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| lunes diciembre 23, 2024

Opinan desde Israel: Los exportadores israelíes dejan Europa y se van a Argentina y Brasil


La incertidumbre sobre el futuro del euro obliga a buscar alternativas. Dos de los países más grandes ya tiene amplias relaciones comerciales con Israel. ¿Cuáles son las opciones y cuáles son los riesgos al comerciar con ellos?

En el caos político y económico experimentado por el Reino Unido, y en medio de las elecciones francesas, movieron a los medios de comunicación, los políticos y a los economistas a realizar estimaciones sobre el futuro del euro. Si pensamos que el drama se detendría en su mayor parte en Gran Bretaña, ya hemos visto que el término Frexit se imprimió en lo profundo como una paráfrasis del famoso concepto de Brexit. Una mirada en la gráfica de los rendimientos del gobierno francés nos muestra que la incertidumbre “le costó” a Francia hasta 30 puntos básicos desde el comienzo del año en lo que se refiere a sus costos de financiación. Este es el resultado de la incertidumbre derivada del temor a esa elección. La elección de Macrón calmará a los mercados y el miedo a la desintegración del euro y establecerá la expectativa de una reducción del déficit por debajo del 3% del PIB, junto con una estabilización de la deuda externa en 2018.

En paralelos a todos los trastornos políticos y a la incertidumbre general en Europa, parece que el verdadero cambio comienza a ocurrir en dos países de otro continente, de América Latina, en donde las decisiones de los nuevos gobiernos han producido ya resultados y cambios concretos… hablamos de Brasil y Argentina. La calificación de los dos países se ha elevado al final del último trimestre. Esto es una resultante de la mejoría en los indicadores generales y gracias a las previsiones más positivas tras la recuperación aparente de estos países.

Como se mencionó anteriormente, a pesar de la distancia geográfica grande entre Israel y estos dos países, la recuperación en Brasil y Argentina puede afectar y aumentar el volumen del comercio de Israel con ellos e influir en los exportadores e importaciones israelíes: De acuerdo con el Instituto de Exportación de Israel, el volumen del comercio de Israel y Brasil ascendió en 2016 a 980 millones de shekel (272 millones de dólares), un aumento del 9% en comparación con 2015. Las exportaciones de bienes se mantuvieron estables en comparación con el año pasado, a 730 millones de shekel y las importaciones de bienes registraron un nuevo aumento de alrededor del 50% a unos 250 millones de shekel. De acuerdo con estas cifras, Brasil es el principal destino de exportación de Israel en la región de América Latina. El volumen del comercio de Israel con Argentina tampoco es nada despreciable. En 2016 el volumen de comercio alcanzó 247 millones de dólares, con 108 millones correspondientes a las exportaciones y 139 millones de dólares para la importación de bienes. Esta tendencia indica necesariamente una disminución en el comercio en los últimos años, probablemente como consecuencia de la grave crisis que afectó a Argentina en 2014.

Entonces… ¿Dónde están estos países hoy y hacia dónde van?

Brasil tiene la economía más grande de América Latina, aunque se encontró en una profunda recesión en los últimos años. Una fuerte devaluación de la moneda local ha dado lugar a un aumento significativo en los precios de los productos importados y una disminución general de la demanda del mercado brasileño. Esta crisis se agravó en 2016 debido a la crisis política en el contexto de un gran escándalo de corrupción que llevó a la destitución de la Presidente Dilma Rousseff en agosto de 2016. De acuerdo con la investigación realizada por la empresa Euler Hermes, un gigante en el campo de los seguros de crédito a nivel mundial, en el año 2016 el volumen de inversión mundial en Brasil cayó un 10,3% y, por lo tanto, fue este el peor componente económico de este año. El consumo privado y público se redujo en un 4,3% y 0,6%, respectivamente. Las importaciones cayeron un 10,4%, mientras que las exportaciones aumentaron un 1,6%. Los riesgos y otros desafíos que han caracterizado a Brasil en los últimos años son el alto nivel de inflación, la tendencia creciente al aumento de la deuda del gobierno junto con el déficit presupuestario, una carga de la deuda, el pago de intereses altos y un aumento en el desempleo.

