Un tribunal alemán ha dictaminado que siete islamistas que formaban una patrulla de vigilancia para hacer cumplir la ley de la sharia en las calles de Wuppertal no vulneraron la ley alemana y que simplemente estaban ejerciendo su derecho a la libertad de expresión.
La sentencia, que legitima de facto la ley de la sharia en Alemania, es otra más de una lista creciente de ejemplos en que los tribunales alemanes están promoviendo –deliberadamente o no– la creación de un sistema legal paralelo islámico en el país.
La autoproclamada «Policía de la Sharia» provocó la indignación pública en septiembre de 2014 cuando repartió unos folletos amarillos por los cuales establecían una «zona bajo el control de la sharia» en el distrito de Elberfeld en Wuppertal. Los individuos exhortaban a los transeúntes (musulmanes y no musulmanes) a acudir a las mezquitas y a abstenerse del alcohol, los cigarrillos, el juego, la música, la pornografía y la prostitución.
La ideología salafista declara que la ley de la sharia es superior a la ley común y secular, porque emana de Alá, el único legislador legítimo, y por lo tanto legal y eternamente vinculante para toda la humanidad. Según la cosmovisión salafista, la democracia es un intento de elevar la voluntad humana por encima de la de Alá, y que por lo tanto es una forma de idolatría que debe rechazarse. Dicho de otro modo, la ley de la sharia y la democracia son incompatibles.Los patrulleros profesan el salafismo, una ideología virulentamente antioccidental que busca abiertamente sustituir la democracia en Alemania (y en otras partes) por un gobierno islámico basado en la ley de la sharia.
El alcalde de Wuppertal, Peter Jung, dijo que esperaba que la policía adoptase una línea dura contra los islamistas: «La intención de esta gente es provocar e intimidar e imponer su ideología a los demás. No lo consentiremos».
La directora de la policía de Wuppertal, Birgitta Radermacher, dijo que esta «pseudopolicía» representaba una amenaza al Estado de derecho y que sólo la policía nombrada y asalariada por el Estado tiene el derecho legítimo de actuar como policía en Alemania. Añadió:
El monopolio del poder reside exclusivamente en el Estado. No se tolerarán conductas que intimiden, amenacen o provoquen. Esta «Policía de la Sharia» no es legítima. Llamen al 110 [a la policía] cuando se encuentre con estas personas.
El fiscal general de Wuppertal, Wolf-Tilman Baumert, sostenía que los individuos, ataviados con chalecos de color naranja con las palabras «POLICÍA DE LA SHARIA», habían vulnerado una ley que prohíbe llevar uniformes en concentraciones públicas. La ley, que prohíbe especialmente los uniformes que expresen opiniones políticas, fue concebida originalmente para impedir que las organizaciones neonazis hiciesen manifestaciones públicas. Según Baumert, los chalecos eran ilegales porque tenían un efecto «deliberado, intimidador y militante».
Sin embargo, el 21 de noviembre de 2016, el Tribunal del Distrito de Wuppertal dictaminó que los chalecos no eran técnicamente uniformes, y que en cualquier caso no representaban una amenaza. El tribunal dijo que los testigos y transeúntes no podían en modo alguno sentirse intimidados por los individuos, y que enjuiciarlos vulneraría su libertad de expresión. La sentencia «políticamente correcta» –que puede ser recurrida– autoriza efectivamente a la Policía de la Sharia a seguir imponiendo la ley islámica en Wuppertal.
Los tribunales alemanes y la ley de la sharia
Los tribunales alemanes están derivando cada vez más casos a la ley islámica porque los demandantes o los demandados son musulmanes. Los críticos dicen que los casos –en especial en los que la ley alemana queda relegada frente a la ley de la sharia– reflejan una intrusión de la ley islámica en el sistema legal alemán.
En mayo de 2016, por ejemplo, un tribunal de apelaciones de Bamberg reconoció el matrimonio de una siria de 15 años con su primo de 21. El tribunal dictó que el matrimonio era válido porque había sido contraído en Siria, donde dichos matrimonios están permitidos por la ley de la sharia, que no establece ningún límite de edad para casarse. La sentencia legalizó de facto el matrimonio infantil de la sharia en Alemania.
El caso se inició después de que la pareja llegara a un centro de acogida en Aschaffenburg en agosto de 2015. La Oficina de Asistencia a la Juventud (Jugendamt) se negó a reconocer el matrimonio y separó a la chica de su marido. La pareja presentó una demanda y un tribunal familiar falló a favor de la Oficina de Asistencia a la Juventud, que alegaba ser la tutora legal de la chica.
El tribunal de Bamberg revocó la sentencia. Determinó que, según la ley de la sharia, el matrimonio es válido porque ya se había consumado, y por lo tanto la Oficina de Asistencia a la Juventud no tenía autoridad legal para separar a la pareja.
