Etgar Keret es la figura principal de la generación de jóvenes escritores israelíes
Henrique Cymerman
Tel Aviv
La Vanguardia. España
4/8/2011
Yo soy un hombre de izquierdas y liberal, tengo un padre derechista, una esposa pacifista, un hermano anarquista y radical que abandonó Israel y una hermana colona con 11 hijos que cree en una teocracia. Todos discutimos y nos queremos», afirmó a La Vanguardia en una entrevista exclusiva el principal escritor israelí de la generación joven, Etgar Keret, de 44 años, que fue definido por el New York Times como «genial» y que ha publicado sus libros ya en 29 idiomas en 34 países.
Se ha publicado recientemente en España su obra Un hombre sin cabeza, editada por Siruela. Se trata de historias cortas que reflejan la vida en un país que el propio Keret define como «un reality show«. «Es como un programa de televisión en el que se trae gente de distintos orígenes y se mira cómo se las arreglan entre ellos, en una zona muy pequeña. A veces incluso se les saca del programa», dice. Su anterior obra publicada en España fue La chica sobre la nevera: una visión panorámica de la sociedad israelí actual. Según Keret, contrariamente a Amos Oz y a A.B. Yehoshua, él tiene una visión más micro e individual del ser humano. «En mis cuentos, la cuestión política regional no es lo principal. Israel, su realidad y el conflicto con los árabes están al fondo».
En la versión original, el libro La chica sobre la nevera se llamaba Mis añoranzas a Kissinger. ¿Por qué esa diferencia?
En cada idioma el nombre es distinto. Para mí, como israelí, Kissinger era el mediador eterno. En cambio, para otros países Kissinger suponía intrigas y malicia…
Muchos consideran que España es uno de los países más críticos hacia Israel. Hay intelectuales como usted que exigen un boicot cultural contra Israel…
Boicot cultural es un arma que proponen solamente contra Israel. No contra el cine iraní o el cine chino. Es algo obsesivo contra Israel. Algunos dicen que es por antisemitismo. Yo no lo creo. Pienso que es porque el conflicto entre los israelíes y los palestinos es relevante para cualquier ser humano. Un inglés de origen pakistaní se viene a Tel Aviv para realizar un atentado suicida en el pub Mike’s Place. Yo le preguntaría: ‘¿no tienes un lugar mejor para explotarte’? Pakistán, Inglaterra… Francia esta más cerca… Cuando alguien en la Universidad de Berkeley expresa que se opone a la ocupación israelí, se refiere también a que se opone a la discriminación en EE.UU. contra los afroamericanos o contra los hispanos. Habla de su propia realidad. A veces odia a Israel a raíz de su propio contexto. Israel logra muchos enemigos y muchos amigos irrelevantes. Cuando me dicen ‘quiero ser tu amigo porque eres israelí’, tampoco me hace gracia. Yo hice carrera profesional de ser israelí, y creo que es el lugar más interesante del mundo. Muy pocas veces existe un debate equilibrado y constructivo sobre israelíes y palestinos. En La guerra de las galaxias nadie piensa que los soldados de Dark Wader tienen mujer, hijos, una hipoteca que pagar, y que quizás se quieren mudar a un planeta mejor. Es como en el fútbol. Para nosotros los culés, cuando ocurre una falta en el área del Barça, nunca nos parece penalti, y cuando ocurre en la del Real Madrid, siempre es penalti…
Me han contado que usted es un fanático del Barça.
Para mí ir a Catalunya es un orgullo porque siempre fui un adepto fiel del Barça. Cuando vimos el partido de la Champions, le pregunté a mi mujer, que no entiende nada de fútbol: ‘¿quién te parece a ti que son los buenos, la gente a la que permitirías cuidar a nuestro hijo?’. Shira miró e inmediatamente me dijo: ‘estos’, apuntando a los de Guardiola. Cuando ves a Ronaldo te lo imaginas emborrachándose en un bar. Cuando ves a Messi te lo figuras con Puyol en casa bebiendo un zumo y viendo la tele. En el pasado el fútbol táctico de Mourinho era el ganador. Ahora en cambio, el Barca representa lo que es más bello, la actitud positiva, la alegría por el juego. Es fácil identificarse con ellos…
Hoy en día Israel, en cambio, es muy criticado. A menudo el derecho del Estado judío a existir es puesto en duda…
No olvidemos que el Estado existe ya hace casi 63 años y que es un hecho consumado. No se puede hacer undo a la historia. También se puede decir a EE.UU. que devuelvan el país a los indios. Cuando yo dialogo con palestinos, lo que hago a menudo, me pregunto si se trata de alguien que realmente quiere hablar para encontrar una solución, o solamente para expresar su ira. Yo busco a los primeros y me alejo de los otros. La actitud en el mundo hacia Israel es muy simplista. En el pasado, en los años 60 y 70, todos estaban a priori a favor de nosotros, de forma no totalmente justa. Últimamente nos hemos convertido en los malos, de forma no totalmente lógica. La mayoría de los que nos critican se informan viendo en la tele crónicas de 60 segundos y lo que ven es a un niño palestino ante un tanque israelí. No más. Yo me pregunto por qué este conflicto es el más central del mundo. Como escritor interesado en los seres humanos, me pregunto por qué cuando hay un genocidio en Darfur es menos interesante para los medios de comunicación, mientras que cuando se hiere a un palestino o a un colono, eso abre las noticias en la CNN.
