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| lunes diciembre 23, 2024

¿Qué pasa con alguien que mató a un terrorista?

Durante las últimas semanas, cientos de miembros de las fuerzas de seguridad, paramédicos y civiles han respondido a graves ataques terroristas. Algunos de ellos son propensos a desarrollar reacciones postraumáticas. ¿Qué hacen los agentes de salud mental y cómo pueden abordarse estos problemas?


 

[Un intento de ataque es frustrado después de que el atacante es muerto a tiros en Abu Dis. (Foto: United Hatzalah)]

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Soldados de las FDI, policías de fronteras y otro personal de rescate que llegan a las escenas de ataques terroristas, todos tratan con eventos traumáticos y situaciones difíciles. Cuando la adrenalina finalmente disminuye, se ven obligados a lidiar mentalmente con las experiencias de estos violentos incidentes.

Las FDI y la Policía de Fronteras han establecido un sistema de apoyo para aquellos que podrían desarrollar reacciones postraumáticas, y hoy en día los oficiales de salud mental del ejército están más disponibles para las tropas que han estado expuestas a ataques terroristas en la actual ola de violencia. El oficial de salud mental se une al comandante en el campo para cada ataque terrorista, contacta a los soldados y visita a los heridos en el hospital. Como parte de las lecciones aprendidas de la Operación Margen Protector, todos los nuevos reclutas para posiciones de combate, a partir de agosto, han sido entrenados para proporcionar tratamiento inicial en la escena para cualquier reacción mental y emocional de sus camaradas de armas.

 

El Sargento Primero (res.) Itay (un seudónimo) luchó en una unidad de élite de las FDI durante la Operación Margen Protector y mató a un terrorista en la Franja de Gaza.

«Recuerdo haber visto al terrorista y fue claro para mí que si no lo mataba – él podría matarme a mí o a uno de los otros combatientes», dice. «Recuerdo desbloquear el seguro, apretar el gatillo y disparar una ráfaga. Cayó al suelo y no se movió».

Itay todavía puede contar ese momento, hasta el último detalle. «A veces las imágenes de este incidente me persiguen en la noche. Por mucho que intento reprimir el recuerdo de este incidente, no me deja. Creo que permanecerá conmigo durante todos los momentos importantes y significativos de mi vida. Aun cuando sé que este terrorista tenía que morir, saber que lo maté no me dejará en paz».

Itay es uno de los muchos soldados que han experimentado un trauma durante su servicio militar. «Después de ese incidente, tuvimos conversaciones con los comandantes y oficiales de salud mental e incluso fui a terapia. No creo que el incidente me dejó con estrés post-traumático, pero eso fue gracias a la terapia».

Según él, muchos combatientes que pasan por situaciones similares no quieren hablar sobre cómo se sienten y las experiencias por las que pasaron, y algunos mantienen las cosas reprimidas. «No se le puede describir a otro lo que pasa por tu cabeza cuando aprietas el gatillo y la bala golpea a una persona, en lugar de un objetivo de cartón», dice Itay.

Ser testigo de espectáculos horribles

Más de 70 terroristas han muerto por disparos de tropas de las FDI y de la policía fronteriza desde el comienzo de la actual ola de violencia. Junto con el éxito de las operaciones, las FDI son conscientes del hecho de que la tensión mental bajo la que están los soldados en las escenas de los ataques podría conducir a problemas que no necesariamente se manifiestan en el futuro inmediato. Funcionarios militares dicen que, hasta ahora, sólo ha habido un puñado de casos en los que soldados que resultaron heridos en un ataque, o cuyos amigos resultaron heridos, buscaron ayuda mental. Hasta el momento, no ha habido casos en los que soldados pidieran un descanso del deber operativo debido a un incidente que experimentaron.

Igual que durante la Operación Margen Protector, cuando decenas de agentes de salud mental ofrecieron una rápida ayuda inicial a los combatientes en las líneas del frente que fueron testigos de espectáculos horribles, la División de Judea y Samaria también recibió refuerzos de agentes de salud mental.

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[Una explosión en Beit Lahiya, Franja de Gaza, durante la Operación Margen Protector. (Foto: EPA)]

«Hay que recordar que el combatiente aprende fuerza mental en su formación inicial, en la que pasa por talleres que le permiten hacer frente a dificultades mentales que puedan surgir durante los combates. Estos no son nuevos reclutas que acaban de incorporarse», le  dijo a Ynet un oficial de alto rango.

