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| miércoles diciembre 25, 2024

MITO: Los judíos usan sangre de cristianos para elaborar sus panes ázimos y el vino para la Pascua.


MITO: Los judíos usan sangre de cristianos para elaborar sus panes ázimos y el vino para la Pascua.

 

VERDAD: Durante siglos la acusación de utilizar sangre de cristianos (preferentemente niños), o de musulmanes (según la zona) ha costado miles de víctimas al pueblo judío, y aun hoy hay quienes difunden esta calumnia.

He aquí una lista de matanzas provocadas por esta acusación:

 

Inglaterra (1144)

El 20 de marzo de 1144, Sábado Santo, se registra el primer libelo de sangre de Europa contra los judíos. La comunidad judía de Norwich fue acusada de asesinato ritual después de que ese día se encontrara el cadáver del niño Guillermo de Norwich (1132-1144)5 con diversas heridas de puñal. Guillermo llegó a alcanzar el grado de mártir católico. Posterior es el caso semejante del santo niño Hugh de Lincoln (1255).

En 1189, la delegación judía que participaba en la coronación de Ricardo Corazón de León fue atacada por la multitud. El 6 de febrero de 1190 hubo un pogrom en Norwich y todos los judíos de esta villa fueron muertos en sus casas, a excepción de unos pocos que se refugiaron en el castillo. En 1290, los judíos fueron expulsados de Inglaterra y no se les permitió regresar hasta 1655.

 

Bélgica (hacia 1250)

Un antiguo libelo de sangre aparece en Bonum universale de Apibus ii. 29, § 23, de Tomás de Cantimpré (un monasterio cerca de Cambray). Tomás escribió: «Es casi seguro que los judíos de todas las provincias deciden anualmente a suertes qué congregación o ciudad debe enviar sangre cristiana a las otras congregaciones».

Tomás también creía que desde el momento en que los judíos gritaron a Poncio Pilatos, «que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos» (Evangelio de Mateo, 27:25), han sufrido hemorragias:

Un judío muy erudito nos informa que uno que tenía la fama de profeta, hacia el final de su vida, hizo la siguiente predicción: «Ten por seguro que el alivio de esta dolencia secreta a la que estás expuesto sólo puede obtenerse con sangre cristiana [solo sanguine Christiano]». Esta sugerencia fue seguida por los siempre ciegos e impíos judíos, que han instituido la costumbre de derramar sangre cristiana en cada provincia, para que puedan recuperarse de su enfermedad.

Tomás además añade que los judíos han entendido mal las palabras de su profeta, quien con la expresión «solo sanguine Christiano» no se refería a la sangre de un cristiano, sino a la de Jesucristo, el único remedio para todos los males espirituales y físicos.

Tomás no menciona el nombre del judío muy erudito, pero podría haberse tratado de Nicholas Donin de La Rochelle, que en 1240 tuvo una disputa sobre el Talmud con Jehiel de París y que en 1242 provocó la quema de numerosos manuscritos talmúdicos en París. Se sabe que Tomás conocía personalmente a Nicolás.

 

España (hacia 1250)

La historia de Dominguito de Val, un niño de siete años asesinado y enterrado a orillas del río Ebro el 31 de agosto de 1250, al cual los zaragozanos católicos todavía le rinden culto. Es la primera noticia que se tiene de libelo de sangre en España.

 

Inglaterra (1255)

El caso de san Hugh de Lincoln es mencionado por Chaucer en sus Cuentos de Canterbury, y como consecuencia se ha hecho famoso.

Un niño de ocho años, de nombre Hugh, hijo de Beatrice, desapareció en Lincoln el 31 de julio de 1255. El 29 de agosto su cuerpo fue descubierto cubierto de suciedad en un pozo perteneciente a un judío llamado Copin o Koppin. El juez John de Lexington, que se encontraba en la zona, le prometió salvar su vida y Copin confesó que el niño había sido crucificado por los judíos que se habían reunido en Lincoln para ese propósito. Enrique III de Inglaterra llegó cinco semanas más tarde a Lincoln y se negó a cumplir la promesa, por lo que Copin fue ejecutado y 91 judíos de la ciudad fueron apresados y enviados a Londres, donde 18 fueron ajusticiados. El resto fue perdonado por la intercesión de los franciscanos. Se mencionó que el cadáver del niño, una vez bajado de la cruz, fue utilizado para la realización de un ritual de adivinación por medio de la interpretación de sus entrañas.