La sentencia –que fue descrita como un «curso intensivo sobre derecho matrimonial islámico sirio»– desató una tormenta de críticas. Algunos acusaron al tribunal de Bamberg de aplicar la ley de la sharia por encima de la alemana para legalizar una práctica prohibida en Alemania.
Los críticos con la sentencia señalaron el Artículo 6 de la Ley alemana de introducción al Código Civil (EGBGB), que estipula:
No se aplicará la norma legal de otro Estado cuando dicha aplicación produzca un resultado que sea manifiestamente incompatible con los principios fundamentales de la ley alemana. En particular, no será aplicable cuando sea incompatible con los derechos fundamentales.
Sin embargo, esta cláusula es ignorada por sistema, aparentemente en aras de la corrección política y el multiculturalismo. De hecho, la ley de la sharia ha estado invadiendo el sistema judicial alemán prácticamente sin controles durante casi dos décadas. Estos son algunos ejemplos:
- En agosto de 2000, un tribunal de Kassel dictó que una viuda compartiera la pensión de su difunto marido marroquí con otra mujer con la que el hombre estaba casado simultáneamente. Aunque la poligamia es ilegal en Alemania, la sentencia dictaba que las dos viudas debían compartir la pensión en virtud de la ley marroquí.
- En marzo de 2004, un tribunal de Coblenza reconoció a la segunda mujer de un iraquí que vivía en Alemania el derecho a quedarse permanentemente en el país. El tribunal dictó que, tras cinco años de matrimonio polígamo en Alemania, era injusto pedirle a la mujer que volviese a Irak.
- En marzo de 2007, un juez de Fráncfort citó el Corán en un caso de divorcio que afectaba a una mujer marroquí que había recibido múltiples palizas de su marido también marroquí. Aunque la policía dictó el alejamiento del hombre de su mujer separada, siguió abusando de ella y en un determinado momento amenazó con matarla. La juez Christa Datz-Winter se negó a conceder el divorcio. Citó la sura 4, verso 34 del Corán, que justifica «el derecho del marido a emplear el castigo corporal contra una mujer desobediente y afirmar su superioridad sobre la mujer». La juez acabó siendo apartada del caso.
- En diciembre de 2008, un tribunal de Dusseldorf dictó que un turco pagara 30.000 euros de pensión a su exnuera, con arreglo a la ley de la sharia.
- En octubre de 2010, un tribunal de Colonia dictó que un iraní pagara a su exmujer una pensión de 162.000 euros, el equivalente actual de 600 monedas de oro, según el contrato de matrimonio original de la sharia.
- En diciembre de 2010, un tribunal de Múnich dictó que una viuda alemana tenía derecho a sólo una cuarta parte del patrimonio dejado por su difunto marido, nacido en Irán. El tribunal otorgó los otros tres cuartos restantes de la herencia a los parientes del hombre en Teherán, según dicta la ley de la sharia.
- En noviembre de 2011, un tribunal de Siegburg permitió a una pareja iraní divorciarse dos veces, primero por un juez alemán siguiendo la ley alemana, y después por un clérigo iraní siguiendo la ley de la sharia. La directora del Tribunal del Distrito de Siegburg, Birgit Niepmann, dijo que la ceremonia por la sharia era «un servicio del juzgado».
- En julio de 2012, un tribunal de Hamm dictó que un iraní pagara a su mujer separada una pensión como parte de un acuerdo de divorcio. El caso afectaba a una pareja que se había casado con arreglo a la ley de la sharia en Irán, que emigró a Alemania y después se separó. Como parte del acuerdo original de matrimonio, el marido se comprometía a pagar a su mujer una pensión de 800 monedas de oro pagaderas bajo demanda. El tribunal dictó que el marido pagara a la mujer 213.000 euros, el valor equivalente actual de las monedas.
- En junio de 2013, un tribunal de Hamm dictó que cualquiera que contrajese matrimonio según la ley islámica en un país musulmán, y después pida el divorcio en Alemania, debe acatar las condiciones establecidas por la ley de la sharia. La histórica sentencia legalizaba de facto la práctica de la sharia del «triple talaq», por la cual se obtiene el divorcio pronunciando tres veces la frase: «Me divorcio de ti».
- En julio de 2016, un tribunal de Hamm dictó que un libanés pagara a su mujer separada una pensión como parte del acuerdo de divorcio. El caso afectaba a una pareja que se había casado bajo la ley de la sharia en el Líbano, que emigró a Alemania y después se separó. Como parte del acuerdo original de matrimonio, el marido se comprometió a pagar a su mujer una pensión de 15.000 euros. El tribunal alemán le mandó pagarle el equivalente en euros.
En una entrevista de Spiegel Online, el experto en islam Mathias Rohe dijo que la existencia de estructuras legales paralelas en Alemania es una «expresión de la globalización». Y añadió: «Debemos aplicar la ley islámica igual que hacemos con la ley francesa».
