Tsahi Halevi, músico y actor en “Fauda” , estuvo en Montevideo y Buenos Aires.
“La ignorancia respecto al otro lado conduce al miedo y eso lleva a una guerra constante”.
Cuando terminamos la entrevista con Tsahi Halevi, le hicimos reír al comentarle que nunca habíamos pensado que podríamos entrevistar a un cantante y actor, sintiendo que estábamos hablando con un experto universitario en asuntos de Oriente Medio. Es que escuchar a Tsahi no es simplemente conocer los entretelones de la exitosa serial televisiva israelí “Fauda” que desde hace varios meses se proyecta también en Sudamérica. Con él, la gracia es comparar entre el drama televisivo y su propia historia a raíz del servicio militar que realizó en una unidad dedicada a la lucha contra el terrorismo.
Y resulta más que simbólico que justamente quien conoce de cerca ese desafío, porque lo vivió, esté convencido de que “aunque esto no es color rosa”, hay motivos para ser optimista respecto a un futuro en paz.
Entrevistamos a Tsahi antes de su partida días atrás a Uruguay y Argentina, invitado por la Fundación Keren Hayesod . Su programa allí ya ha terminado. Sus declaraciones, de todos modos, vale la pena compartirlas.
Tsahi, estoy segura que llegarás a Sudamérica y serás ante todo “el actor de Fauda”…pero sería injusto que la gente te conozca solo por eso. Tu trayectoria es de mucho antes, la música primero, y luego la actuación, hace mucho menos tiempo. ¿Cómo llegaste a este mundo de la actuación, después de no poco tiempo como cantante?
Llegué bastante por casualidad. Vengo de la música y mi gran sueño siempre fue ser músico y presentarme como tal. Y eso es lo que hice durante 20 años. Y un buen día, Avi Issacharoff, que es corresponsal para asuntos árabes y un buen amigo personal porque hicimos el servicio militar en la misma unidad, me dijo que se estaba buscando a alguien que hable bien árabe, para una película.
Me convocaron a una prueba y para mi alegría decidieron apostar a mí aunque jamás ante había actuado, lo cual me abrió ese nuevo mundo como actor, algo a lo que nunca había pensado que me dedicaría. Me interesó mucho, me pareció que era una gran oportunidad . Y se dio que filmé la película al mismo tiempo que participaba en el programa musical “The Voice”. Fue una época muy intensa que siento me dio gran profundidad en mi trabajo.
Seguramente no seré nada original si te pregunto qué te sientes más hoy, cantante o actor…
Siento que hoy soy ambas cosas, aunque la música está en mi sangre, la siento como una pasión interminable, que me acompaña siempre. En realidad, la música también mi acompaña en mi rol de actor. En “Fauda” canto una canción en árabe.. También escribí el tema principal de la serie y lo interpreto.
Aunque en los últimos cuatro años participé en muchos proyectos como actor, es algo que me atrae mucho y siento que es un gran desafío, pero no olvido que son sólo cuatro años, mientras que en la música estoy hace mucho más. En resumen, diría que soy tanto actor como cantante.
¿Cómo estás viviendo esta etapa más nueva en tu vida profesional?
Disfrutando mucho de lo que hago. Te diré que la película “Beit Lejem” (que significa “Belén”), del 2013, fue la primera experiencia que me introdujo al cine. Afortunadamente fue un éxito. Lo que “Fauda” hizo en televisión, “Beit Lejem” hizo en el cine. Mostró un ángulo distinto, una mirada diferente.
De la realidad de Israel y sus vecinos palestinos…
Así es. La gente está acostumbrada a ver el tema del conficto israelo-palestino y de la lucha contra el terrorismo en términos muy tajantes, de blanco y negro. Y en “Fauda” se mostraba también otras cosas. Por ejemplo, se ve que inclusive detrás de la gente dedicada al terrorismo, hay vida. Se ve a un terrorista profundamente enamorado de su esposa, muy romántico. En la película “Beit Lejem” se muestra a un niño que vive a la sombra de su hermano que es miembro del Jihad Islámico .O sea que se muestran cosas que no se solían ver, y creo que por eso se habla mucho de esas creaciones, por eso resultaron tan exitosas. Inspiraron curiosidad.