«Estamos trabajando con los comandantes para ayudar a sus combatientes. Ahora, los oficiales de salud mental en el Comando Central estamos ocupados 24/7 en toda Judea y Samaria. En cada batallón, antes de iniciar su actividad operativa, los oficiales de salud mental ayudan a los comandantes y a los equipos médicos del batallón a repasar las instrucciones sobre qué hacer si se encuentran con una situación de estrés, qué reacciones podrían esperar de sus soldados, y cómo manejar este tipo de reacciones. Los oficiales de salud mental están trabajando sobre la marcha para evitar que surja la angustia».

«Los combatientes no son los únicos que enfrentan situaciones difíciles. Los paramédicos, equipos de rescate e incluso el personal ZAKA enfrentan situaciones complejas», dice la Dra. Gila Shen, jefa de la Clínica Cuerpo-Mente en el Centro de Salud Mental Geha y ex psiquiatra de la Fuerza Aérea. «Hay que darles la legitimidad para expresar sus sentimientos, y reconocer el hecho de que están experimentando una especie de trauma. Les explicamos que lo que pasó es algo normal en una realidad que es un poco anormal. Incluso mi hija, que era paramédica en el ejército, hace unos años estuvo involucrada en un ataque terrorista y fue expuesta a espectáculos difíciles, junto con los demás. Nosotros, sus padres, enseñábamos en un taller sobre procesamiento del trauma. En el pasado, nadie le habría dado importancia, pero hoy en día hay mucha más conciencia sobre este tema».

El diez por ciento necesitará terapia

El origen de la palabra «trauma» es griego y significa «herida». Post-trauma es una reacción causada por la exposición a un incidente traumático, como un ataque terrorista, un asesinato y a veces violación.

«No todo el que esté expuesto a un trauma necesariamente desarrollará reacciones postraumáticas», dice la Dra. Shen. «Si alguien sufre de síntomas post traumáticos durante un mes después de los hechos, es normal. Si dura más, hay que tener cuidado».

Un profesional de alto nivel en el campo de la salud mental dice que «Los síntomas de post-trauma aparecen después de un mínimo de tres meses, y los síntomas son generalizados. Los de un soldado en tales situaciones podrían ser idénticos a los de una mujer que fue asaltada sexualmente y sufre de post-trauma.

«No hay una singularidad al trauma de un soldado que mató a un terrorista, pero es un incidente muy significativo, por lo tanto trabajamos con él y no lo hacemos diciéndole ‘todo está bien, todo está bien’. De esta manera podemos asegurarnos de que a los siete meses no se despierte con pesadillas y desarrolle una respuesta post-traumática. Cada soldado tiene el número de teléfono del oficial de salud mental y recurrirá a él cuando sea necesario».

«Hoy sabemos que el 90 por ciento de las personas que pasan por experiencias traumáticas no tendrán que someterse a terapia, por lo que alrededor del 10 por ciento tendrá que ser tratado por profesionales», dice el Dr. Micky Pollack, psiquiatra del Sheba Medical Center en Tel Hashomer.

«Por lo general, se expresa en sueños y dificultad para dormir», continúa. En la mayoría de los casos, el ejército intenta resolver estos problemas a través de sus propios servicios, y sólo en los casos en que se convierten en algo más complejo los soldados van a un servicio de psiquiatría en un hospital.

La importancia de la familia

En el pasado los psicólogos y psiquiatras recomendaban «preguntar» después de un trauma, pero ya no más. «Solían tomar al soldado que había matado al terrorista inmediatamente después del ataque, y le preguntaban cómo se sentía», dice la Dra. Shen. «Las investigaciones han demostrado que, de hecho, preguntas inmediatas como esta, especialmente a alguien que no tiene deseo de hablar de eso, a veces pueden causar un daño aún mayor».

Los psicólogos llegaron a esta conclusión después de una prueba con soldados que habían luchado en la Operación Margen Protector. «No siempre está en las cabezas de los soldados en ese momento. Darles agua, que tengan un poco de aire -. Eso es absolutamente recomendable. Preguntarles – no tanto», añade Shen.

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[Fotograma de una grabación de un guardia de seguridad disparándole a un atacante durante un intento de ataque a la Puerta de Damasco, Jerusalén.]

En tal caso, ¿qué se debe hacer? De acuerdo a profesionales de salud mental, comandantes y colegas de soldados expuestos a eventos traumáticos, debe mantenerse un diálogo abierto con ellos.

El soldado tiene que hablar sobre sus experiencias con las personas cercanas a él. Sólo si se identifica un comportamiento inusual, corresponde la participación de profesionales de salud mental. «Es de gran importancia tener un grupo», añade la Dra. Shen. «Por supuesto que esto puede cambiar de persona a persona y de una situación a otra».

