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| sábado noviembre 23, 2024

Je suis Tel Aviv


Especial desde Tel Aviv.- Casi nunca en la vida profesional de un periodista la noticia se cuenta en primera persona. Sin embargo, a veces vale la pena, para intentar reflejar las sensaciones del día después de la barbarie terrorista. Porque hoy, en Tel Aviv, no hace ni frío ni calor, hace miedo. Porque aquí no hubo un “tiroteo”, un “supuesto atacante”, ni víctimas “presuntamente asesinadas”. Y este dolor es igualmente desgarrador en Tel Aviv, Buenos Aires o París.

En Tel Aviv esta mañana no hace frío ni calor. Hace miedo. A pesar del sol radiante, la ciudad se ve gris, se mueve con lentitud, casi no hay en las calles niños yendo a la escuela y se respira tristeza.

La gente se para frente a la entrada del pub “Hasimtá” y deja flores, encienden velas. Algunos rezan, muchos lloran, otros esconden las lágrimas. Los efectivos policiales observan, esquivan con elegancia las preguntas de quienes se acercan, y a quienes no pueden responder.

Muy pocas veces en la vida profesional de un periodista la noticia se cuenta en primera persona, más bien casi nunca. Sin embargo, me encuentro en la entrada del pub “Hasimtá” – donde un terrorista árabe israelí cometió un asesinato múltiple – y lo que veo enfrente es mi casa, la parte trasera del edificio donde vivo.

Lo que veo a mi alrededor es mi vida cotidiana. El lugar donde tantas veces nos sentamos a tomar café, o esperamos un pedido de comida, donde hacemos las compras. Cuento 25 pasos desde la entrada del bar y ése es el lugar exacto donde saco una bicicleta para moverme por Tel Aviv.

Y por las noches, a mi balcón llegan las voces y las risas de los bares y pubs de la cuadra.

Unos metros hacia el sur está el centro comercial, Dizengoff Center, con su custodia en la entrada. Tres cuadras hacia el norte está la comisaría del barrio. Esta calle -Dizengoff entre Gordon y Frishman -estaba completamente libre, expuesta, llenas de jóvenes en las veredas, de gente que va y vuelve de trabajar, vecinos que en las mañanas leen el periódico en los cafés de la cuadra y muchos turistas. Seguramente mientras todos nosotros estábamos distraídos viviendo la rutina cotidiana, el terrorista estudió este panorama y planeó sus pasos.

En Tel Aviv no hace ni frío ni calor, hace miedo. Porque el terrorista sigue suelto, armado, envenenado por el odio y la locura extremista. Entre nosotros.
Milagrosamente, o por casualidad, nos fuimos a pasar el fin de semana largo lejos del ruido de Tel Aviv. Y ahora ya nada es lo que fue. Regresé y mi barrio es “la escena del crimen” y la vida intenta regresar a ésta que al parecer ya no será “la ciudad que no descansa”.

Por eso, ahora están limpiando las ruinas del pub “Hasimtá”. Las velas y las flores fueron colocadas en un rincón especial, para intentar reconstruirlo. “En los próximos días abriremos nuevamente”, me dice el dueño del sitio, que no quiere ni puede hablar más…

En Tel Aviv hay incertidumbre, desconcierto. Nadie sabe qué nos deparará el futuro, cómo será la vida cotidiana a partir del día después. Y aunque sea excepcional, vale la pena relatar todo esto en primera persona, como un intento de reflejar qué sucede en cualquier lugar – de Israel y del mundo – cuando de pronto irrumpe la barbarie terrorista.

Para que alguien entienda que aquí no hubo “un tiroteo”, como les gusta escribir a algunos medios. No fue un intercambio de disparos, sino un asesino apuntando a gente inocente y desarmada. No hubo un “supuesto atacante”, ni víctimas “presuntamente asesinadas”. Las familias lloran dolor real e irreversible. Los heridos sufren y llevarán por el resto de sus días secuelas verdaderas. El trauma se quedará instalado en la vida de muchas personas.

Porque – más allá del conflicto, de la política, de acuerdos y desacuerdos – la sangre que corre por las venas de los israelíes heridos y que corría por las de las víctimas de la calle Dizengoff, de Jerusalem o de Hebrón, es exactamente igual a la de aquellas víctimas en cualquier otro lugar a las que a nadie se le ocurre llamar “supuestas” y por las que el mundo se espanta, se moviliza y se rasga las vestiduras.

 
Comentarios

Donde esta Adrian Roux ahora

Marta Ickowski

Lo q pasa es q estas victimas son judias y eso a nadie le conmueve. Como dijo alguien nuestra sangre no vale tanto como la de los demas

Eliseo Pardo

Pocas ciudades mas libres y acogedoras que Tel Aviv, doy fé de ello … una ciudad cosmopolita en la que cada cual encuentra de forma natural su «lugar» y acomodo, sin percibir sensacion de rechazo o incórdio … Pocos paises tambien, tan unidos en el dolor y frente a la adversidad como Israel, independientemente de cual sea el estracto social de cada uno de sus ciudadanos, su origen o lugar de procedencia, su crédo o color ideológico … todos participan de un sentimiento comun de fraternidad implícita, de gran familia amenazada y sacudida por un mismo enemigo, y una sola razon, la de precisamente sérlo ….
Gracias a Roxana (a la cual aprovecho para enviarle mi mas cordial saludo) por el magnifico relato que aqui nos brinda, tan humano y cercano, como conmovedor, para quienes percibimos ése pais, como algo própio y amado …

Hola, desde la bella Ciudad de Buenos Aires, República Argentina, les cuento que siempre tengo mi corazón en Israel y a pesar de no pertenecer a la comunidad judía , amo a los judíos y los admiro con toda el alma. Me escribo siempre con Argentinos que viven allí y se de la belleza, la solidaridad y el humanismo de ese bellísmo país . Sólo puedo pedirle a DIOS la PAZ pronta y definitiva y abrazarlos fuerte de manera virtual. No puedo donar porque me he jubilado hace 1 año y no dispongo de dinero para donar, les envío todo mi amor y mis oraciones.
Abrazo.
Cris..

¡Dios se ha acordado de Argentina, país al cual queremos, y les ha liberado de la mafia que los gobernaba hasta hace tan solo 15 días! Ahora se podrá desenmascarar a los Terroristas de la AMIA y los Asesinos del Fiscal Niman! Los musulmanes iraníes.

Hemos estado en Tel Aviv con mi esposa hace poco y nos hemos sentido tan acompañados como en casa. Vayan nuestros abrazos fraternos desde Chile para toda la gente israelí y judía, a quienes, como cristianos, debemos amar y apoyar. JEV

Elias Krimker

Israel tiene que amenazar a los palestinos. Al proximo ataque terrorista a civiles indefensos Israel bombardea Gaza y y que caiga quien caiga, y asi cada vez que haya un atentado.

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