Sin embargo, si hay un campo en el que Israel está especialmente bien preparado es el de la ciberseguridad. No obstante, la capital Tel Aviv es considerada una de las ciudades del mundo con mayor potencial informático gracias a su Silicon Wady.
La evolución de las amenazas, que ahora se hacen especialmente acuciantes en las redes, ha provocado que Tel Aviv haya redoblado sus esfuerzos en estar al día en este campo sabedor de que una falla en su estructura informática podría poner en juego la vida de miles de compatriotas.
Prueba de ello es el inmenso complejo de seguridad que se está levantando en mitad del desierto del Neguev, el llamado CyberSpank. Decenas de empresas públicas y privadas se han unido para crear una ‘mini urbe’ de la ciberseguridad que pretende poner a Israel a la cabeza global de este campo.
Pero si CyberSpank aspira a convertirse en el escudo cibernético del país, el estilete sería laUnidad 8200 o Sigint, un cuerpo de élite compuesto por varios miles de soldados pero con una estructura similar a la de la NSA estadounidense.
Al frente de la Unidad 8200, cuya misión oficial es descifrar códigos, aunque muchos ven tras el eufemismo tras el que se esconde una auténtica maquinaria de guerra 2.0 capaz de monitorizar toda información en árabe las 24 horas del día, se encuentra un mando anónimo a imagen y semejanza del Mi6 británico, aunque sus operaciones no siempre quedan en silencio.
Si bien muchas son clasificadas, se sabe que la Unidad 8200 tiró abajo en 2007 el sistema de seguridad de radares sirio durante la Operación Orchard antes de que la aviación hebrea arrasara un complejo nuclear de Baschar Al Assad.
Ojala pronto conozcamos que de este importante trabajo se desprendan aplicaciones para la pequeña y mediana industria, por ahora el campo más vulnerable a los robos informáticos, suplantaciones de identidad, robo de tarjetas de crédito y una serie de peligros que amenazan el comercio electrónico.