Oscar Perez Ventura
GEES
09 de Diciembre de 2011
En principio, el título de este artículo puede parecer, como poco, alarmante. Pero lo cierto es que algunos grupos de musulmanes radicales que viven en Europa, están más organizados y se muestran cada vez más activos para conseguir implantar las costumbres islámicas e incluso su propia ley, la Sharia, no sólo entre sus fieles sino a toda la sociedad que les acoge.
En Europa están proliferando movimientos extremistas de este tipo, como Ahlu Sunah Wa Jammah (Los seguidores del Profeta). Este grupo fundamentalista islámico instaurado en Copenhague, cree que si se castigara los delitos como en Arabia Saudí o Irán, la tasa de criminalidad en Dinamarca se reduciría significativamente. Siendo precisos, afirman que “si alguien ve cómo le cortan las manos a un ladrón, se abstendrá de cometer el mismo delito”.
A través de predicadores callejeros, más cercanos a una especie de vigilantes morales del cumplimiento de la Sharia, se aseguran que los ciudadanos no beben, no juegan, no van a la discoteca y no quebrantan ninguna de las reglas de la ley islámica, intentando convencerles que lo que hacen no es adecuado y va contra el Islam.
Otro grupo también asentado en Dinamarca, es Kaldet til Islam (Llamada al Islam), los cuales prácticamente se han adueñado de los barrios Ingberg y del distrito de Norrebo de la capital danesa, declarando estas zonas como sujetas a la ley islámica. De hecho, a la entrada de estos barrios se pueden encontrar carteles que rezan “está entrando en zona controlada por la Sharia”. Con más de 1500 seguidores, se ven con la masa crítica suficiente para aseverar que el futuro que ambicionan es “trabajar para establecer el Califato como una de las mayores tareas en el día”.
Estos grupos están inspirados en Islam4UK, un grupo de salafistas radicales que operaban en Reino Unido. Fueron declarados ilegales tras la aprobación de las leyes antiterroristas de ese país en enero del 2010. En su ya extinta página web, se describían como “una plataforma de sinceros musulmanes que pretenden propagar la ideología islámica suprema en el Reino Unido, como una alternativa divina a la ley del hombre”. Su objetivo era “convencer a la opinión pública británica de la superioridad del Islam, con el fin de transferir la autoridad y el poder de los musulmanes a fin de aplicar la Sharia”.
El líder de este desaparecido grupo, Anjem Choudary continúa su lucha por la implantación total de la Sharia en el Reino Unido, y no ceja en el empeño de “poner las semillas para un emirato islámico a largo plazo”. De este modo, el ha sido el promotor de inundar con carteles y pegatinas en algunos barrios de Londres con mayoría musulmana (un 30% del total de habitantes) con llamativos carteles de color amarillo donde se puede leer: “Usted está entrando a una zona controlada por la Sharia; aquí, la ley islámica debe ser observada”. El panfleto informa, que dentro de la “zona Sharia” no se permite el consumo del alcohol ni casinos. Además el cartel prohíbe música y conciertos, pornografía o la prostitución, así como el consumo de estupefacientes.
En un país con casi tres millones de musulmanes, el Reino Unido podría representar un peligroso caldo de cultivo para estos grupos fundamentalistas islámicos, si tenemos en cuenta los últimos ataques a decenas de residentes musulmanes de los distritos londinenses de Waltham Forest, Tower Hamlets, Newham que han sido atacados por no obedecer “las reglas islámicas”. Además, una docena de mujeres musulmanas de estos barrios de Londres se han quejado por haber sido amenazadas con violencia e incluso de muerte por los extremistas islámicos si no llevan velo ni se visten según la tradición islámica.
