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| lunes diciembre 23, 2024

Un balance de los sucesos en Siria


 Jonathan Spyer

Aurora

1/12/2011

La posición de Turquía será crucial

Una guerra civil está desarrollándose en Siria. Se trata de un conflicto muy desparejo.

Sin el aumento de la presión internacional y posiblemente sin intervención, pareciera que el derramamiento de sangre va a continuar durante mucho tiempo. La dividida oposición de Siria, por su parte, sigue siendo incapaz de articular una estrategia coherente para sacar del poder a la dictadura del presidente Bashar al-Assad. La posición de las potencias externas es, ahora, el factor decisivo.

A pesar de la continua hemorragia de deserciones; el régimen de Assad mantiene el control total sobre los 220.000 efectivos del Ejército Árabe de Siria. La Cuarta División Blindada y la Guardia Republicana alauita siguen siendo las temibles herramientas de la represión. Además, Assad tiene cuatro poderosos organismos de seguridad, así como la amorfa y brutal aglomeración de hombres armados irregulares alauís conocido como el Shabiha.

Frente a esta formidable máquina de matar, la oposición Siria sigue siendo incapaz de unirse.

Las ambiciones personales y las rivalidades son factores importantes, pero las divisiones sustantivas también existen. Las facciones principales de la oposición están particularmente divididas sobre la cuestión de la intervención extranjera. El Consejo Nacional Sirio, de fuerte influencia turca e islamista, cuenta con una política vaga y no comprometida en esta materia, en consonancia con la posición ambigua de la propia Turquía y de los países del Golfo Pérsico. El Comité Nacional de Coordinación más pequeño, dominado por la izquierda, por su parte, se opone firmemente a cualquier injerencia externa.

Sin embargo, más allá de todas las divisiones, un déficit más fundamental sigue siendo común a todos los grupos de la oposición. Este es, la falta de una política coherente para la toma del poder.

El Consejo Nacional de Siria esta semana resumió lo que ha denominado como el programa de “transición” para una nueva Siria. Según el plan, Assad sería reemplazado por un gobierno interino apoyado por el ejército, que organizará las elecciones bajo la supervisión internacional dentro de un año. Éstas elegirían una “asamblea fundacional”, que elaborará una nueva Constitución.

La nueva constitución sería sometida a un referéndum.

Las elecciones parlamentarias serían organizadas en seis meses.

Todo esto suena muy sensato. Sin embargo, No deja en claro exactamente cómo debe ser destituido el dictador para facilitar una transición ordenada. Este inconveniente fundamental sigue siendo común a los innumerables grupos de oposición y es un punto ciego en el comentario más general sobre Siria.

Algunos comentaristas árabes han sugerido que la evidente falta de legitimidad popular del régimen conducirá a su desintegración rápida y repentina. Rami Khoury, por ejemplo, en el Daily Star de Beirut, afirmó que si la violencia aumenta, es probable que el régimen se encuentre con que sus pilares de apoyo hagan un viraje. Khoury enumera a estos “pilares” como los militares, la clase empresarial, los alauitas, otras minorías y las “silenciosas clases medias de Alepo-Damasco”.

Por supuesto que es imposible predecir qué va a pasar, pero sin duda hasta ahora ha habido pocos signos serios de que estos pilares se pasen a la oposición – a pesar del indudable coraje y determinación de los manifestantes y los insurgentes. Esto puede deberse en parte a que la oposición no ha logrado presentar un liderazgo alternativo creíble y unido alrededor del cual debe marchar.

En ausencia de ello; es probable que continúe la violencia.

Cuando las armas hablan, las musas callan. Por esta razón, es importante tener en cuenta la aparición, en la semana reciente, del rebelde Ejército Siria Libre del coronel Riad Asaad como un movimiento de oposición alternativo por derecho propio. El grupo de Asaad carece de la sofisticación política de los movimientos civiles; pero en Siria, la fuerza tiende a tener la última palabra. Es probable que el Ejército Libre de Siria surja como un actor clave, a pesar de que una milicia de 15.000 a 20.000 efectivos no puede esperar destruir un régimen bien arraigado a menos que se desmorone desde adentro – o una fuerza externa superior entre en la refriega para ayudarlo.

Por lo tanto la cuestión clave sigue siendo la respuesta internacional.

Francia se ha pronunciado a favor de la creación de zonas de seguridad para proteger a los civiles sirios. Pero probablemente Turquía será el actor principal; si dichas ideas llegan a la etapa de implementación. Turquía se está convirtiendo en el principal actor. Ankara, supo mantener hábilmente lazos invisibles con la oposición sunita de Siria; incluso cuando desarrolló abiertamente su tan anunciado acercamiento al régimen de Assad, antes de la sublevación. Ha desempeñado un papel central en la construcción de la oposición externa desde el inicio del levantamiento. Turquía fue sede de las primeras conferencias de la oposición, absorbió a los refugiados, ayudó a coordinar la fundación del Consejo Nacional de Siria, y está ofreciendo bases y asistencia al Ejército Libre de Siria.

Pero todo esto sólo es suficiente para mantener la presión sobre Assad. En cambio, para inclinar la balanza, será probablemente necesaria una participación más directa.

La semana pasada, las fuerzas de Assad abrieron fuego contra dos autobuses que transportaban a ciudadanos turcos en Siria. La respuesta del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, fue llamar por primera vez al dictador de Siria a renunciar de inmediato.

En una acción potencialmente de largo alcance, se ha informado que Turquía está contemplando la creación de una zona de amortiguación en la zona fronteriza entre ambos países.

Dicha zona podría proporcionar un punto de apoyo a los insurgentes de Siria para organizar y construir su desafío al gobierno de Assad. Pero también podría plantear la posibilidad de enfrentamientos entre Siria y Turquía.

Turquía no actuará sin el apoyo y el mandato internacional. Puede ser que la declaración de Francia haya sido el primer paso en un intento de reunir ese mandato. Con la oposición dividida y el régimen desafiante, la crisis en Siria parece lejos de concluir. La dirección de los acontecimientos en la siguiente fase se decidirá en la arena internacional.

Difusion: www.porisrael.org

 
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