¿De dónde la conexión con el idioma árabe, tu dominio del mismo, tu conocimiento de la cultura?
El árabe lo aprendí de niño cuando vivimos dos años en Egipto, en 1983-4, cuando yo tenía 7, 8 años. La verdad es que no me resultaba para nada agradable el idioma y de todos modos estudiaba en la escuela Americana en inglés. Recuerdo que disfruté mucho de la belleza de Egipto, las pirámides, los mercados, pero el idioma mismo no me gustaba. Sin embargo, años después me “reencontré” con la lengua árabe en el marco de mi servicio militar en una unidad de “mistaaravim”.
Expliquemos…se trata de unidades encubiertas cuyos miembros se “disfrazan” de árabes para mezclarse con la población y poder llegar así directamente al lugar en el que se halla un terrorista buscado. Traducido del hebreo significa algo así como “arabizados” o “los que se hacen pasar por árabes”, algo por el estilo.
Exacto. Esa unidad operó en Gaza en 1993 pero años después dejó de existir ya que Israel salió de la Franja de Gaza y desmanteló los asentamientos en el lugar. Pasé entonces a otra unidad de lucha anti terrorista, donde también fui comandante. Así que el idioma árabe volvió a mí , por lo cual me dediqué a estudiarlo y aprendí más. Hoy amo el idioma árabe y quiero desarrollar mis conocimientos cada vez más. El idioma es un puente y eso es clave para nosotros en Israel, que vivimos rodeados del mundo árabe.
¿Cómo explicas en el exterior la vivencia que se ve en “Fauda” pero que fue también tu propio servicio militar, de jóvenes soldados que tienen sobre sus hombros la responsabilidad de la lucha anti terrorista?
No es sencillo. En Israel se va al servicio militar a los 18 años, algo muy complejo por cierto. Para todos , no sólo para los “mistaaravim”. No es sencillo, especialmente para quienes van a unidades de combate. Para mí en lo personal, además del hecho que inicié mi servicio militar con una sensación de misión a cumplir , diría que esos años me dejaron una marca indeleble en varios aspectos. Lo primero, en términos de amistades, porque de esos años tengo y mantengo amigos hasta hoy.
Amistades que se formaron, supongo, en situaciones de peligro…
Claro…Ya pasaron 24 años desde que entré al ejército y seguimos muy unidos. Aunque cada uno vive su vida, con su familia, su profesión, los desafíos de la vida, sentimos que estamos siempre dispuestos, el uno para el otro.
No cualquiera va a una unidad así…
Así es la vida en Israel, necesitamos tener un ejército fuerte y gente dispuesta a dar de sí, porque no hay alternativa. Pero más allá de ello, que es general, siento que en la unidad de los “mistaaravim” hay algo distinto.
Entras al otro lado cuando vive su vida diaria.
Sí, ese tipo de lucha puede confundir porque uno se mezcla con población civil y se halla en situaciones en las que debe comportarse como el resto, convertirse en parte del terreno, hablar con la gente , entrar a negocios y restaurantes , hablar quizás con un policía palestino…ser parte de la población en general. Pero en determinado momento, en un instante uno vuelve a ser un soldado cuando tiene que actuar y queda expuesto pues como tal. Y sabe que puede morir en cualquier momento, si queda expuesto.
Me parece que aquí se necesita mucho más que destreza profesional.
Es complicado psicológicamente, profesionalmente. Es algo que requiere mucha preparación. Recuerdo que llegábamos a situaciones en las que también en nuestra rutina nos comunicábamos en árabe, estudiábamos el Corán, escuchábamos música en árabe, lo vivíamos completamente, para poder convertirnos en parte de la población. Y de hecho este método existió muchos años.
Ya en la Hagana . antes de la creación del Estado , había una unidad similar.