Sin embargo, en los últimos tiempos parece que la tasa de crecimiento negativo en el PIB se desaceleró y se detuvo, y los indicadores económicos que se iban deteriorando hasta un pico negativo en 2016 ahora están aumentando gradualmente. Por ejemplo, se espera que el consumo privado y la inversión sean los motores del crecimiento en 2017 empujando hacia adelante a la economía brasileña. Estos indicadores se apoyan en los planes del banco central de recortar las tasas por primera vez en cuatro años. Se espera que este movimiento de expansión sea acompañado con nuevos recortes en las tasas de interés durante 2017 con el propósito de acelerar el crecimiento. Un análisis de la deuda muestra que el sector empresarial y la deuda del sector del hogar que se han acumulado es inferior en relación con otras economías emergentes, pero la deuda pública sigue aumentando en paralelo al crecimiento que se inició hace dos años y se ubica en un 2,47% del PIB, frente a un promedio de 47,5% en las economías en desarrollo.

A pesar del continuo aumento de la deuda pública, en relación con otros países en desarrollo, Brasil sigue siendo uno de los mejores cuando se trata de mantener las reservas internacionales, algo que le permite mantener su independencia. Aprobada recientemente un proyecto de ley para restringir el gasto público, por lo que su crecimiento anual durante los próximos 20 años será cero. Todos estos factores aumentan de calificación por primera vez de Brasil en mucho tiempo con una esperanza de un renovado crecimiento económico y una estabilidad política.

Argentina se encamina hacia la estabilidad

Argentina ha sufrido en las últimas décadas por una mala situación económica: alta inflación, un aumento continuo de la deuda externa, déficit en la cuenta corriente y crisis económicas recurrentes, con crisis sociales y políticas como la 2001, que causó que el gobierno declarase un default de la deuda pública y que dio como resultado que un 60% de la población viviese por debajo del umbral la pobreza. La crisis más grave se registró en julio de 2014, después que el gobierno argentino ignorase una sentencia de la Corte de Estados Unidos con respecto a su deuda con los acreedores que llevó a que Argentina vuelva a ser considerada insolvente.

Desde la elección del Presidente Macri a finales de 2015, parece que Argentina ha comenzado a dar pasos para salir de la crisis y los indicadores económicos están comenzando a ser evidentes. Aunque la tasa de crecimiento del PIB se contrajo un 2,3% en 2016 en comparación con el promedio de 3.3% en la década anterior, pero en 2017 se anuncia un aumento de la previsión al 3,2%. Además, las exportaciones y el consumo público aumento un 3,7% y 0,3% respectivamente aunque el consumo privado y la inversión se contrajeron en un 1,4% y un 5,5%.

El banco central, que se estableció como objetivo el reducir la inflación parece tener éxito en sus esfuerzos, la tasa de inflación del 38% del año 2016 se espera se reduzca a un 24,75%. Como se mencionó anteriormente, se espera que el descenso de la inflación sirva en beneficio de las empresas y las pequeñas empresas. Junto con la mejora de los datos de producción, parece que los datos apoyan una evaluación que Argentina sale de la crisis. Se espera que las inversiones sean un motor del crecimiento en 2017 y empujen a la economía local positivamente.

Creemos que el principal cambio se basa en los esfuerzos de Macri de permitir el desarrollo de una economía de mercado. Entre otras actividades se puede ver la flexibilidad de la moneda local, un régimen de tipo de cambio flexible y una política monetaria orientada a la reducción de la inflación, la eliminación de los controles sobre el capital, la reducción de los subsidios fiscales y la eliminación de algunos impuestos a las exportaciones son otros ejemplos. Otro logro significativo del presidente es lograr un acuerdo con los acreedores, tras 15 años de instancias en los tribunales, que llevó a la Argentina a contar con un acceso a la financiación externa a través de los mercados internacionales de capital. El regreso a los mercados internacionales de capital le han permitido al Ministerio de Hacienda emitir bonos en dólares estadounidenses bajo condiciones preferenciales, siendo que las necesidades de financiación del país fueron cubiertas para el presente año. Además, un cambio en la política con respecto a las limitaciones de la tasa de cambio ha provocado una depreciación de la moneda local con la consecuente acumulación de sus reservas internacionales.

Finalmente preferimos ser optimistas cautos: el deterioro de los términos del intercambio comercial y un aumento esperado en las tasas de interés globales son riesgos significativos para la Argentina. Por otra parte, en nuestra opinión, un flujo de capital positivo puede poner en marcha la inversión, crear un impulso positivo y conducir al fortalecimiento de la moneda local mejorando la economía.

 

La autora es director general de BSSG, seguro de riesgo de crédito y comercio exterior.

Traducido por Hatzad Hasheni

 

 
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