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| domingo diciembre 22, 2024

El Elefante en la Habitación


El 3 de septiembre, 2015 sin haber llegado todavía pasado a los dos meses del anuncio el 14 de julio del Plan Integral de Acción Conjunto en Viena y su celebración en la Casa Blanca y en Europa, el Líder Supremo iraní Ali Jamenei soltó una bomba.

En un discurso ante la Asamblea de Expertos iraníes, este se retractó del acuerdo, exigiendo una nueva concesión: de que las sanciones sean «levantadas» y no «suspendidas» [1] Si ese término no es modificado, dijo Jamenei, no hay acuerdo. Si Occidente sólo «suspende» las sanciones, agregó, Irán solo «suspenderá» sus obligaciones. Dando mayor credibilidad a su amenaza, este anunció que es el Majlis iraní que debe discutir y aprobar el acuerdo (o no), ya que este representa al pueblo – cuando es bien sabido que la mayoría de sus miembros se oponen a este acuerdo y el Presidente iraní Hassan Rohani hizo todo lo posible para evitar que tal discusión se llevara a cabo en el Majlis.

Para colmo de males Ali Akbar Velayati, asesor principal de Jamenei y jefe del Centro para la Investigación Estratégica de Irán, dijo el 19 de septiembre que las negociaciones, concluidas y celebradas en menos de dos meses antes el 14 de julio, en realidad todavía «no han finalizado». [2]

La exigencia por Jamenei de reemplazar la palabra «suspensión» con el «levantar» las sanciones no es sólo semántica. Es un cambio fundamental, ya que el retroactivo de las sanciones – el principal mecanismo de seguridad de todo el acuerdo – no puede tener lugar con el «levantamiento» de las sanciones, sino sólo con la «suspensión».

Desde que Jamenei soltó esta bomba, los medios de comunicación occidentales han mantenido total silencio, como si se tratara de un asunto trivial no digno de mencionar ni mucho menos analizarlo.

Uno pudiera entender esta reacción por parte de los que apoyan el acuerdo. Tal vez estén sorprendidos, a una pérdida y por lo tanto esperar que si ellos pretenden no verlo, no existe. De hecho, esta es la política inútil adoptada regularmente por los avestruces.

Sin embargo, uno no puede sentirse sino sorprendido por el silencio por parte de los opositores al acuerdo, incluyendo – curiosamente – a Israel y a los republicanos estadounidenses. Uno esperaría que estos opositores se abalanzaran sobre la declaración de Jamenei e invocaran el infierno sobre el infanticidio de Irán al acuerdo de los dos meses. Uno pudiera esperar presentarlo al frente de un nuevo debate sobre el acuerdo en cualquier foro posible – en los Estados Unidos, la ONU y la UE

Pero nada.

Puede ser que estos opositores creen que el acuerdo es un hecho que no puede detenerse y que la actual administración estadounidense seguirá adelante con este sin importar su costo. Este enfoque no refleja realismo sino ignorancia. Obviamente, la administración quiere seguir adelante con el acuerdo. Pero el acuerdo ya no está en sus manos. Es Jamenei quien está lanzando una vara al ruedo, declarando que no aplicara el acuerdo que Occidente creyó había concluido el 14 de julio.

A fin de lograr que Irán ponga en práctica el acuerdo, el idioma del PIDAC tendrá que ser modificado y una nueva resolución del Consejo de Seguridad tendrá que ser aprobada. Aunque en teoría esto no sería imposible, esto requerirá de un nuevo proceso, lo que implica, por lo menos, un debate político público en Occidente – uno que revelara la falta de fiabilidad de Irán como socio y que costara la pérdida de un tiempo muy valioso. Y el tiempo no está del lado de la administración estadounidense.

En este momento, Irán se la expone casi a diario como el aliado de Rusia contra los Estados Unidos. Tres meses después del «histórico» acuerdo declarado por la Casa Blanca, Irán continua con su diatriba de «Muerte a Estados Unidos» y el ministro de relaciones exteriores iraní, el «héroe» del acuerdo, tiene que pedir disculpas en Irán por «accidentalmente» darle la mano al presidente de Estados Unidos. La verdad del acuerdo comienza a surgir y no es seguro que sucederá lo que Irán está ahora exigiendo.