Oficiales y soldados de la policía de fronteras no siempre tienen interés ​​en compartir sus experiencias y sentimientos. Algunos de ellos lo ven como perjudicial para su ego masculino y rechazan la necesidad de terapia. «Para los combatientes, solo hay capacidad de respuesta parcial. En muchos casos, sólo la aparición de síntomas post-traumáticos que causan depresión y disfunción hará que busquen un profesional», dice la Dra. Shen. «Los comandantes tienen un papel muy importante, que es tratar de identificar qué soldados probablemente tendrán pos traumas – y deben animarlos a acudir a un profesional para tratamiento».

La preocupación por reacciones mentales negativas de los soldados y policías de frontera al ver a sus amigos heridos o al ver los cuerpos de los terroristas a los que les dispararon, ha llevado a algunas políticas nuevas. Durante las últimas semanas, los profesionales de salud mental han estado aconsejando al Comando Central de las FDI enviar un oficial de salud mental inmediatamente a la escena de cualquier ataque o intento de ataque, para que se involucre de inmediato, y no esperar hasta que hayan sido solicitados por las fuerzas de seguridad.

«El oficial de salud mental tomará contacto con los comandantes después de todo evento que haya dado lugar a lesiones. Cada oficial de salud mental visita a los soldados heridos en el hospital con el objetivo de desarrollar una conexión personal. De esta manera, si el soldado quiere ayuda, sabrá a quién recurrir», continúa la Dra. Shen. «Los oficiales de salud mental ya han estado en la escena en medio de la noche y caminaron proporcionando guía para el involucramiento. También hay soldados que han contactado a un oficial de salud mental a la luz de las tensiones y complejidades en el terreno, pero todavía no hemos tenido ningún soldado que haya dicho ‘no quiero pelear más’, y eso es un testimonio de la fuerza e independencia de los soldados».

«No sólo los profesionales de salud mental tienen un papel importante, sino también a la familia,» dice el Dr. Micky Pollack. «El soldado viene a casa menos comprendido, es menos paciente, propenso a las rabietas, frustrado y tiene gran dificultad para organizar la ayuda para sí mismo. Así que la familia tiene que aprender a lidiar con el cambio, así como extremarse para ayudarle a salir de esta situación».

Talleres de resiliencia

La Jefa Superintendente Idit Michael, quien supervisa la gestión de salud mental en la policía, explica una de las maneras de hacer frente a posibles síntomas postraumáticos por incidentes terroristas. «Trabajamos muy duro en una rutina con el fin de prepararlos. Vamos a todos los cursos en la academia nacional de policía. Un taller de resiliencia se celebra durante dos días, lo que les da respuestas y herramientas. También hacemos clases semanales, ejercicios y hablamos acerca de herramientas para hacer frente a diferentes situaciones.

«Tenemos una formación especial para los comandantes. El comandante es el que está en el terreno y que puede responder inmediatamente. Después de un evento tenemos un diálogo con quien abatió al terrorista, un tipo de investigación emocional, ‘¿cómo respondió, qué sintió, qué vio, qué le provocó a usted? Además, todos los que han estado en una situación como esta – ya sea un oficial de policía de fronteras o un oficial de la policía regular, recibirá una llamada telefónica del oficial de salud mental de la unidad para ver cómo está, qué podemos ofrecerle, si quiere una cita’», continúa Michael.

La Jefa Superintendente Michael dice que durante la ola de terrorismo se han producido dos referencias significativas para la oficial de unidad de salud mental. «Todos volvieron a su trabajo, nadie se negó a responder o a ser llamado a filas. Esto se debe a un sentido de misión y también de la sensación de estar en medio de una actividad de movilización, de alguna manera. Los policías obtienen retroalimentación de la población y cuando el frente interno los respalda, la motivación de los agentes de policía y soldados aumenta. Ellos están en el corazón del consenso. Se sienten elevados.

«Uno de los ingredientes de la resiliencia es la sensación que se es eficiente y que se tiene un papel necesario que jugar. Eso está en el corazón de la cuestión».

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4732126,00.html

 
Comentarios
Alejandro Mandil

Hay que dar todo el apoyo posible a estos héroes que luchan para eliminar la lacra terrorista.Cuando Israel quede libre de arabes en todo su territorio se acabarán estos problemas y se podrá finalmente vivir en paz.

Es increrible que soldados sientan remordimientos poa matar a quienes quieren eliminar a todos los judíos del mundo

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