El Compasivo Odio de Europa a Israel

 

[Durante la Segunda Guerra Mundial, la alianza de Pétain y Hitler con el Mufti de Jerusalén buscó el exterminio del pueblo judío, al que acusaron de ser la causa del mal. Hoy en día, esta misma política, esta misma alianza, se ha fijado el mismo objetivo con la misma motivación: Israel debe ser aniquilado.]

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

• La Declaración sobre Jerusalén de la UNESCO trata de islamizar, con la ayuda de muchos gobiernos de Europa y otros países cristianos, la antigua historia del pueblo de Israel.

• Pero ¿qué significa esta declaración para Europa y el cristianismo? ¿No nació el cristianismo de Israel? ¿No era Jesús un judío de Judea, al igual que los apóstoles y los evangelistas? ¿O era el Islam lo que Jesús predicaba, en árabe y en mezquitas?

• ¿Dónde están las grandes voces católicas o protestantes para protestar contra esta islamización del cristianismo? Esta pasividad, esta indiferencia hacen pensar que Europa pronto se verá más como el Líbano.

• Los países europeos reconocen el terrorismo en todas partes excepto en Israel, donde ellos mismos son aliados de estos terroristas a los que llaman «luchadores por la libertad» o «militantes» contra la «ocupación».

• Esta alianza ha arruinado a Europa – porque los enemigos de Israel son también enemigos del cristianismo y de Europa. ¿Cómo puede uno aliarse con aquellos que quieren destruirlo, sin, de hecho, morir uno?

• El mismo odio obsesivo que Hitler tuvo por Israel, que llevó a la ruina de Europa, persiste hoy en la Unión Europea contra el Estado Judío. La gran ironía es que al intentar destruir a Israel, Europa se ha destruido a sí misma.

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Hoy estamos asistiendo a la llegada del califato mundial. Esta expresión significa que, actualmente, la visión musulmana de la historia prevalece en las instituciones internacionales. Lo vemos en la Declaración sobre Jerusalén de la UNESCO, este palacio del revisionismo. La Declaración sobre Jerusalén de la UNESCO trata de islamizar, con la ayuda de muchos gobiernos de Europa y otros países cristianos, la antigua historia del pueblo de Israel.

La Declaración de Venecia de 1980, emitida por la Comunidad Europea, que intentó forzar a Israel a sobrevivir en un territorio indefendible, ya prescribía su desaparición y reemplazo por un pueblo que ni siquiera se había manifestado antes de 1969 – y todo ello con la ayuda de la Unión Soviética y, especialmente, Francia. La islamización de Jerusalén y la deslegitimación del Estado de Israel ya estaban establecidas en la Declaración de Venecia que, hasta ahora, la Unión Europea ha seguido considerando válida.

La Declaración de Venecia de 1980 fue un regalo de la Comunidad Europea a la Liga Árabe, encaminada a restablecer las buenas relaciones económicas con los países árabes, que estaban furiosos por el tratado de paz entre Israel y Egipto en 1979, una paz que Europa no había podido evitar. Los sitios sagrados judíos y la supervivencia del Estado Judío fueron sacrificados por la Comunidad Europea a cambio de petrodólares.

Desde entonces, la Unión Europea ha expresado su remordimiento por el Holocausto y amor y compasión por Israel, pero continuó apoyando, financiando y alentando a una población cuya misión es la destrucción de Israel, tal como se proclama en su doctrina, y con la que Europa está bastante familiarizada. Los países europeos gastan entusiastamente miles de millones para promover una campaña palestina mundial de odio contra el Estado de Israel. Reconocen el terrorismo en todas partes excepto en Israel, donde ellos mismos son aliados de estos terroristas a los que llaman «luchadores por la libertad» o «militantes» contra la «ocupación». La llamada «ocupación judía» de Judea y Samaria se refiere a la tierra que fue conquistada por la guerra y ocupada por Jordania de 1949 a 1967, y desde donde los judíos palestinos fueron asesinados o desposeídos y expulsados.

¿Acaso esta política, defendida por Francia, no les recuerda algo? Durante la Segunda Guerra Mundial, la alianza de Pétain-Hitler y los fascistas con el Mufti de Jerusalén, jefe de la Hermandad Musulmana en Palestina, buscó el exterminio del pueblo judío, al que acusaron de ser la causa del mal. Hoy en día, esta misma política, esta misma alianza, se ha fijado el mismo objetivo con la misma motivación: Israel, para ellos, es la causa de las guerras en Medio Oriente y debe ser aniquilado. Los hombres de la década de los años 1940 han fallecido, pero sus herederos mantuvieron su política, disfrazándola con compasión y amor, llevando a Israel a suicidarse «por su propio bien». ¡Por supuesto!