Así es. Se aprovechaba las ventajas que traían consigo en este sentido los judíos llegados de los países árabes, cuyo conocimiento de la cultura árabe e inclusive del Islam, era clave . Pero volviendo a tu pregunta, enrolarse a los 18 años a unidad así, es un gran desafío. Desde un punto de vista emocional, no es sencillo.
¿A qué te refieres?
Cuando uno es soldado y viste su uniforme, cuando tiene que enfrentarse a un enemigo, todo está muy claro. Cuando uno sirve en una unidad de “mistaaravim” hay otras complejidades. Uno está de civil, en medio de lugares en los que la mayoría de la población no tiene nada que ver con el terrorismo y en medio de esa gente uno tiene que sacar al terrorista que está planeando un atentado. El soldado que realiza una actividad así, tiene que tener todo sumamente claro porque la atmósfera y el ambiente confunden.
Para entenderlo quizás ayude explicar que antes de salir a un operativo, uno se puede mirar al espejo, verse allí con la barba, el bigote, sabiendo con qué identidad falsa tendrá que moverse en el terreno . No sé cuál es la forma más exacta de describir lo necesario para lidiar con una situación así, si es una extrema calma, la capacidad de actuar en el terreno, simulando ser alguien que no eres, y la capacidad para improvisar.
Me imagino que tienes que interiorizarte tanto que se te mete en las venas…
Justamente. Hay una escena en la película “Beit Lejem” que yo pienso mostrar durante la conversación, en la que mi personaje, que es un coordinador del Shabak, o sea del Servicio de Seguridad interna, está herido , en el hospital, y juega “sheshbesh” con un árabe. Y durante el juego, yo-o sea mi personaje- actúo como si estuviera trabajando, aunque no lo estoy ya que estoy hospitalizado, estoy ahí como paciente. Y hablo con el árabe, le hago todo tipo de preguntas, trato de averiguar de dónde es, cuál es su historia, si conoce a tal y cual..O sea, en principio mi personaje podría estar conversando con alguien que sea como su amigo, pero en su cabeza todo el tiempo cree que puede ser el enemigo o alguien de quien puede recibir una ayuda, una pista, para capturar a un terrorista.
Por otro lado, una reacción puede ser “humanizar” al enemigo. O sea que al estar del otro lado, aunque sea para combatir al terrorismo y ubicar terroristas, al ver la vida de la población común, se ve también la dimensión humana del enemigo y quizás eso lleva a plantear interrogantes acerca de cómo Israel lleva adelante la lucha por su defensa.
Por supuesto. También eso puede pasar. Estoy seguro que la mayoría de la gente dedicada a la seguridad, cuando llegan a altos niveles, claro está que entienden que aparte de la lucha anti terrorista que deben librar, hay otras cosas. Entienden que no son todos terroristas. A mí en lo personal, ya de chico los años que viví en Egipto me lo enseñaron eso en forma clara. Entendí ya entonces que no se puede ver a todos los árabes o todos los musulmanes igual, y por cierto no considerar que todos son terroristas.
Durante el servicio militar uno tiene que concentrarse, claro está, en un tema muy puntual: encontrar a los terroristas. Pero en un trabajo como el que yo tuve que hacer, al mezclarse con la población común precisamente para eso, uno ve también lo otro, a la gente que sale, se sienta a comer, conversa, ríe, como en todos lados, y que trata de vivir lo mejor posible.
ENTRE REALIDAD Y FICCIÓN
Cuando comenzaste con Fauda, en tu calidad de ex miembro de la unidad de los “mistaaravim” ¿ tenías claro de todos modos que la realidad supera la ficción?
Yo no necesitaba a “Fauda” para saber que la realidad supera la ficción, que cualquier escenario es posible en la vida real. En una de las primeras escenas, entramos a una boda, nos mezclamos con la gente, y aunque yo tenía clarísimo que en ese momento yo era un actor, que todos allí eran actores y extras, y que el arma que llevaba escondida no era de verdad, recuerdo que en el momento pensé cómo tengo que actuar, cómo me disimulo entre la gente …
O sea que lo que tú mismo viviste, en carne propia, va mucho más allá que lo que se ve en “Fauda”….
