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| sábado noviembre 23, 2024

Los ‘lobos solitarios’ palestinos no son tan solitarios


Se ha producido un interesante giro en la cobertura mediática de los recientes atentados palestinos contra israelíes.

Los apuñalamientos, atropellos y demás ataques árabes han sido incidentes “aislados”, según Associated Press. La corresponsal del New York Times Diaa Hadid hizo hincapié, en la segunda frase de un reciente despacho, en que los atacantes “parecían estar actuando solos y sin respaldo ni instrucciones de organización alguna”.

¿Por qué los principales medios y otros simpatizantes palestinos están tan interesados enpresentar a los atacantes como lobos solitarios?

El primer motivo es que muchos periodistas propalestinos esperan realmente que estos atentados supongan el inicio de una nueva ola de violencia popular, de una Intifada. Los últimos ataques “aumentan el temor a una nueva oleada de violencia”, según informaba AP, que no indicaba quién, exactamente, sentía ese “temor”. No tenía por qué hacerlo. Todos recordamos gran número de artículos en los medios internacionales que, hace unos meses, predecían una Tercera Intifada por parte de las masas palestinas.

En realidad, los simpatizantes palestinos desean que se produzca esa violencia. Esperan que con ello se expulse a los israelíes del resto de Judea y Samaria. Se sienten verdaderamente sorprendidos y decepcionados cuando uno o dos atentados resultan ser sólo eso, un par de atentados, y no forman parte de una oleada a gran escala de violentos ataques diarios contra los judíos israelíes.

Con los años, diversas autoridades estadounidenses han realizado declaraciones que se aproximaban peligrosamente a una justificación de la violencia palestina. En el año 2000 el asesor de seguridad Nacional del presidente Bill Clinton, Samuel Sandy Berger, afirmó que la violencia palestina no era una maldición, sino “una bendición”, porque podría conducir a más concesiones por parte israelí. En mayo de 2014 un alto cargo estadounidense dijo a la prensa: “Los palestinos están cansados del statu quo. Al final conseguirán tener su Estado, sea mediante la violencia o acudiendo a los organismos internacionales”. Posteriormente, Haaretz afirmó que el autor de esas declaraciones era Martin Indyk, el enviado del presidente Obama a Oriente Medio; Indyk no lo ha negado en ningún momento.

El segundo motivo para tanto énfasis en la afirmación de que los últimos ataques son obra delobos solitarios es que ello supone una forma de librar a la Autoridad Palestina de cualquier responsabilidad al respecto. Los defensores de la causa palestina están ansiosos por defender a la AP de toda crítica. Las pruebas de su apoyo al terrorismo minan las posibilidades de lograr la creación de un Estado palestino. Ello podría poner en peligro la ayuda estadounidense a los palestinos, y hacer que los votantes israelíes apoyaran a partidos intensamente antiterroristas. De ahí que la imagen de la Autoridad Palestina deba ser protegida a toda costa.

Pero el New York Times y Martin Indyk no parecen haber considerado la posibilidad de que los israelíes extraigan una conclusión muy distinta de estos últimos ataques de lobos solitarios.

Puede que, con toda la razón del mundo, lleguen a la conclusión de que hay un motivo para que un palestino aislado, aun sin apoyo de organización alguna, decida apuñalar a un judío al azar o embestir con su coche a un grupo de judíos que esperan en una parada de autobús.

Puede que ello tenga que ver con lo que les enseñan en el colegio, con lo que ven en televisión y con lo que se predica en sus mezquitas. Los libros de texto de las escuelas palestinas enseñan a los niños que los judíos son malvados y que Israel debe ser destruido. Los programas de la cadena oficial de televisión de la Autoridad Palestina muestran a asesinos de masas como héroes y mártires a imitar. Los imanes de sus mezquitas acusan a los judíos de profanar los lugares sagrados musulmanes.

En resumen, los lobos solitarios en realidad no son tan solitarios, al fin y al cabo. Son producto de una cultura de odio y violencia que la Autoridad Palestina respalda y alimenta. “Hace falta un pueblo” para criar a un niño, según el famoso libro infantil de Hillary Clinton. El pueblo de la Autoridad Palestina está criando a una generación de asesinos.

© Versión original (en inglés): The Algemeiner

© Versión en español: Revista El Medio
 
Comentarios

La violencia palestina no es una maldición ni tampoco una bendición, ninguna de las 2. Es una bofetada en la cara, un baldaso de agua o un tirón de orejas al poder sionista para recordarle que sus abusos y crimenes contra los palestinos tienen consecuencias y que va siendo tiempo de poner buena fe en la búsqueda de una solución definitiva y dejar de estirar el asunto. Lamentablemente como siempre sucede en la historia quienes pagan las decisiones de los politicos no son ellos sino el ciudadano común de la misma manera que las decisiones tomadas en el Reichstag la pagaron los ciudadanos muertos bajo las bombas en Dresde.

Comentario al margen del tema del artículo. Se me acaba de ocurrir una idea brillante con la foto de ilustra este artículo y es que podría instalar una nueva moda mundial con esa imagen estampada en remeras como la moda de las remeras con la imagen del Che Guevara !!!. Solo le harían una pequeña modificación y en lugar que diga solo intifada le pondría World Intifida !!! 😀

La violencia ejercida por los «palestinos» no tiene nada de «inocente» como algunos parecen dispuestos a ver, respondiendo muy al contrario, a la estrategia ideada por la própia AP, y dirigida por sectores cercanos a Hamas
Nada casual pues, todo premeditado, teledirigido, medido y calculado, cuando de hostigar a Israel se trata …
La afinidad existente por otra parte, entre facciones yihadistas hostiles a Israel, facilita la colaboracion e interaccion de todas ellas en pos de un objetivo comun, que no es otro que el aniquilamiento, o en su defecto debilitamiento del LEGITIMO y DEMOCRÁTICO Estado de Israel … «abur»

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