Ningún funcionario del gobierno israelí se atrevería a decirlo, pero una UE debilitada no es necesariamente algo diplomáticamente malo para Israel.
La economía podría ser otro tema. El espectro de la UE desarmándose, y qué tipo de fuerzas desencadenará, es también otra cuestión.
Pero en el muy específico tema del impacto diplomático de la medida sobre Israel, el hecho de que la casa de la UE esté siendo sacudida no es algo necesariamente hostil para los intereses israelíes.
O, como lo expresó una fuente, claramente la UE tendrá menos repercusión cuando haga declaraciones acerca de Israel y Medio Oriente. Y eso no es algo que provoque mucho derramamiento de lágrimas en el gobierno.
El voto británico muestra que la UE está ahora en serios problemas, con otros estados – empezando por Holanda, y tal vez incluso Francia – propensos a cuestionar su pertenencia a la Unión.
Si ese es el caso, los europeos tendrán que gastar más tiempo y energía tratando de mantener en orden su propia casa, en lugar de tratar de arreglar lo que está sucediendo en los hogares de otros barrios.
Una UE con 28 países reúne una gran cantidad de poder. Pero con Gran Bretaña yéndose, y algunos otros países que probablemente lo hagan o comiencen el proceso de divorcio, a la UE le será más difícil presentarse como una gran potencia.
Lo cual no quiere decir que la UE se retirará de la cuestión palestino-israelí. Sólo significa que su capacidad para impactar en los asuntos, incluyendo su capacidad para que todos dentro de la UE se pongan las pilas, se verá disminuida.
El Primer Ministro británico, David Cameron, durante un discurso a la comunidad judía británica antes de la votación Brexit pasada, dijo que era importante para Israel tener una voz británica pro-Israel en temas tales como el boicot y desinversión dentro de la UE.
Pero en Jerusalén, desde hace tiempo, ha habido una sensación que Londres, en lugar de influir sobre Bruselas en temas relacionados con Israel, Bruselas influía sobre Londres, un buen ejemplo de lo cual es la cuestión del etiquetado de productos de los asentamientos, que comenzó con Bélgica y luego fue implementado por Londres.
Además, los últimos dos años han sido un gran desafío para la UE: desde la crisis económica griega, los grandes desafíos que plantea la inmigración, hacer frente al terrorismo islámico hasta el período previo a la votación Brexit.
En este entorno, existió una cierta dinámica dentro de la UE, que llevó a los países a aferrarse a una posición unificada sobre otras cuestiones, como el Medio Oriente. Por ejemplo, si hubiera países dentro de la UE descontentos con la posición del bloque en cuestiones relacionadas con Israel, podrían ser convencidos para que amortigüen sus voces, para no crearle problemas adicionales a la Unión, que ya trastabilla bajo la masa de problemas y desafíos de más peso.
El abandono británico puede proporcionar una oportunidad para promover una nueva dirección para el proceso de paz con los palestinos que salga fuera de la caja habitual de la UE. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha estado promoviendo la idea de un enfoque que se basa más en la recién descubierta cooperación con el mundo árabe. Pero ese enfoque no ha encontrado mucha tracción dentro de la UE, que todavía tiene una visión de la paz en Medio Oriente muy centrada en los palestinos.
El abandono británico puede conducir a una mayor apertura a enfoques alternativos, enfoques no sancionados por la UE; puede haber más voluntad de cuestionar la ortodoxia de la UE en la materia.
Nada de esto, sin embargo, sucederá inmediatamente, ya que la ruptura es un proceso largo. No obstante, el que dentro de dos años la UE no será lo que es hoy, sin duda ronda sobre cómo Jerusalén observa la importancia de las resoluciones y declaraciones de la UE.
No hay duda de que Israel perderá a un amigo cuando Cameron renuncie, como anunció el viernes que lo hará. Ha sido un verdadero y consistente amigo de Israel que ha demostrado su valía, como cuando se enfrentó a los que durante la guerra de Gaza de 2014 querían ver denuncias más fuertes contra Israel procedentes de Londres.
Sin embargo, si Cameron es reemplazado por el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, o incluso por el Ministro de Economía, George Osborne, dos importantes candidatos para reemplazar a Cameron como líder conservador y como primer ministro, entonces Israel no ha perdido ningún terreno.
Johnson es un fuerte apoyo que, durante una visita aquí en noviembre de 2015, fue boicoteado por algunos grupos palestinos que se negaron a reunirse con él en la Autoridad Palestina, después que llamó a los partidarios británicos del BDS «académicos izquierdistas, «corduroy-jacketed», «snaggle-toothed», añadiendo «no puedo pensar en nada más tonto» que boicotear a Israel.
Israel, dijo, es un «país que cuando todo está dicho y hecho es la única democracia en la región, el único lugar que tiene, en mi opinión, una sociedad abierta pluralista».
Y Osborne también se considera fuertemente pro-Israel, alguien que – junto con Cameron – jugó un papel decisivo en el impulso de sanciones paralizantes contra Irán.
«Somos amigos de Israel. Y damos la bienvenida a los israelíes a Gran Bretaña», dijo en un evento de la comunidad judía en 2012. «Nuestra coalición de gobierno ha legislado sobre la jurisdicción universal para asegurarse de que los funcionarios y ministros israelíes puedan venir a este país libres de miedos, políticamente motivados, de intentos de detenerlos. Y fue correcto que lo hiciéramos».
Durante ese discurso abogó por una información más equilibrada sobre Israel, instando a los medios de comunicación no sólo a «hablar de bombas, terrorismo y armas».
«Cuenten la historia de la tecnología, los hospitales, el trabajo creativo», dijo. «Nunca se olviden de la empresa, la libertad, la prosperidad y el cuidado – todos ellos también son parte de la historia de Israel».
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