Los voluntarios de ZAKA responden a la escena del ataque terrorista del 14 de julio en el Monte del Templo. Foto: ZAKA.
Traducido para PorIsrael.org por Yetty Blum
Estas han sido unas semanas particularmente difíciles para el pueblo judío.
La «crisis» en el Monte del Templo ha dado a los extremistas del mundo árabe la oportunidad de usar argumentos falaces, actos de violencia, propaganda y una versión sesgada de la historia para justificar la incitación a la violencia y perpetrar bárbaros asesinatos de judíos israelíes y no judíos.
Curiosamente, pero no sorprendente, los principales medios de comunicación internacionales -muchos de los cuales no pueden ver más allá de su odio al Primer Ministro israelí Bibi Netanyahu- parecen haber olvidado que toda esta crisis se desencadenó cuando tres árabes israelíes dispararon y mataron a dos drusos-israelíes, oficiales de policía. Triste e irónicamente, estos oficiales de policía estaban manteniendo el Monte seguro para todos, incluyendo para los musulmanes.
Sin embargo, este hecho ha sido ignorado en su mayoría, y esta crisis ha probado tristemente que la violencia sí paga.
Además, parece que los medios de comunicación internacionales han permitido una vez más ser manipulados y utilizados como peones, de manera descarada e imprudente. Ellos reportaron las noticias usando la fachada de «cobertura imparcial de los medios de comunicación», pero entre tanto difundiendo inexpresiva e irresponsablemente mentiras malintencionadas y propaganda que falsamente retratan a Israel como el «Goliat».
Aunque había hecho aliá, recientemente volví a los Estados Unidos para continuar el trabajo que había iniciado en Israel. Inicialmente decidí trasladarme a Israel en 2016 para buscar un propósito dentro del contexto de mi judaísmo. En retrospectiva, me doy cuenta que llegué mal preparado, no estaba listo para las barreras culturales que existían, y la difícil adaptación de mudarse a un nuevo país donde no podía hablar el idioma y tenía recursos financieros limitados.
Sin embargo, en retrospectiva, ahora me doy cuenta que este sufrimiento era necesario, porque es el pegamento que mantiene unido al pueblo judío. Estas pruebas y tribulaciones nos han dado la fuerza y la determinación de seguir adelante y prosperar durante miles de años, a pesar de la persecución histórica y consecuente y el asesinato sistemático por parte de aquellos que han hecho todo lo posible para destruirnos.
Mientras estaba en Israel, inicialmente busqué el judaísmo, pero luego huí, era demasiado abrumador, Sin embargo, ahora lo anhelo. A menudo daba la espalda al Shabat, pero ahora lo busco. Yo estaba frustrado por la dureza de la lengua hebrea y mi falta de fluidez, pero ahora cuando oigo a alguien hablarla, me siento seguro y protegido, sabiendo que mi familia está cerca. Y cuando escucho el Hatikvah y Am Yisrael Jai – y veo flamear la bandera israelí con la estrella Judía – sabiendo el precio que pagó nuestro pueblo para enarbolarla libremente, lloro con orgullo.
Nuestro destino y nuestro futuro dependen de una poderosa FDI, de la práctica continua de nuestro judaísmo y de un Israel fuerte y próspero.
Ciertamente no abogo por un trato especial para Israel, sólo una cobertura razonable y justa. Sin duda, los periodistas deben responsabilizar al gobierno y a los políticos israelíes, pero esto debe hacerse de manera ética y responsable. Así que cuando veo el sesgo de los medios anti-Israel en la televisión y en otros lugares, mi sangre hierve. Pero después de que el enojo inicial y la tristeza desaparecen, me motivan y me dan un mayor propósito. Fortalecen mi determinación y mi profundo compromiso de no dejar nunca de hacer mi parte en la lucha por la injusticia – no importa en qué parte del mundo esto se dé, ayudando a mantener la relación entre Estados Unidos e Israel y luchando y defendiendo a mi pueblo con inquebrantable lealtad, no importa el costo.
Mientras vivía en Israel, sentía una terrible nostalgia, deseaba la comodidad y la familiaridad de mi hogar en los Estados Unidos. Sin embargo, una vez que volví aquí, mi alma se sintió vacía; algo faltaba. En retrospectiva, ahora me doy cuenta que la mayoría de los israelíes son mi familia, incluso si nunca nos hemos encontrado. Y mientras que el viaje de Aliá fue arduo, me cambió y nada para mí va a volver nunca a ser igual.
Eventualmente, cuando llegue el momento, regresaré permanentemente a mi patria ancestral para cumplir mi profunda responsabilidad y seguir haciendo mi parte para asegurarme que el pueblo judío continúe perseverando, prosperando y sobreviviendo mucho después de mi tiempo en este planeta. Ese es mi pacto con Dios, el pueblo judío y el futuro del estado democrático y judío de Israel. Es la crisis del Monte del Templo y los asesinatos salvajes de mi pueblo los que han sellado mi destino y han consolidado ese compromiso.
***El autor es el Chief Booker en i24NEWS y ha sido un comentarista político y colaborador en ILTV, Miami Herald, MSNBC, The Palm Beach Post, Sun-Sentinel, Jerusalem Post y en Israel National News. También es miembro del equipo del Caucus POLITICO. Él ha sido anteriormente un estratega político y recaudador de fondos y co-anfitrión y productor del programa de Radio Gray Zone Radio show, de Bloomberg Affiliate news breaking de charlas políticas por radio en Miami, Florida. Actualmente vive en Nueva York.
Una versión de este artículo fue publicada en el Jerusalem Post.
https://www.algemeiner.com/2017/08/06/why-the-temple-mount-crisis-is-calling-me-home-to-israel
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