Choudary ha advertido que: “ahora tenemos cientos, quizá hasta miles de personas en todo el país dispuestos a salir a patrullar las calles para nosotros. Hasta 50.000 pegatinas han sido impresas para la distribución”. Además asegura que: “hay 25 zonas en todo el país que el Gobierno ha calificado como áreas en las que el extremismo violento anti musulmán es un problema. Así que nosotros iremos a todas estas áreas e implementaremos nuestras propias zonas, controladas por la Sharia. Esto significa que esta es un área donde la comunidad musulmana no va a tolerar las drogas, el alcohol, la pornografía, los juegos de azar, la usura, y también la mezcla libre entre los sexos; los frutos de la civilización occidental”.
Reino Unido y Dinamarca no son los únicos países europeos en los que se han desarrollado estos grupos extremistas. Bélgica, Holanda o España cuentan con sus propias organizaciones pro-Sharia. En Internet se puede encontrar cierta cantidad de vídeos en los que distintos líderes musulmanes explican con detalle las razones por las que el Islam debería sustituir a la democracia.
En nuestro país, el controvertido imán de Lérida, Abdelwahab Houzy también puso en funcionamiento una especie de “policía” de la Sharia con el fin de que amonesten, aíslen y si es necesario agredan a aquellos fieles del Islam que no cumplan la interpretación extremista religiosa que defiende Houzy.
Es un ferviente seguidor de la corriente wahabita, la cual destaca por su rigor en la aplicación de las leyes islámicas y por un constante deseo de expansión, hecho que parece llevar a la práctica si tenemos en cuenta el deseo de importar esta corriente a otras ciudades catalanas como Olot.
Houzy ha usado la mezquita de Lérida para predicar sus proclamas fundamentalistas y desde allí llevar a su causa a los fieles musulmanes. A día de hoy, el ayuntamiento leridano ha precintado el recinto por motivos de seguridad puesto que en él se reunían hasta mil personas cuando apenas tiene capacidad para doscientas. Sin embargo, el imán ya ha advertido que construirá otra mezquita gracias a los fondos de Arabia Saudí y de Marruecos.
Es importante destacar que esta idea de unos vigilantes de la Sharia parece importada directamente desde Arabia Saudí, ya que en él existen los Mutawas o policía religiosa, también conocida como Policía para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio. Cuentan con 3500 oficiales y millares de voluntarios, cuyo trabajo consiste en hacer cumplir la ley islámica. Tienen el poder de arrestar a cualquier hombre y/o mujer que se encuentren reunidos públicamente sin que sean familia y también de prohibir e incautar productos, como podrían ser juegos, discos de música occidental, películas y otros productos que no se consideren compatibles con las leyes de la Sharia.
En este país la práctica del cristianismo, la presencia de iglesias y la tenencia de materiales religiosos cristianos están completamente prohibidas. No está permitido ni siquiera el culto privado cristiano o judío, habiéndose dado varios casos de expulsión del país de cristianos por rezar en la intimidad del hogar. Por estas prohibiciones se considera que Arabia Saudí es el país del mundo más restrictivo hacia el derecho a la libertad religiosa.
Estos grupos mencionados, aunque minoritarios, están adquiriendo una mayor influencia entre musulmanes asentados en Europa. El objetivo común de todos ellos es claro: establecer el Islam en Occidente.
Si estos grupos radicales de orientación salafista van contra las normas de convivencia de los ciudadanos europeos y pretenden socavar los valores democráticos de Europa, deben ser ilegalizados e incluso sus miembros juzgados debidamente si realizan apología del terrorismo o ensalzan la figura de yihadistas como la del desaparecido Bin Laden o la del actual líder de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri.
Óscar Pérez Ventura, Analista en Terrorismo Yihadista, Insurgencia y Movimientos Radicales Islamistas
Difusion: www.porisrael.org
¡Terrible!
Lo que me gustaría saber es si cuando los musulmanes hablan de «sharía» se refieren siempre a lo mismo, es decir, a la ley islámica fundamentalista. Pregunto esto porque leí en algún lado que la «sharía» puede tener diversos contenidos, de mayor o menor rigor.