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| lunes diciembre 23, 2024

Paris bajo ataque: algunas reacciones inauditas


Tras los atentados islamistas contra periodistas de la revista Charlie Hebdo y clientes en un supermercado kósher en Paris a inicios de año, los franceses recurrieron en masa a la lectura del Tratado sobre la tolerancia escrito por Voltaire en 1763. Oportunamente señalé en una publicación española que “uno debiera ser disculpado por pensar que, dado que los perpetradores habían sido musulmanes y las víctimas francesas, quizás quienes debían leer esa obra eran los musulmanes más que los franceses”, pero luego de renovados atentados jihadistas cometidos en Paris el mes pasado, esta vez contra comensales en restaurantes y asistentes a salas de conciertos, veo que la situación se repite. Según informó la prensa, el libro Paris era una fiesta de Hemingway (que narra el estilo de vida bon vivant de una Paris de antaño) pasó de vender diez ejemplares diarios a mil quinientos, y el tema clásico de John Lennon, Imagine, subió del puesto diez al dos de las canciones más bajadas y escuchadas de internet.

Supongo que es natural que un pueblo agredido responda con mecanismos de defensa psicológicos y que halle refugio simbólico en un mundo ideal y utópico. Más extraño -y preocupante- resulta ver a líderes mundiales reaccionar infantilmente.

A la Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstrom, le preguntaron en una entrevista con la televisión SVT2 de su país acerca del potencial radicalismo de los jóvenes musulmanes suecos. Esta fue su respuesta: «Por supuesto que tenemos motivo de preocupación, no sólo en Suecia sino en todo el mundo, porque hay tantos que se radicalizaron… Y además, nos recuerda la situación en el Oriente Medio, donde los palestinos ven que no hay futuro para ellos y tienen que aceptar una situación desesperada o recurrir a la violencia”.Et voilà, el ISIS mata a los franceses porque los israelíes oprimen a los palestinos. Las obsesiones políticas del establishment sueco -¿y europeo?- no se curan fácilmente.

Luego está el lapsus freudiano del Secretario de Estado John Kerry, pronunciado en conferencia de prensa: “Hay algo diferente acerca de lo que ocurrió a partir de Charlie Hebdo, y creo que todo el mundo siente eso. Había una especie de enfoque particularizado y tal vez incluso una legitimidad en términos de, no una legitimidad, sino una lógica de que usted podría apegarse de alguna manera y decir, bien, ellos están realmente enojados por esto y aquello. Este viernes fue absolutamente indiscriminado. No era para afligir un sentido particular de mal. Fue para aterrorizar a la gente”. Vaya. ¿Quiso decir el señor Kerry que asesinar a periodistas en una oficina es de algún modo legítimo, o más lógico, que asesinar a paseantes en un café? A continuación, el máximo diplomático norteamericano mencionó a las víctimas del fundamentalismo islámico. ¿A qué no adivina a quienes dejó afuera? Léalo usted mismo: “¿Cuál es la plataforma? ¿Cuál es la queja? ¿Que no somos ellos? Matan a personas a causa de lo que son y matan a la gente debido a lo que ellos creen. Y es indiscriminado. Matan chiíes. Matan yazidis. Matan cristianos. Matan drusos. Matan ismailis. Matan a cualquiera que no es de ellos y no se compromete a ser eso”. Uno puede esperar de Mahmoud Abbas que omita a los israelíes entre las víctimas del islamismo, como usualmente hace con sus proclamas generales abstractas que muchos periodistas aceptan como válidas condenas al terror. ¿Pero el Secretario de Estado de Estados Unidos?

El Papa Francisco, desafortunadamente, también derrapó en su respuesta al barbarismo perpetrado en la Ciudad Luz. Pronunciándose entre la masacre en Francia y los atentados en Mali, dio unas palabras de condena contra… los traficantes de armas: “Por todas partes hay guerra hoy día, hay odio… ¿Y qué queda? ¡Ruinas, quedan miles de chicos sin educación, tantas muertes de inocentes! Y tanto dinero en los bolsillos de los traficantes de armas. ¡Malditos!”. Este retorno a los años sesenta con Bob Dylan y su canción Señores de la guerra como emblema puede esperarse de un adolescente enfadado. De un líder espiritual de la talla de Francisco uno anhelaría escuchar una condena inequívoca hacia los verdaderos criminales aquí, es decir, los terroristas musulmanes fundamentalistas.

Decir que mientras no haya claridad conceptual para combatir al jihadismo difícilmente se podrá derrotarlo es, a estas alturas, una obviedad. Afortunadamente existe John Podesta, el jefe de la campaña presidencial de Hillary Clinton, quien ofreció hace poco esta pizca de sabiduría en Twitter:

“La estrategia de Hillary para derrotar al ISIS:
✓Derrotar al ISIS en Siria y en Irak
✓Interrumpir y desmantelar la Infraestructura terrorista
✓Reforzar Nuestras defensas”

Evidentemente, si Hillary gana las próximas elecciones estaremos salvados.

 
Comentarios

No es posible separar los términos «guerra, terrorismo, Islam».
Porqué ?

Y las claves las encontramos en la declaración de John Podesta:

“La estrategia de Hillary para derrotar al ISIS:
✓Derrotar al ISIS en Siria y en Irak
✓Interrumpir y desmantelar la Infraestructura terrorista
✓Reforzar Nuestras defensas”

Evidentemente, para que una persona que ocupa un sitial político tan elevado, efectúe una declaración tan concreta, es porque ya lo tiene decidido !!!

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