El periodista Khaled Abu Toameh informó el 1 de marzo de 2016, que la semana pasada, el presidente de la Autoridad Palestina,Mahmoud Abbas, ordenó la detención de la parlamentaria palestina Najat Abu Bakr – quien desde entonces está refugiada en el edificio del parlamento de dicha Autoridad. Su “crimen”, explicaba Toameh, exponer la corrupción financiera del ministro de gabinete, que está estrechamente vinculado con el presidente Abbas.
Abu Bakr afirma que el ministro ha estado vendiendo agua a palestinos de manera privada y que ha tomado ilegalmente más de 200.000 dólares del presupuesto palestino.
Pero ese no fue su único «error». Su apoyo público a la huelga de maestros de Cisjordania tampoco cayó del todo bien. Precisamente, la semana pasada dábamos cuenta, en ReVista de Medio Oriente, de la falta de cobertura informative de loschekpoints (controles) impuestos por la Autoridad Palestina para impedir que los maestros llegaran a Ramallah a manifestarse – con el fin de reclamar la implementación de un acuerdo de 2013 que garantizaba un aumento de su salario básico, que aún no se ha concretado.
Acaso, Abu Bakr haya dado alguna idea de adónde va el dinero que no “hay” para pagarle a los maestros el aumento acordado tres años atrás…
Y Abbas… Pues presidente, juez y fiscal. Nada, lo que suele definirse como “moderado”, como “democrático”.
Toameh finalizaba diciendo de manera elocuente que:
“Aparentemente, Abu Bakr se olvidó de que ella es miembro del parlamento palestino y no del israelí. Ella y sus colegas no tienen ningún derecho a criticar al presidente Abbas o ninguno de los altos funcionarios en Ramallah. Tal criticismo está considerado un ‘insulto’ a un funcionario superior, e incluso un acto de traición.
Los miembros del parlamento de la Autoridad Palestina no gozan de ninguno de los derechos que sí gozan los miembros árabes del parlamento israelí, la Knesset.
[…]
En realidad, no hay vida en el parlamento palestino. Ha sido paralizado a raíz del enfrentamiento entre la Autoridad Palestina con Hamas, y mayormente funciona como motivo de chistes palestinos”.
La democracia israelí, en cambio, protege el derecho de la diputada árabe israelí Haneen Zoabi a expresarse y actuar libremente, al punto de llegar a llamar a una “intifada” contra Israel y de participar de una flotilla (2010) organizada por la organización turca IHH, que fue declarada terrrorista por Holanda en 2011; e ilegalizada en Alemania un año antes, por “sostener sociedades vinculadas a Hamas”.
La unica lectura sensata de la denuncia por parte de esta parlamentaria palestina que cabe hacer, se reduce a considerarla cierta o ficticia, y se dá la circunstancia, que todos los precedentes hasta ahora conocidos, invitan a decantarse por la primera opcion sin margen de error… Que la AP, no representa precisamente un paradigma de democracia interna, es algo bien sabido … que ademas en su seno se dan de continuo prácticas de corrupcion y nepotismo a gran escala, no escapa creo yo a nadie a estas alturas …
Acallar las voces criticas que frente a tan reprobables conductas se alzan, pása por amenazar, perseguir y condenar (todo en uno) a quienes tienen el atrevimiento de hacerlo, como en el caso de la tal Abu Bakr, culpable a lo que parece de contravenir las reglas de opacida y disimulo imperantes en el entorno de Abbas, cuando de manipular fondos, y substraer parte de los mismos hacia cuentas particulares se trata …
En cuanto a la supuesta «honorabilidad» que alguno le atribuye a este sujeto (vividor, corrupto, juez y fiscal a la vez), dispuesto estoy a concederle, la misma que le reconoceriá a cualquier dictatorzuelo africano, cleptómano y genocida de su pueblo …
hagan ustedes cuentas …