Curiosamente, la primera reacción de la Casa Blanca fue sacudirse la demanda de Jamenei. Irán, dijo Josh Earnest, sólo debe hacer lo que se había comprometido hacer en el acuerdo y detener las aguas turbulentas. [3]

Una respuesta más sobria siguió. Había esperanzas de que la reunión fijada para el 28 de septiembre, entre el P5+1 y los ministros de relaciones exteriores de Irán, al margen de la 70ª sesión de la Asamblea General de la ONU, produjera una solución, pero esta esperanza fue en vano. El Presidente iraní Rohani regreso a Irán, con el pretexto de la tragedia del hajjen la Meca y nadie en Occidente sabe cómo proceder.

Los medios de comunicación occidentales, por su parte, están perpetuando su total oscuridad al tema, con la esperanza de que tal vez ocurra un milagro en las conversaciones secretas Estados Unidos-Irán, que esta administración ha estado llevando a cabo desde hace años. Pero incluso una concesión secreta de Estados Unidos no será una solución. Incluso si se ofreciese un compromiso secreto para eliminar las sanciones en su totalidad, Jamenei no estará satisfecho. Este desafió abiertamente a los Estados Unidos y necesita su capitulación pública. Este celebrara públicamente cualquier concesión secreta. Por otra parte, ninguna nueva concesión por Estados Unidos le pedirá a Jamenei realizar cada vez más exigencias.

Los desarrollos más recientes y el surgimiento de Rusia como un nuevo-viejo contrincante al poder respecto a los Estados Unidos en el mundo, particularmente en el Medio Oriente, sólo alentaran a Jamenei a aferrarse a su probado y verdadero aliado, Rusia. De hecho, esta administración no tiene objeciones al resurgimiento de Rusia en el Medio Oriente, pero la flagrante postura antiestadounidense de Rusia en cada lugar excepto en las privadas y melosas conversaciones Putin-Obama conducirá en última instancia, a incluso al más ciego de los demócratas a darse cuenta de que Irán es de hecho un enemigo de los Estados Unidos – tal como Irán lo declarara claramente – y que cualquier concesión de más a esta no tiene sentido.

Parece ser que la peor pesadilla de los partidarios del acuerdo – que Irán no cumpla con el acuerdo del 14 de julio – está a punto de suceder.

*Y. Carmon es presidente y fundador de MEMRI.

Notas al final:

[1] Véase MEMRI Despacho Especial No. 6151, Jamenei declara que no cumplirá el acuerdo si las sanciones son solo suspendidas y no levantadas 4 de septiembre, 2015.

[2] Fars (Irán), 19 de septiembre, 2015. Véase también MEMRI Despacho Especial No. 6162, Esperada reunión el 28 de septiembre en Nueva York entre los Ministros de Relaciones Exteriores del P5+1 e Irán puede significar la reanudación de las negociaciones en materia nuclear para tomar como tema las amenazas de Jamenei en su discurso del 3 de septiembre de que si las sanciones no son levantadas, sino simplemente suspendidas, no habrá acuerdo 21 de septiembre, 2015.

[3] Earnest dijo: «Lo que hemos indicado siempre es que una vez que se alcanzó un acuerdo, tal como lo fue a mediados de julio, de que nos centraríamos en las acciones de Irán y no en sus palabras y que seriamos capaces de saber si Irán continua con los compromisos que realizaron en el contexto de estas negociaciones. Y es lo que determinara nuestro camino a seguir aquí. Hemos sido muy claros sobre el hecho de que Irán tendrá que tomar una serie de medidas serias a fin de recuperar significativamente su programa nuclear antes de que se ofrezca algún alivio a las sanciones – y esto va desde la reducción de sus existencias de uranio nuclear en un 98%, desconectar miles de centrifugas, destripando esencialmente el núcleo de su reactor de agua pesada en Arak, dándole a la AIEA la información y el acceso que necesitan para completar su informe sobre las posibles dimensiones militares del programa nuclear de Irán. Y luego tenemos que ver que Irán comience a cumplir con el régimen de inspecciones que la AIEA pondrá en marcha para verificar su conformidad con el acuerdo. Y sólo después de que esos pasos y varios otros hayan sido completados con eficacia, Irán comenzará a recibir alivio a las sanciones. La buena noticia es que todo esto está codificado en el acuerdo alcanzado entre Irán y el resto de la comunidad internacional. Y en eso es en lo que nos centraremos, su conformidad con el acuerdo. «Whitehouse.gov 4 de septiembre, 2015.

 
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