 

Alemania (1267)

En Pforzheim, Baden, el cuerpo de una niña de siete años fue encontrado en el río por unos pescadores. Se tuvo sospechas de los judíos y cuando fueron llevados a ver el cadáver, el cuerpo empezó a sangrar por las heridas; cuando se les llevó por segunda vez la cara de la niña se sonrojó y alzó los brazos. Además de estos milagros, estaba el testimonio de la hija de la «mujer malvada» que había vendido la niña a los judíos.

Una investigación judicial tuvo lugar. El que judíos fueron ajusticiados como consecuencia de la acusación parece claro por la forma en que relatan la historia el Memorbuch de Núremberg y los poemas de la sinagoga que se refieren al hecho.

 

Alsacia (1270)

En Weissenburg, un único milagro decidió los cargos contra los judíos. De acuerdo con la acusación, los judíos habían colgado a un niño (cuyo cuerpo fue hallado en el río Lauter) por los pies y habían abierto todas las arterias del cuerpo para obtener toda la sangre. De nuevo, se hicieron afirmaciones sobrenaturales: las heridas del niño sangraron durante cinco días, a pesar del tratamiento.

 

Alemania (1286)

En Oberwesel fueron de nuevo «milagros» la única evidencia contra los judíos. El cuerpo de un tal Werner de 11 años parece que fue flotando contracorriente en el Rin hasta Bacharach, emitiendo una radiación y siendo investido con poderes curativos. Como consecuencia los judíos de Oberwesel y de muchas otras localidades cercanas fueron perseguidos con severidad durante los años 1286 a 1289. El emperador Rodolfo I, a quien los judíos apelaron para obtener protección, editó una proclama afirmando que un gran mal se había hecho a los judíos y el cuerpo de Werner debería ser incinerado y sus cenizas esparcidas al viento.

 

Suiza (principios del siglo XV)

En su Crónica de 1423 Konrad Justinger afirma que en Berna en 1294 los judíos habían torturado y asesinado a un niño llamado Rudolph. La imposibilidad histórica del hecho fue demostrada en 1888 por Jakob Stammler, pastor de Berna.

 

Tirol (1462)

En Rinn, cerca de Innsbruck, un niño llamado Andreas Oxner (también conocido como Anderl von Rinn) parece que fue comprado y luego asesinado cruelmente por mercaderes judíos en un bosque cercano a la ciudad. La sangre fue cuidadosamente recogida en jarras.

La acusación de extraer sangre (sin el asesinato) no fue hecha hasta comienzos del siglo XVII, cuando se inició el culto. Las inscripciones más antiguas de la iglesia de Rinn, de 1575, están distorsionadas por adornos fabulosos; como por ejemplo que el dinero pagado por el niño a su padrino se convirtió más tarde en hojas de árbol y que un lirio creció sobre su tumba. El culto continuó hasta que fue oficialmente prohibido en 1994 por el obispo de Innsbruck.

 

Trentino (1475)

Simón de Trento, de dos años, desapareció y su padre acusó de haberlo secuestrado y asesinado a la comunidad judía local. Quince judíos de la localidad fueron condenados a muerte y quemados. Simón fue considerado un santo más tarde y fue canonizado por el papa Sixto V en 1588. Su santidad fue revocada en 1965 por el papa Pablo VI, aunque su asesinato aún es considerado como cierto por algunos extremistas.

 

España (1491)

De acuerdo con la leyenda del Santo Niño de La Guardia, un niño cristiano fue secuestrado y llevado a una cueva o jardín oculto en la ciudad de La Guardia (Toledo), en donde fue sujeto a un proceso que imitaba el juicio de Jesucristo. En la leyenda se hace énfasis en que el objetivo del asesinato era «obtener el corazón de un niño cristiano crucificado» y de una hostia consagrada para realizar un ritual de magia que produjera el enloquecimiento de los miembros del tribunal de la Inquisición. La iconografía de este personaje muestra el momento en el que uno de los judíos le entrega el corazón del niño crucificado a otro de los ejecutores.

Fueron ejecutadas cinco personas. Se cree que el caso fue fabricado por la Inquisición para facilitar la expulsión de los judíos de España. Cristóbal fue canonizado por el papa Pío VII en 1805 y, posteriormente, borrado del canon eclesiástico. Un pequeño grupo continúa afirmando la veracidad de la historia. Durante el siglo XVI se desarrolló una leyenda hagiográfica acerca del Santo Niño cuyo culto continúa celebrándose en La Guardia.