¿Tiene solución ese conflicto?
Claro que sí. Siendo alguien que elige vivir en Tel Aviv con mi mujer y con mi hijo, debo creer en una solución. De no ser así, me iría de aquí. Pero si me pregunta sobre mis previsiones para los próximos 10-20 años, me cuesta ser optimista. Yo espero que las revoluciones en el mundo árabe traigan un cambio positivo para estos países. Pero mire la caída del comunismo. Polonia se acercó a Occidente y es un país libre mientras que en Rusia es difícil considerar una democracia. Hacen falta ciertas condiciones para que una democracia se desarrolle. Por ejemplo, tener una oposición interna consolidada, o una clase media fuerte. Ninguna de estas condiciones se da en los países árabes, por lo que hace falta un milagro. Los riesgos de la subida de grupos islámicos radicales y de guerras civiles continúan vigentes. Los europeos que son liberales y viven en democracia estudian la realidad de otros pueblos con la lupa de una sociedad avanzada y humanista, y las cosas no son exactamente así…. Pero creo que Europa también sufre de algunos virus muy peligrosos, tales como el terrorismo, o la posible subida de grupos fascistas. Fíjese en lo que ocurre en Holanda. Temo que los europeos tengan que volver a luchar por la democracia, y que eso no ocurra solamente en el mundo árabe…
Hay gente que piensa que la solución del conflicto aquí resolverá todos los problemas del mundo occidental. Se equivocan. Yo deseo profundamente la paz en la región y lucho por ello, pero hay muchos problemas más que quedan pendientes, aun si lo logramos. Conflictos religiosos, de clases, el papel de la mujer y otros. La lucha entre israelíes y palestinos es sólo la punta del iceberg de un conflicto mucho más profundo y significativo, aunque sea menos visible. Israelíes y palestinos tenemos en común que ambos tememos no estar aquí en el futuro, dentro de 100 años. Cuando un pueblo actúa desde una memoria de genocidio, procede de una forma mucho más violenta. Cuando le dices a un francés que su país no existirá en un siglo, probablemente le parecerá una tontería. Pero cuando líderes árabes se lo dicen a Israel, tiene impacto en la población. ¿Eso justifica la ocupación? No. Si hay un conflicto atómico en el mundo, estoy seguro de que al menos la tercera bomba caerá en este país. Y eso repercute en nuestra forma de actuar. No es fácil despertarse por la mañana y saber que hay en el mundo cientos de millones de personas cuyo sueño es que Israel no exista. La combinación entre la situación objetiva y la memoria histórica produce un tipo de fobia. Tengo un hijo de 5 años, se llama Lev (corazón) y cuando le llevo al jardín y hablo con otros padres, la primera pregunta que me hacen es si irá al ejercito. ¿Yo qué sé? Faltan 13 años. Me hacen sentir culpable porque a sus 5 años aún no he decidido si mi hijo hará la mili o no. Cíteme otro lugar del mundo con esta realidad. Unos confiesan: ‘hemos hablado y decidido que sí’; otros comentan: ‘hemos decidido que no’.
¿Tiene que ver su pesimismo con ser hijo de dos supervivientes de la shoah, el holocausto?
Posiblemente. Mi padre estuvo 600 días escondido bajo tierra en un hueco. Mi madre vio cómo mataban a sus padres y a todos sus hermanos siendo una niña en el gheto de Varsovia, pero nunca perdieron el optimismo. Ellos me dicen que desde el holocausto todo ha mejorado en nuestras vidas. El que alguien no te clave un tenedor por la calle no hay que darlo por sentado. Ellos me enseñaron que la civilización es un lujo. Cuando vives en una sociedad próspera, no es difícil ser bondadoso. El examen verdadero es cuando vives una situación de penuria. A pesar del pasado familiar en el holocausto, me considero un optimista. Aunque soy consciente de cuán bajo puede caer el ser humano. Mi hermano, que es miembro de la izquierda radical, fue detenido en el ejército porque le acusaron de transformar una antena militar en un monumento pagano. Él, que siempre participa en manifestaciones contra el muro, dice que la única vez que va a Cisjordania y vuelve sin llevar esposas en las manos, es cuando visitamos a nuestra hermana en la colonia de Emanuel. Mi hermana tiene 48 años, 11 hijos y 6 nietos, y se convirtió en ultraortodoxa viviendo en ese asentamiento.
Difusion: www.porisrael.org
que forma de pensar ¡¡esto si que es multitodo ¡¡¡ a mi me gusto ¡¡anto todo amor y paz de verdad ¡¡¡no desde la izquierda sectaria o la derecha totalitaria ¡¡¡ las dos hermanas del siglo XX , totalitarismos basura ¡¡