Por supuesto. No hay punto de comparación. Pero debo decir que pagué un precio por la participación en “Fauda”, porque ya no pude seguir haciendo mi servicio de reserva, los miluim, en la unidad en la que estaba antes.
¿Por tu exposición?
Sí, aunque no es que “Fauda” reveló algo que no se conocía desde un punto de vista profesional. Quien conoce el tema también capta enseguida que en “Fauda”, como es natural, hay cosas que se presentan en forma más extrema y dramática, por la parte “hollywoodense” del trabajo, por el efecto televisivo que se busca. Sea como sea, dudé bastante antes de aceptar el papel, más de un mes, analizando conmigo mismo si está bien hacerlo. Al final decidí que sí, entendiendo que lo que yo haría sería actuar, adoptar un papel. Y de todos modos, aclaré que no pensaba proporcionar ninguna información sobre la actuación de las unidades en la realidad, y que actuaría únicamente en base a la investigación que ellos habían hecho de cara a la serie.
Una pregunta quizás un poco filosófica. Está claro que para combatir el terrorismo, hay que estar pronto para luchar y tener claro quién es el enemigo. Para poder hacer la paz, hay que conocerse mutuamente, a ver la dimensión humana del otro lado. Y me pregunto si acaso, mientras todavía hay que luchar contra el terrorismo, te parece que resulta peligroso realmente humanizar al otro lado. O sea…¿Es más fácil quizás combatir al enemigo cuando lo ves solamente como eso, y no como quien también tiene familia, seres queridos y una vida quizás con ciertos aspecto de normalidad? ¿Ayuda a combatir al enemigo el pensar “ellos son los malos y nosotros los buenos”, así de simple y nada más?
Es una buena pregunta. Ante todo te diré que por naturaleza, soy optimista. Creo que se puede llegar a la paz y tengo muy presentes los ejemplos de Egipto y Jordania. Quizás en el tema de la lucha contra el terrorismo palestino es más complejo porque ya estamos muy mezclados acá. Y no es todo lo mismo. Están los árabes de Gaza, los árabes de Judea y Samaria también divididos en distintas regiones con sus propias características, están los beduinos, y los árabes de Israel…Es un mosaico complejo.
Yo tiendo a pensar que la enorme mayoría de la población es gente como tú y como yo, que lo que quiere es criar bien a sus hijos, vivir con tranquilidad, trabajar y disfrutar de la vida. Claro que hay quienes solamente quieren causar mal, por supuesto. Pero creo que en términos generales, es bueno conocer el mosaico todo, es importante. Puede sí confundir por momento quizás, pero no creo que cambie posturas de fondo de la gente.
En mi caso te diré que vengo de un hogar con mucha conciencia sobre el tema de la seguridad, siempre me atrajo, me pareció un gran desafío, hasta hoy me resulta muy importante…y hubo tiempos en los que consideré dedicarme a eso.
Hasta ahora hay momentos en los que me pregunto por qué fui por el camino del escenario, primero la canción y ahora la actuación, en lugar de abocarme enteramente al tema de seguridad.
CONOCER AL OTRO LADO
Es interesante la combinación que irradias…esa duda de por qué no te dedicaste a la seguridad, tu sentimiento que la paz se podrá lograr, la claridad con la que ves la amenaza terrorista y al mismo tiempo la dimensión humana del otro lado…Y con lo que haces, aportas a que otros también lo conozcan.