Tribunales de la Sharia en Alemania
Un creciente número de musulmanes de Alemania está eludiendo a conciencia los tribunales alemanes y adjudicando sus pleitos a tribunales informales de la sharia, que están proliferando en todo el país. Según un cálculo, unos 500 juzgados de la sharia están regulando ahora los litigios civiles entre musulmanes en Alemania, un fenómeno que apunta a la creación de un sistema judicial islámico paralelo en el país.
Una de las principales razones del crecimiento de los tribunales de la sharia es que Alemania no reconoce la poligamia o los casamientos con menores.
El Ministerio del Interior alemán, en respuesta a una solicitud amparada por la Ley para la Libertad de la Información, reveló recientemente la constancia de que en Alemania viven unos 1.475 menores casados a fecha de 31 de julio de 2016, de los cuales 361 tienen menos de 14 años. Se cree que la cifra real de matrimonios infantiles en Alemania es mucho más alta de lo que indican las estadísticas oficiales, porque muchos son ocultados.
La poligamia, aunque es ilegal bajo la ley alemana, es una práctica habitual entre los musulmanes en todas las grandes ciudades alemanas. En Berlín, por ejemplo, se calcula que hasta un tercio de los musulmanes varones que viven en el distrito de Neukölln tienen dos o más esposas.
Según una exclusiva emitida por RTL, uno de los principales medios alemanes, hay musulmanes que viven en Alemania que se aprovechan del sistema de asistencia social trayéndose a dos, tres o cuatro mujeres de todo el mundo musulmán a Alemania, casándose con ellas en presencia de un clérigo musulmán. Una vez en Alemania, las mujeres solicitan prestaciones sociales, entre ellas la de una casa separada para ellas y sus hijos, alegando ser «madres solteras con hijos».
Aunque el fraude cometido por los inmigrantes musulmanes contra el sistema de asistencia social es un «secreto a voces» que cuesta a los contribuyentes alemanes millones de euros al año, los organismos del Gobierno son reacios a tomar medidas por motivos de corrección política, según RTL.
La canciller, Angela Merkel, declaró en una ocasión que si los musulmanes querían vivir en Alemania, debían obedecer la Constitución y no la ley de la sharia. Más recientemente, el ministro de Justicia, Heiko Maas, dijo:
Nadie que venga aquí tiene derecho a poner sus valores culturales o religiosos por encima de nuestras leyes. Todo el mundo debe acatar la ley, al margen de que hayan crecido aquí o acaben de llegar.
Pero, en la práctica, los líderes alemanes han tolerado la existencia de un sistema judicial paralelo, que permite a los musulmanes tomarse la ley por su mano, a veces con trágicas consecuencias.
El 20 de noviembre de este año, por ejemplo, un germano-kurdo de 38 años residente en la Baja Sajonia ató un extremo de una cuerda a la parte trasera de su coche y el otro al cuello de su exmujer. Después arrastró a la mujer por las calles de Hamelín. La mujer, que sobrevivió, permanece en estado crítico.
La revista Focus informó de que el hombre era un «musulmán estrictamente religioso que se había casado y divorciado de la mujer por la ley de la sharia». Añadía: «Bajo la ley alemana, sin embargo, no estaban casados». Bild publicó que el hombre se había casado «una vez por la ley alemana y cuatro por la ley de la sharia».
El crimen, que ha vuelto a poner el foco sobre el problema de la justicia de la sharia en Alemania, ha alarmado a algunos miembros del establishment político y mediático.
Wolfgang Bosbach, de la gobernante Unión Demócrata Cristiana (CDU), dijo: «Aunque algunos se nieguen a admitirlo, se ha autoinstalado un sistema de justicia paralela en Alemania. Este hecho demuestra un claro rechazo de nuestros valores y nuestro ordenamiento jurídico».
El 23 de noviembre, Bild, el periódico de mayor circulación en Alemania, advirtió de que el país «estaba capitulando ante la ley islámica». En un «Reportaje sobre la sharia» especial, dijo:
El acuerdo de coalición de 2013 entre la CDU y el Partido Socialdemócrata prometía: «Queremos fortalecer el monopolio legal del Estado. No toleraremos la justicia paralela ilegal.» Pero no ha pasado nada.
En una columna, Franz Solms-Laubach, corresponsal parlamentario de Bild, escribió:
Aunque sigamos negándonos a creerlo: hay partes de Alemania regidas por la ley de la sharia. Poligamia, matrimonios infantiles, juzgados de la sharia… Durante demasiado tiempo, no ha estado rigiendo el Estado de derecho alemán. Muchos políticos soñaban con el multiculturalismo (…).
Esto no es una cuestión de folclore o de costumbres y tradiciones extranjeras. Es una cuestión de ley y orden. (…)
Si el Estado de Derecho no ejerce su autoridad y exige ser respetado, entonces se puede declarar inmediatamente en quiebra.
Vayan tratando…