Milos Zeman (AP)
A finales de noviembre del año pasado, el presidente checo, Milos Zeman, realizó una petición poco usual a los legisladores de su país. Instó al Congreso a que apure y vote una ley que autorice a los ciudadanos a armarse contra un posible avance masivo de inmigrantes musulmanes que adhieran a la yihad y pretendan efectuar actos terroristas en suelo checo.
Segun Zeman, «no importa que haya algo más de 4.000 musulmanes en ese país de 10 millones de personas». En una entrevista que otorgó a la publicación alemana Der Spiegel, Milos Zeman dijo que su país se encuentra en los planes de los terroristas musulmanes para utilizarlo como base hacia Europa Occidental y que tampoco descarta atentados islamistas en su territorio.
A partir de estas declaraciones, las compras de armas aumentaron. El propietario de una tienda en Bohemia del Este, una región en el norte de la República Checa, dijo a un periódico local que la gente tiene miedo a la «ola de islamistas que han ingresado con la inmigración musulmana y que las agencias de gobierno están monitoreando como potenciales terroristas».
Desde el lunes, según informó el Ministerio del Interior, se está promoviendo un cambio constitucional que permita a los ciudadanos usar armas contra los terroristas. Los defensores dicen que esto podría salvar vidas si ocurre un ataque. La iniciativa autoriza a los propios ciudadanos a repeler, detener o abatir a los extremistas.
Para convertirse en ley, el Parlamento debe aprobar el proyecto, que se espera sea votado antes de finales de febrero.
The Washington Post publicó un informe donde destaca que la República Checa cuenta con una de las políticas de armas más débiles de Europa, donde unas 800.000 armas de fuego están registradas y 300.000 personas disponen de licencia y portación de armas cortas y fusiles de asalto.
La obtención de un arma es relativamente fácil en el país, «los residentes deben tener 21 años, pasar un examen de conocimiento de armas y no tener antecedentes penales». Por ley, los checos pueden usar sus armas para proteger sus propiedades o cuando están en peligro, aunque necesitan demostrar que enfrentan una amenaza real.
Según Der Spiegel, el problema del gran número de musulmanes que está ingresando al país no es un dato menor, aunque de momento, no ha habido hechos de violencia islámica en territorio checo. Sin embargo, la ley que se pretende aprobar coloca al país en directa confrontación con gran parte de Europa, que ha apoyado durante mucho tiempo medidas de control de armas mucho más estrictas.
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De hecho, el presidente checo se mostró en abierto desacuerdo con las políticas del presidente Francoise Hollande a raíz de los ataques terroristas de 2015 en París, cuando Francia impulsó a la Unión Europea a profundizar y promulgar políticas aún más duras sobre armas en manos de civiles. La propuesta inicial de la Comisión Europea exigía la prohibición total de la venta de armas como los Kalashnikov o los AR-15, destinados principalmente al uso militar. Las ventas de municiones también están limitadas a 10 cargadores o menos por usuario de fusil.
La República Checa se pronunció duramente contra la directiva de la Unión Europea. Los funcionarios advirtieron que la medida limitaría la capacidad del país para construir «un sistema de seguridad interno» y hace casi imposible entrenar a los reservistas del Ejército, alegando que tal legislación de la UE podría crear un mercado negro que favorezca a los terroristas.
Finlandia y Alemania manifestaron sus propias reservas sobre la futura ley que impulsa el Congreso checo, lo que dio lugar a dos reuniones de la Comisión de Seguridad de la Unión Europea el pasado 2 y 4 de enero en Ginebra. Los grupos proarmas de Europa se movilizaron a favor del proyecto de ley impulsado por el presidente Zeman.
Las organizaciones musulmanas europeas y las afincadas en la República Checa estudian una respuesta legal con la cual intentarán frenar el proyecto basado en una denuncia que, según publico Der Spiegel, esgrime aspectos relacionados con la islamofobia. Pero la controversia más profunda es que el daño que ha generado el terrorismo islámico ha llevado a Europa a preguntarse cómo se llego a esta situación, señala la publicación alemana.
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