Siento que tanto la película “Beit Lejem” como la seria “Fauda” ayudaron a hacer conocer algunas cosas . Y siempre es importante conocer. Si bien se dice que mejor a veces cuando uno no sabe determinadas cosas, porque no se puede complicar entonces con ellas, cuando sí se conoce, eso acerca y enriquece. Lo vi inclusive en reacciones que recibo del mundo árabe, desde Egipto, Arabia Saudita, diversos lugares, comentando positivamente sobre la serial, lo que les gustó, aunque claro que también hay quienes critican y hasta dicen cómo me permito yo, que no soy árabe, cantar una canción en árabe como lo hago en el programa…
Hay de todo…
Así es..Pero iba a comentar, hablando de que siempre es mejor saber, que si voy en el ómnibus por ejemplo y oigo a alguien hablando en árabe, la connotación casi inmediata es negativa. Pero si sé árabe, puedo entender enseguida que está hablando de la lista de compras que tiene que hacer. Y esa normalidad acerca. La ignorancia conduce al miedo y eso lleva a una guerra constante.
¿Qué aprendiste tú del otro lado que te parece que puede ayudar a un entendimiento, inclusive si lo aprendiste durante tus años en los “mistaaravim”?
Cuando uno está un operativo durante el servicio militar, todo apunta a la meta que hay que alcanzar. Pero cuando uno estudia sobre la cultura para poder interiorizarse bien en el medio, sí ve otras cosas. Un elemento clave es el concepto de “ihtiram” o “sharaf”, o sea respeto, dignidad, orgullo. Es muy fuerte. Cuando uno lo entiende, puede entender cómo actuar.
Se nota en cada saludo, por ejemplo…cada uno tiene una respuesta . No dices “buenos días” sin que haya varias respuestas. En una conversación, pueden pasarse el primer minuto con saludos, nada más, bendiciones. De “Salaam Aleikum” se pasa indefectiblemente a “Aleikum Salaam” o se agrega inclusive “Aleikum Salaam WaRahmatullahi Wabarakatahu”, o sea distintos niveles de decir “y que la paz sea con ustedes”…
También está el tema de la hospitalidad.
Yo lo recuerdo bien de mis años en Egipto, aunque era chico.
Y esas son cosas de los seres humanos, que hay en todos lados, la dimensión normal, que creo es la que desea abrazar la mayoría de la gente.
Pero sin olvidar los peligros…
Claro que no. No es que pienso que aquí es todo rosado, para nada. Pero creo que una minoría extremista arruina las cosas al resto.
Pero no pierdo la esperanza de que las cosas pueden cambiar. Cuando uno conoce la cultura y el idioma, puede apreciar cosas que de lo contrario son extrañas, y eso acerca. Y eso es imprescindible para poder entendernos aquí en algún momento.
Y cuando se trata de cultura y arte, por ejemplo, hoy en día que es tan fácil subir algo a youtube, en las redes, se lo puede usar para bien, difundir, hacer conocer, y lo que otros lean o vean en otros lados, sentirán que con eso se acerca a gente de otros lados.
En un drama como “Fauda”, puede que el espectador llegue a la conclusión que hay buenos y malos en todos lados…o al menos, que los buenos a veces también son malos, y que los malos no siempre son tan malos…Y me pregunto cómo lo ves tú que lo viviste en la realidad…porque por más que el terrorista esté enamorado de su esposa como un hombre normal, eso no hace que deje de ser terrorista.
Es cierto. Quien se dedica a ataques contra civiles, por más que tenga también otros sentimientos, es un terrorista. Recuerdo que una vez, cuando fui a dar unas charlas en Estados Unidos, un alemán me comentó “ustedes los israelíes están bien armados, son fuertes y oprimen, y ellos tienen solamente piedras”, a lo cual tuve que responderle que una piedra mató a un compañero mío. Una piedra también puede matar, o sea que las cosas no son negras o blancas. Las cosas son más complejas de lo que parecen, a menudo. Y por más romántico que sea el terrorista, eso no hace que deje de ser terrorista.
En “Beit Lejem” hay una historia muy humana de un niño que vive a la sombra de su hermano mayor, que es terrorista. El niño es común y corriente , un niño sensible que siente que el padre no lo toma en cuenta, que no le presta atención y ve solamente al hermano. Y se ven los dilemas morales que lo acompañan, si seguir al agente del Shabak que se le presenta o no.Y por otro lado, la visión de ese agente israelí de seguridad, que se da cuenta que al niño le falta la atención de su padre y que de hecho parece que con su cercanía la suple en cierta medida. Ese israelí recibe información del niño, pero la relación no va sólo por ahí, sino que también siente que lo ayuda al niño, cuando él mismo no ve a sus hijos por su intenso trabajo. Y también él tiene dilemas, como ser si sacrificar la vida del niño, para capturar al terrorista requerido.