 

Hungría (1494)

En un caso en Tyrnau (Nagyszombat, actualmente Trnava en Eslovaquia) la imposibilidad de las confesiones obtenidas bajo tortura de mujeres y niños muestra que los acusados preferían la muerte como medida de evasión de la tortura. Admitieron todo lo que se les preguntó. Incluso dijeron que los hombres judíos menstruaban y que luego bebían sangre cristiana como remedio.

 

Hungría (1529)

En Bösing (Bazin, actualmente Pezinok en Eslovaquia) se acusó a los judíos de haber desangrado hasta la muerte a un niño de nueve años, tras sufrir una cruel tortura. Una treintena de judíos confesó el crimen y fueron quemados públicamente. Los hechos reales fueron develados más tarde, cuando el niño fue encontrado vivo en Viena. Había sido robado por el acusador, el conde Wolf de Bazin, para deshacerse de sus acreedores judíos en Bazin.

 

Siria (1840)

El affair de Damasco: en febrero, en Damasco, un monje católico, llamado padre Tomás, y su sirviente fueron asesinados. En este caso también se obtuvieron confesiones después de torturar a los acusados.

 

Hungría (1882)

En el libelo de sangre de Tiszaeszlár los judíos de la ciudad de Tiszaeszlár fueron acusados del asesinato ritual de una niña cristiana de 14 años, Eszter Solymosi. El caso fue una de las principales razones del alza del antisemitismo en el país. Los acusados fueron finalmente declarados inocentes.

 

Bohemia (1899)

El caso Hilsner: Leopold Hilsner, un vagabundo judío, fue acusado de degollar a una mujer cristiana de 19 años, Anežka Hrůzová. A pesar de lo absurdo de los cargos y del carácter relativamente progresista de la sociedad austrohúngara, Hilsner fue hallado culpable y sentenciado a muerte. Más tarde se le acusó de otro asesinato no resuelto sin relación, en la que la víctima también era una mujer cristiana. En 1901 se conmutó la sentencia a cadena perpetua. Tomáš Masaryk, un famoso profesor de filosofía austrohúngaro y futuro presidente de Checoslovaquia, fue la punta de lanza de la defensa de Hilsner. Más tarde, la prensa checa se lo echaría en cara. En marzo de 1918, Hilsner obtuvo el perdón del emperador Carlos I de Austria-Hungría. Nunca fue declarado inocente y los auténticos asesinos nunca fueron encontrados.

 

Rusia (1911)

El juicio de Beilis: en Kiev, el jefe de una fábrica, Mendel Beilis, fue acusado de asesinar a un niño cristiano y usar su sangre para hacer pan ácimo. Fue declarado inocente por un jurado formado íntegramente por cristianos tras un juicio espectacular en 1913.

 

Polonia (1946)

El pogromo de Kielce contra los supervivientes del Holocausto en Polonia fue iniciado por una acusación de libelo de sangre.

 

En países árabes y musulmanes

Las historias sobre libelos de sangre han aparecido en algunos medios de comunicación de países árabes y musulmanes. Libros promoviendo el mito del libelo de sangre judío no son raros.

The Matzah of Zion (‘el matzá [pan de Pascua sin levadura] de Sion’) es un libro escrito por el ministro de defensa sirio, Mustafá Tlass en 1983. El libro se centra en dos temas: el asesinato del padre Toma en Damasco en 1840 y los Protocolos de los Sabios de Sion. El 21 de octubre de 2002, el periódico árabe publicado en Londres Al-Hayat comentaba que el libro estaba en su octava edición y estaba siendo traducido al inglés, el francés y el italiano.

En 2001 una compañía de cine egipcia produjo una película llamada Jinete sin caballo (Horseman without a horse), basado en parte en el libro de Mustafá Tlass.

Varias ramas del gobierno sirio, incluyendo la dirección de la policía de Damasco, el Departamento de Antigüedades y Museos, el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Cultura, crearon una serie de televisión antisemita llamada Ash-Shatat (La diáspora). La serie se estrenó en Siria y en Líbano a finales de 2003 y se emitió en Al-Manar, una cadena de televisión por satélite que pertenece a Hezbollah. La serie está basada en los Protocolos de los Sabios de Sion y muestra a los judíos en una conspiración para dominar el mundo, además de mostrarlos como asesinos de niños cristianos, a los que extraen la sangre para hacer pan ácimo. La serie también fue emitida en Jordania en octubre de 2005 en la cadena por satélite Al-Mamnou. Tras las quejas al gobierno jordano por parte de organizaciones judías norteamericanas, el gobierno jordano hizo que la cadena de televisión eliminara la serie.

