Efraim Karsh y Asaf Romirovsky
The Wall Street Journal
El mes de septiembre se acerca y muchos esperan, con ansiedad, para ver si el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmmud Abbas, materializa su amenaza de declarar, unilateralmente, el Estado palestino y el pedido de reconocimiento a Naciones Unidas por su independencia. Pero, la presentación de la demanda palestina a votación conducirá, finalmente, a la impugnación de la vieja solución – por parte de la organización internacional al conflicto árabe israelí, la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas- sin que sea posible estimar los resultados de esa medida.
La Resolución 242 fue aprobada en 1967 en el Consejo de Seguridad, a partir de la guerra de los Seis Días y determinó el principio de “Territorios por Paz”, como fundamento al acuerdo de paz futuro entre Israel y los árabes; acuerdo que sería alcanzado por medio de negociaciones de paz entre las partes. En esa Resolución se le pidió a Israel que se retirarse de los “territorios ocupados durante la última conflagración”. La Resolución publicada seis meses después del triunfo, impresionante, por parte de Israel contra el intento árabe de eliminar el Estado judío, reveló el entendimiento del Consejo de Seguridad sobre la amenaza existencial de Israel en las líneas de cese al fuego de 1949. El Consejo de Seguridad esperaba que, las conversaciones entre Israel y árabes, dieran como resultado límites seguros para Israel en ejercicio de su derecho a “vivir en paz con fronteras seguras y reconocidas”, como todo estado en la región. Durante los 44 años siguientes, Israel intentó, con insistencia, llegar a la paz con sus vecinos árabes y se retiró de medio Sinaí (que representaba el 90% de los territorios ocupados en 1967).
Insistentemente, los palestinos resistieron la resolución y la exhibieron como aquella que llama a Israel a retirarse, en su totalidad, a las líneas existentes antes de 1967. Más aún, ellos intentaron apelar el acento de la resolución para la llegada a un acuerdo a través de la negociación, en un intento por ganar tiempo y forzar un dictamen internacional, a pesar de su compromiso hacia el acuerdo de paz del proceso de Oslo.
Desde el ingreso del gobierno de Obama a las funciones, Abbas abandonó todo simulacro de intentos por alcanzar el acuerdo y, en su lugar, se esfuerza ahora por alcanzar una resolución internacional que fuerce la retirada israelí total, sin acuerdo de paz o cualquier intercambio correspondiente. Si la Asamblea General de Naciones Unidas responde al subterfugio palestino, no se tratará solo de un premio a décadas de hipocresía, falta de disposición a acuerdos, violencia y traición al estilo de “Territorios por Paz” sino, también, el inicio de una nueva y más peligrosa era del largo conflicto entre árabes y judíos, del tipo “Territorios por Guerra”.
Efraim Karsh, Director del Foro de Medio Oriente (Filadelfia) y Profesor de Estudios del Medio Oriente en King College de Londres.
Asaf Romirovsky, es ayudante de investigación del Foro del Medio Oriente y alumno de Doctorado en King College de Londres.
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