los sobrevivientes judíos fueron obligados a trasladarse a Jerusalén. Algunos pocos intentaron volver, pero fueron expulsados por las autoridades inglesas cuando comenzaron las revueltas árabes.
Como resultado de la Guerra de la Independencia de Israel, en 1948 quedó Hebrón en manos de la Legión Árabe del Rey Abdullah y, como el resto de la Cisjordania, fue anexada a Jordania.
Desde de la Guerra de los Seis Días en 1967 hasta los acuerdos de Oslo en 1995 permaneció bajo control militar israelí. En enero de 1997 el Presidente de la OLP, Yasir Arafat, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dividió la ciudad en dos sectores: 144.000 palestinos quedaron en el sector H 1 bajo la tutela de la Autoridad Palestina y 30.000 palestinos y 500 colonos israelíes bajo la égida de Israel. Estos últimos formaron cuatro asentamientos: Beit Hadassah, Avraham Avinu, Beit Romano y Tel Rumeida. Posteriormente, en las adyacencias colonos judíos formaron el asentamiento de Kiryat Arba que, según el censo de las autoridades palestinas de 2007, son 7.000 almas.
En 1994 un judío fundamentalista asesinó a 29 musulmanes que rezaban en la Tumba de los Patriarcas.
Desde fines del año 2.000 hasta el 2003, once colonos judíos fueron muertos durante la primera Intifada.
En 2010 cuatro judíos de Hebrón fueron asesinados por terroristas palestinos y en 2014 fueron encontrados en Hebrón los cuerpos asesinados de tres adolescentes judíos, suceso que desencadenó el conflicto entre Hamas, en Gaza, e Israel.
Esta es la breve reseña de la ciudad donde Abraham, padre de árabes y judíos, compró tierras para enterrar a su esposa Sara. Una de las más antiguas ciudades del mundo, cuyos orígenes se pierden en los comienzos de la Historia, y cuyo porvenir resulta azaroso.
Ilustrativo y por demas elocuente relato, de un hecho histórico poco o mal conocido (y desde luego escasamente difundido) que situa una vez mas las cosas, en clave de barbárie extremista, ésa misma que tantos jalean hoy en dia, mientras que otros muchos se afanan en prodigar a sangre y fuego ante la pasividad permisiva y cobarde de una Comunidad internacional «ausente» …
¿Quien puede dudar al leer estos párrafos, que parecidos «ánimos» encienden hoy como ayer las depravadas mentes de quienes se proponen «remplazar» al Estado de Israel, por una republica islámica a semejanza de la promulgada por los ayatioláhs de turno? … nada desde luego induce a pensar lo contrario si nos atenemos a las soflamas vertidas en esa linea por imanes y demas ralea, y al genocidio perpetrado por el daesh y sus franquicias en ámplias zonas de Africa y Ásia, al calor de un discurso radical y fanatico …
Todo en este mundo es llamado a evolucionar (no siempre para bien) todo, exepto la carcomida y ráncia mentalidad islamista, la cual se aferra a elementos periclitados, de dudoso origen, y manifiesta falsedad, para imponernos a todos sus particulares y cavernícolas «códigos de conducta» so pena de «madrugarnos» antes de tiempo …
Me sonrio por ello, cada vez que oigo hablar de «islam moderado» en contraposicion con el unico que hasta la fecha conocemos, el único que viene manifestandose como tal ¿donde se esconde pues, ese otro «alternativo» del que muchos hablan pero ninguno ha visto? …
Defenderse ante él, es pues el recurso que le queda a Israel, y por extension a Occidente, si es que a este último aún le resta dignidad y redaños para ello …