Ahora, con la declaración de la UNESCO, estamos presenciando la supresión de la historia del pueblo israelí – el «Holocausto de la Memoria», según lo define Giulio Meotti – con la adhesión de la UE.

Pero ¿qué significa esta declaración para Europa y el cristianismo? ¿No nació el cristianismo de Israel? ¿Las iglesias no cuentan la historia del pueblo de Israel en sus pinturas, esculturas y vitrales? ¿Y no está la Biblia, este santuario histórico del pueblo de Israel durante más de dos milenios, abierto en cada púlpito de estas iglesias? ¿No ha sido leído? ¿No ha sido comentado durante veinte siglos? ¿No era Jesús un judío de Judea, al igual que los apóstoles y los evangelistas?

¿O era el Islam lo que Jesús predicaba, en árabe y en las mezquitas?

Si Israel nunca tuvo una historia en Judea, entonces el cristianismo y la Biblia son mentiras. ¿Son todas mentiras los antiguos textos que atestiguan la existencia de Israel desde el tiempo de los faraones, de Asiria, de los griegos, de los romanos? Y el Arco de Tito en Roma, ¿Esa Menorah llegó allá de una mezquita? Ni siquiera había mezquitas en ese momento – ni siquiera en Arabia.

Lo que la Declaración de la UNESCO nos está obligando a aceptar no es sólo la destrucción de nuestra identidad y cultura y la sustitución del cristianismo – un injerto de Israel – por la fe musulmana, sino también la destrucción del principio subyacente de la civilización occidental, la misma cosa que eleva al hombre sobre las bestias. Vemos que Israel, en su defensa del principio histórico de su legitimidad, también protege teológicamente la legitimidad del cristianismo, también ligado a la Biblia.

Pero si esta declaración no es verdadera, entonces la soberanía del Estado Judío sobre Jerusalén es legal. Y si es legal, ¿por qué nadie ha escuchado las protestas de los defensores de los derechos humanos? ¿Cuántos cristianos hay en el mundo? ¿Dos mil quinientos millones? ¿Cuántos de ellos protestaron? ¿Un millón? ¿Cien mil? ¿Diez mil? ¿Cincuenta? ¿Y dónde están las grandes voces católicas o protestantes para protestar contra esta islamización del cristianismo? Esta pasividad, esta indiferencia hacen pensar que Europa pronto se verá más como el Líbano.

Esta declaración de la UNESCO, a la que Europa no planteó objeciones – a excepción de cuatro países cuya abstención no fue una protesta sino un acto de cobardía – es una verdadera acta constitutiva de la islamización de Europa y del cristianismo. Detalla una política que encaja con lo que vemos desplegándose con la inmigración masiva y sus consecuencias a partir de 1973, fecha en que la Comunidad Europea se alió con el enemigo de Israel, la OLP. Es esta política de alianza con los enemigos de Israel lo que condujo al abandono de los cristianos libaneses cuando fueron atacados por los palestinos apoyados por Europa. Fue esta política la que condujo a la negación de la historia de la jihad, de la dhimmitud y de la tragedia de los cristianos, rehenes en el mundo árabe – porque los palestinos encarnan valores jihadistas y de dhimmitud contra judíos, cristianos y Europa.

La alianza de Europa con los enemigos de Israel, con el propósito de deslegitimarla y destruirla, ha continuado simplemente las políticas de Hitler y Pétain; Pero ¿cómo destruir a Israel sin destruir el cristianismo? ¿Qué sería el cristianismo sin la Biblia, los profetas, un Jesús judío, los valores universales que enseñan? Esta alianza ha arruinado a Europa – porque los enemigos de Israel son también enemigos del cristianismo y de Europa. ¿Cómo puede uno aliarse con aquellos que quieren destruirlo, sin, de hecho, morir uno?

El mismo odio obsesivo que Hitler tuvo por Israel, que llevó a la ruina de Europa, persiste hoy en la Unión Europea contra el Estado Judío. La gran ironía es que al intentar destruir a Israel, Europa se ha destruido a sí misma.

Los europeos recuperarán su libertad y su identidad cuando se liberen de esta alianza euro-árabe que los une en un plan genocida contra Israel y occidente, en el que ellos mismos son, a la vez, protagonistas y víctimas. Entonces y sólo entonces podrán ayudar a aquellos musulmanes que luchan valientemente para liberar a sus hermanos del odio que desfigura el rostro humano – el odio jihadista – y persuadirlos a aceptar la diversidad humana. Hemos descuidado a estos musulmanes. Ellos han estado luchando solos, tanto por ellos como por nosotros. Es imprescindible ayudarlos.

*Bat Ye’or es autora de varios libros sobre dhimmitud, incluyendo Eurabia: The Euro-Arab. Su próximo libro, Understanding Eurabia, será publicado por Gatestone Institute y RVP Publishers en 2017.

 

Https://www.gatestoneinstitute.org/9613/europe-hatred-israel