Sal Emergui
Jerusalén
04/12/2011
Voces de alegría y esperanza del grupo islamista Hamas. Voces de preocupación y cautela en Israel. Son las primeras reacciones a la rotunda mayoría islamista en la ronda inicial de las elecciones legislativas en Egipto. Tanto israelíes como palestinos pronosticaban una victoria de los Hermanos Musulmanes pero no esperaban que los salafistas extremistas ocuparan el segundo puesto.
«Son muy buenos resultados que demuestran que los intentos de aislar y marginar a los movimientos islamistas han fracasado. La victoria en Egipto significa un apoyo más importante a la causa palestina y es el auténtico regreso a la esencia árabe y al Islam», declara el portavoz de Hamas, Fawzi Barhum ante el éxito previsto y anunciado del brazo político de los Hermanos Musulmanes. Por muchos motivos (históricos, ideológicos, sociales y económicos), los egipcios son considerados los «hermanos mayores» del movimiento palestino que controla la Franja de Gaza desde junio del 2007.
Hamas exige ahora que «la Unión Europea y Estados Unidos aprendan la lección de lo ocurrido en los comicios en Palestina y respeten los resultados democráticos de Egipto que reflejan la voluntad de su pueblo».
«Invierno islamista»
Para Hamas, es la luz al final del túnel. Para Israel, es la entrada en un oscuro y amenazante túnel con salida incierta. Los israelíes se despiertan inmersos en lo que llaman «invierno islamista» regional. El ministro de Defensa, Ehud Barak, ha declarado que «Egipto e Israel son conscientes de la importancia de los acuerdos de paz» pero confesando que «los resultados electorales son muy inquietantes».
«Nos encontramos ante profundos cambios regionales sin saber aún cómo acabarán. Quizás desde la perspectiva histórica y a largo plazo sean positivos pero en el plazo inmediato son problemáticos», dijo Barak al canal 2 de la TV israelí.
Sobre el futuro Ejecutivo de El Cairo, una fuente del Gobierno de Benjamin Netanyahu añade con un tono más dramático: «Si los Hermanos Musulmanes y los salafistas fundamentalistas, que habrían obtenido el 20%, se unen en el Parlamento la situación será muy difícil y peligrosa para Israel. Egipto se convertiría en un Estado teocrático que actuará contra nosotros. En ese caso, el acuerdo de paz y las relaciones bilaterales podrían estar en peligro».
No precipitarse
En la reunión semanal del Gobierno israelí, algunos ministros han optado hoy por «la máxima cautela» como el de Medio Ambiente, Gilad Erdan: «No debemos precipitarnos en nuestros juicios de valor. Israel debe colaborar y preservar en la medida de lo posible el acuerdo de paz con cualquier gobierno que salga elegido en Egipto». «Estamos preocupados y esperamos que Egipto no se convierta en un Estado islámico fanático», replica el ministro de Economía Yuval Steinitz.
El que fuera hasta hace unos días el embajador israelí en El Cairo, Yitzhak Lebanon, recomienda «seguir lo que sucede en Egipto con mucha atención pero sin lanzarse a hablar por hablar. Cualquier cosa que se diga ahora puede perjudicarnos en el futuro por lo que hay que dar tiempo a los egipcios en estos momentos».
Preguntado por el diario Yediot Ajaronot sobre si Israel sale perdiendo con el nuevo Egipto de la era islamista y postMubarak, Lebanon es sincero: «No hemos perdido nada en Egipto porque para perder algo hay que tenerlo y nosotros no teníamos mucho allí. ¿Teníamos contacto con los dirigentes? Aún lo tenemos. ¿Casi no había contacto con la calle y los medios de comunicación egipcios? Pues seguimos con el casi».
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