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| viernes noviembre 22, 2024

El Islam y la tabula rasa


 

Con motivo de las trifulcas y las manifestaciones, los gases y los gritos que pronunciados en el Monte del Templo de Jerusalén se oyen en Europa, algunos líderes occidentales  manifiestan su preocupación cargando las tintas del lado judío, naturalmente. Ya se sabe que los palestinos y los árabes en general son buenos, y cualquiera  que no sea musulmán confeso puede visitar La Meca y besar la piedra negra o dar una vuelta por Teherán sin velo si es mujer. Los iraníes son unos maestros en eso de culpar a los otros de satánicos mientras ellos se codean con los ángeles del terror y el horror, ángeles que quieren vestir de blanca inocencia. Lo cierto es que así como en Israel cualquier visitante de buena voluntad puede aproximarse al Muro Occidental y dejar allí su plegaria o pronunciar su oración, Israel querría hacer lo propio en la explanada de las mezquitas, donde, según se sabe y está probado, estuvieron el santuario de Salomón y el palacio real de David. ¿Qué hay de mano en ello? ¿Por qué debería Occidente, que sigue la misma regla en sus iglesias y catedrales, criticar a los judíos por querer visitar, en los santos días de Rosh ha- Shaná o comienzos de año, sus lugares sagrados? Son los de siempre, los intolerantes de toda la vida, los musulmanes hijos de la ira y el orgullo, quienes arruinan la fiesta.

            Incluso el rey de Jordania protesta, cuando su padre masacró a cientos de miles de palestinos en el famoso Septiembre Negro ante el silencio de la comunidad internacional. Nada hay intocable, nada sagrado es sólo de unos cuantos. Y aunque lo fuera ¿no podría arreglarse con horarios para unos y para otros? Desde que Mahoma hiciera su aparición, y cada día no es más claro, todo lo que no sea él mismo-del Magreb a Indonesia, de las Filipinas a Irak-, todo lo que no sea el Islam y sus ideas, es anatema. Por tanto no hay un Islam bueno y otro malo, lo que sí hay en su seno es un fondo atávico de resentimiento y odio amén de la creencia de que antes de la Hégira el mundo estaba vacío y desordenado. Vaya por Dios: los fieles de la Umma no se enteraron, no se enteran ni se enterarán de la verdad, porque sus profesionales atizadores del fuego se ocupan de seguir envenenado el escenario. Sencillamente: para el Islam el otro existe únicamente como sujeto de conversión o enemigo a ultimar.

 

            Lo único que pasa en la explanada de Al-Aksa y en estos días, es que los judíos quieren celebrar por unas horas una de sus mayores festividades que, precisamente, tenía que ver con los templos hebreos, el primero y el segundo. Así que bien harían Holande y otros en callarse o en hacer un mínimo de esfuerzo por solicitar de sus queridos ex vástagos coloniales un poco de calma y serenidad, comprensión para la minoría judía en su tierra natal y en su geografía originaria. Por otra parte, será justo que Israel endurezca sus leyes, justo y necesario. A los sedientos de sangre ajena no hay que ofrecerle transfusiones, como el posible gasoducto que irá desde Israel a Gaza.  A cambio de qué, me pregunto; por qué debemos nutrir a la bestia una y otra vez intentando hacer buena letra cuando Occidente hace ya rato que lee lo que le interesa, calma su conciencia con donaciones y por su ceguera se enfrenta ahora con una inmensa ola de refugiados que de ningún modo deseaba. Algunos políticos israelíes de buena fe están preocupados por la imagen de Israel en el mundo. Tonterías: no nos querrán más y mejor por ser buenos y respetuosos con nuestros cervales enemigos. No nos palmearán la espalda por atender a sirios y palestinos en hospitales judíos en tanto que lo contrario-en Jordania, Libia, Marruecos, Arabia Saudita y el Yemen- eso no ocurre. La única, incontrovertible verdad, es que cada vez más tenemos que aprender nuevas técnicas de defensa y, si llega el caso, ataque. Los que nos arrojan una y otra vez piedras, como suele decirse, no están libres de pecado.

 
Comentarios

Las obras ofrecen a la postre, testimonio inequivoco del corazon que las impulsa, hasta el punto de resultar inconcebible cualquier acercamiento a un Di-s de Santidad, Justicia y Paz, por conductos que no se ajusten a estos parámetros
En otros términos, quien ampara, incentiva, se complace o ejecuta acciones viles y ofensivas ante Di-s, se convierte en blasfemo cada vez que invoca el Nombre de Di-s con el fin de justificarlas o promoverlas…
Quienes asolan, mutilan, secuestran, encarcelan, lapidan ahorcan, decapitan y masacran arbitrariamente y por doquier , se situan pues en la antípodas de lo que Di-s Representa, y por ende del Proposito que para la humanidad alberga, desde el instante mismo en que concebió dar forma a la especie a la que pertenecemos …
Aceptemos pues como válida, la máxima evangelica segun la cual, no existe árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que ofrezca fruto bueno … segun sea el árbol (la doctrina, los principios, la intencion …) asi será el frúto que en él florezca … a buen entendedor pocas palabras bastan …

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