Imagen: Peregrinos ascendiendo al Monte Arafat (imagen: arabnews.com)
El editorial sobre Eid Al-Adha (24 de septiembre, 2015) del diario qatarí en Londres Al-Quds Al-Arabi discutió el estado actual del mundo musulmán y lamentó el número de musulmanes que están masacrando a sus hermanos en los países árabes e islámicos. Este añadió que los musulmanes hoy se encuentran en pleno auge a una catástrofe sin precedentes que supera incluso la pérdida de Andalucía y Palestina.
Lo siguiente son extractos del editorial:
«¿Cuan tristemente engañoso es esta imagen, que no refleja el verdadero estado de esta nación: Un millón de musulmanes en simples atuendos blancos, simbolizando un estado de abstinencia y pureza, igualdad y compasión, yacen de pie en un solo lugar como una sola unidad, orando y ofreciendo súplicas a una sola deidad. A pesar de sus diferencias en color, nacionalidad, idioma y escuelas culturales y políticas de pensamiento, estos se ayudan entre sí a llevar a cuestas el esfuerzo de la peregrinación al Monte Arafat en pleno mediodía…
«Son estos peregrinos, estos sumisos creyentes, que alaban a Alá por la mañana y por la noche, entre aquellos musulmanes que se destrozan entre sí en más de un país, al punto de que sus tierras están inundadas de sangre y decenas de miles de ellos han sido asesinados o heridos desde el último Eid Al-Adha?…
«¿Hemos llegado a una situación en la que tenemos que redefinir el término ‘musulmán’?”¿Seguimos siendo aún un ‘ummah islámico’? Y somos aun ‘la mejor nación establecida para la humanidad’ [Corán: 3:110]? ¿O es que nos hemos convertido en ‘una nación de refugiados’? Son todavía los musulmanes ‘un solo cuerpo, en el que si un órgano se queja el resto de ellos se apuran a tratarlo y protegerlo’, [tal como dice el hadith]? ¿O se han convertido en un cuerpo en el que un órgano destroza a otro y conspira en su contra?
«¿Qué es lo que exportan los musulmanes al mundo hoy, que no sean imágenes trágicas de muerte, incendios, destrucción, miles de refugiados, crímenes contra la humanidad y organizaciones que llevan a cabo en nombre de la religión, un terrorismo que no tiene nada que ver con la religión?
«El muftí saudita dijo ayer en su sermón en el monte Arafat: ‘Villanos han surgido en nuestro medio, conocidos por su desviada moral e imprudencia, que se han apartado del [camino de] los musulmanes y que han dejado su medio y han acusado a los musulmanes de ser infieles y que han permitido asesinarlos en operaciones suicidas. Que destruyeron mezquitas de gente pacífica y erróneamente atribuyen sus palabras y pensamientos malvados al Islam».
«Pero lo que no nos dijo fue: ¿De dónde proviene esta gente? ¿No son ellos el producto de los males sociales y culturales políticos que han infectado al mundo islámico? ¿El cómo ha utilizado sus mentiras para transformar el asesinato de musulmanes y el atentar contra mezquitas en actos que acercan a sus autores más a Alá? ¡Cuán distantes están del hadith que dice que [incluso] destruyendo la Ka’ba piedra a piedra no es tan malo ante los ojos de Alá como el asesinato injusto de un solo musulmán?
«Más allá de los conflictos, complots, guerras y luchas, existe una verdad que casi ningún musulmán disputa hoy: de que están experimentando una catástrofe sin precedentes inigualable a cualquier otra en su historia – incluyendo la pérdida de Andalucía o Palestina – así como también la división interna que les hace retroceder a la oscuridad y lo sombrío de la Edad Media, mientras que el mundo que les rodea avanza hacia horizontes ilimitados de progreso científico y cultural.
«Tal vez los musulmanes trataran de dar explicaciones simplistas atribuyendo su debilidad y colapso a ‘maquinaciones externas’ – algunas de las cuales incluso pudieran ser verdad. Pero ¿Quién fue el que puso estos planes en práctica? ¿No fueron miembros de nuestro propio pueblo, nuestra religión y nuestra cultura? Obviamente, los musulmanes siempre estuvieron y han estado rodeados de enemigos que nos acechan. Pero el verdadero peligro que ahora amenaza sus vidas y no sólo sus tierras y recursos naturales, yace en su medio ambiente.
«Uno no tiene que ser un clérigo para saber que lo mejor sería si los musulmanes, quienes hoy masacran un sacrificio tras los rezos de las festividades, piensan en los musulmanes masacrados todos los días por sus ‘hermanos’ musulmanes en más de un país; en los niños huérfanos simplemente porque nacieron en una familia sunita o chiita, en las mujeres capturadas y violadas en nombre de la religión y de las familias que se lanzan al mar mientras huyen de la muerte en busca de una vida con un mínimo de dignidad humana.
«En última instancia y desafortunadamente, incluso si estas festividades y muchas más después que pasen, la verdadera festividad musulmana será pospuesta hasta el día en que las masacres ilegales a sus hermanos termine – y también hasta el final en que el demente impulso del ummah musulmán, o lo que quede de este, se suicide».
Alá está chamando seus filhos ao seu lado