Algunos escritores árabes han condenado el libelo de sangre. El periódico egipcio Al-Ahram publicó una serie de artículos de Osam Al-Baz, un asesor del presidente Hosni Mubarak. Entre otras cosas, Osam Al-Baz explicaba los orígenes del libelo de sangre contra los judíos. Afirma que los árabes y musulmanes no han sido nunca antisemitas como grupo, pero admite que unos pocos escritores y figuras de los medios de comunicación árabes atacan a los judíos «basándose en falacias racistas y mitos originados en Europa». Recomienda a la gente a no sucumbir ante los mitos como el libelo de sangre.15

El 20 de diciembre de 2005, en una discusión con un analista político iraní emitido en la cadena de televisión iraní Jaam-e Jam , el autor del libro The History of the Jews (‘la historia de los judíos’) que trabaja para el Tehran Times, Dr. Hasan Hanizadeh, afirma:

Desafortunadamente, Occidente ha olvidado dos incidentes horribles realizados por los judíos en la Europa del siglo XIX ― en París y Londres, para ser más concretos  ― En 1883, unos 150 niños franceses fueron asesinados de formas horribles en los suburbios de París, justo antes de la festividad de la Pascua judía. Investigaciones posteriores mostraron que los judíos los habían asesinado y tomado su sangre… Un incidente similar ocurrió en Londres, cuando muchos niños ingleses fueron asesinados por rabinos judíos.

 

En Rusia

A principios de enero de 2005, unos 20 miembros de la Duma rusa hicieron público un libelo de sangre contra los judíos. Se dirigieron a la oficina del fiscal general y exigieron que Rusia «prohibiera todas las organizaciones judías». Acusaron a los grupos judíos de ser extremistas, «anticristianos e inhumanos cuyas prácticas se extendían incluso a los asesinatos rituales». Aludiendo a decisiones judiciales antisemitas anteriores que acusaban a los judíos de asesinatos rituales, escribieron que «muchos hechos realizados por extremistas religiosos han sido probados por los tribunales». Las acusaciones incluían los típicos tópicos antisemitas, como «todo el mundo democrático está actualmente bajo el poder financiero y político de la internacional judía. Y no queremos que Rusia esté entre esos países no libres».

Esta petición fue publicada en forma de una carta abierta al fiscal general en el periódico Rus Pravoslávnaya (‘Rusia ortodoxa’). El grupo estaba compuesto del ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia, el Partido Comunista de la Federación Rusa y el nacionalista Ródina (Unión Patriótica Nacional de la Madre Patria), con unos 500 partidarios. Los partidarios incluían editores y periodistas de periódicos nacionalistas. A finales del mes el grupo recibió fuertes críticas y se retractó en su demanda.

El origen de esta acusación se remonta a la época de Jesús. Cuando, según la tradición cristiana, se reúne con sus discípulos para la Última Cena (en realidad el Seder de Pesaj), al partir la matzá Jesús dice: “Comed, esta es mi carne” y al repartir el vino dice “Bebed, esta es mi sangre”. Estas palabras fueron aprovechadas por las autoridades romanas para perseguir a los primeros cristianos, acusándolos de efectuar sacrificios humanos para luego comer la carne de la víctima y beber su sangre. Cuando el cristianismo se transformó en religión oficial del Imperio, esta acusación recayó sobre los judíos.

Lamentablemente los que acusaron a los judíos no tuvieron en cuenta que las descripciones de torturas y sacrificios humanos de los libelos de sangre antisemitas son contrarias a muchas de las enseñanzas del judaísmo.

La más obvia, los Diez Mandamientos de la Torá judía, donde se prohíbe el asesinato. Además, el uso de sangre (humana o de otro tipo) en la cocina está prohibido expresamente por la Kashrut (las leyes sobre la comida kosher). La sangre y otros fluidos humanos son impuros (según el Libro del Levítico, 15). La sangre de animales sacrificados no puede ser consumida y tiene que ser extraída del animal y enterrada (Levítico, 17:12-13). De acuerdo con el Levítico, la sangre de los animales sacrificados solo puede ser colocada en el Gran Templo de Salomón en Jerusalén, que ya no existía en la época de los libelos.

Mientras que los sacrificios animales eran parte de las prácticas del judaísmo, el Tanaj (Antiguo Testamento) y las enseñanzas del Halajá señalan el sacrificio humano como uno de los males que separa a los paganos de Canaán de los hebreos (Deuteronomio, 12:31; y Segundo libro de los Reyes, 16:3). De hecho, la limpieza ritual para los sacerdotes prohibía incluso estar en la misma habitación que un cadáver (Levítico, 21:11).

 
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