En este campo, hay muchos dilemas .
Pero tu resumen es que hay motivos para ser optimista.
Por naturaleza soy optimista. Además, porque conozco las cosas y creo que hay motivos para sentir ese optimismo respecto a la posibilidad de paz. Pero también por elección, Uno puede optar por ser optimista o pesimista y creo que solamente el optimismo da esperanzas de cambio.
Y no puedo dejar de mencionar que tanto en “Beit Lejem” como en “Fauda”, de hecho hicimos algo artístico, juntos, árabes, palestinos, musulmanes, e israelíes judíos. Filmamos parte durante la última guerra “Margen Protector”, sonaba la alarma y nos refugiábamos todos juntos en una misma habitación, esperando juntos que pase la alarma. Y esto es una elección.
LA VIVENCIA EGIPCIA
¿Qué te marcó en Egipto?
Recuerdo claramente una situación que viví cuando tenía 7 años. Mis padres tuvieron que salir y me dejaron cuidando a mi hermana menor. En determinado momento ella empezó a extrañarlos y a llorar. A mí lo que me resultó más natural fue bajar al portero que cuidaba el edificio, que en árabe se llama “bawab”. El cargo puede sonar más de lo que es, porque en Egipto, esa gente en general no tiene su propia casa, al menos así era en aquel entonces. Casi dirías que vivían sobre las piedras , en la parte trasera del edificio. Bajé a buscarlos. Eran una familia de doce personas. La madre tomó a mi hermana en los brazos para calmarla . El padre me hizo sentarme a su lado junto a la hoguera que habían encendido, me dio algo de tomar, y pasé un rato largo con ellos hasta que mis padres volvieron, aunque podía comunicarme únicamente por señas y unas pocas palabras en árabe que había aprendido hasta ese momento.
Qué hermosa descripción…
Recuerdo también que había un kiosco a la entrada del edificio, donde comprábamos todo el tiempo chocolate, jugos, de todo…y cuando nos fuimos, el dueño del kiosco lloraba. Nos cargó el coche de golosinas y sencillamente lloraba. O el caso de la empleada que trabajaba en mi casa. Un día llamaron de la escuela a decir que yo estaba enfermo y ella, sin decirle siquiera a mi madre , aunque estaba en casa, fue a la escuela a buscarme y me llevó a casa , cargándome sobre su espalda. Cuando uno vive esas cosas a los 7 años, crece entendiendo cosas importantes.
Y vivir de chico esos aspectos humanos, es muy importante. Todos somos seres humanos.
AMOR A PRIMERA VISTA
Otro tema muy distinto…ya que estás viajando a Sudamérica ¿Cómo es tu relación con ese mundo?
Mi historia con Sudamérica comenzó cuando realicé un paseo de un año entero por todo el continente, al terminar mi servicio militar. Partimos de Israel con una amiga argentina , como mochileros. Sentí una gran conexión con la zona, diría que fue un amor a primera vista. Fue una vivencia muy enriquecedora que me permitió conectarme de cerca con la cultura.Y en ese marco, me quedó especialmente grabado el vínculo con los artesanos que venden sus trabajos en las calles, una forma hermosa de conocer a la gente.
Tiempo después de volver a Israel y trabajar durante más o menos un año, me sumé al conjunto “Mayumana” y en 1999 realizamos giras por Sudamérica. Estuvimos también en Uruguay y Argentina. Recuerdo que una de las presentaciones fue en Venezuela. En el 2006-7 volvimos a varios países de la zona. Así que puedo decir que hubo mucha relación. Después también participé en un conjunto de salsa, así que el tema fue por muchos ángulos.
Cantando
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