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| lunes diciembre 23, 2024

KI TETZE


B’H

Setenta y cuatro de los 613 preceptos (Mitzvot) de la Torá se encuentran en la sección Ki Tetzé. Estos incluyen las leyes de una cautiva bella, los derechos de herencia del primogénito, el hijo rebelde y descarriado, entierro y dignidad de los muertos, la devolución de un objeto perdido, el envío del ave del nido antes de tomar a sus pichones, la responsabilidad de construir un cerco de seguridad en el techo de una casa propia, y las varias formas de kiláim (híbridos prohibidos entre plantas o entre animales).

También son recontados los procedimientos judiciales y las penas por adulterio, por la violación o seducción de una moza soltera, y por un esposo que acusa falsamente a su mujer de infidelidad. Los siguientes no pueden casarse con una persona de linaje judío: un bastardo, un varón de descendencia moabita o amonita, una primera y segunda generación de edomita o egipcio.

Esta sección también incluye las leyes de la pureza del campamento militar; la prohibición de entregar un esclavo que se escapó; la obligación de pagar a un trabajador a tiempo y de permitir a cualquier animal o persona que trabajan para uno, «comer mientras trabaja»; la forma correcta de tratar a un deudor y la prohibición de cobrar interés por un préstamo; las leyes de divorcio (de donde son derivadas muchas de las leyes de matrimonio); la pena de 39 latigazos por la trasgresión de una prohibición de la Torá; y los procedimientos de ibum («matrimonio levirático») de la mujer de un hermano fallecido que no tuvo hijos o jalitzá («quitado del zapato») en el caso en que el cuñado no desee casarse con ella.

Ki Tetzé concluye con la obligación de recordar «lo que Amalek te hizo en el camino, cuando salían de Egipto».

 

LA INGRATITUD Y SU CASTIGO

 

11 [Los vencedores] tomaron todos los bienes de Sodoma y Gomorra, y todo el alimento, y partieron. 12 Cuando salieron, [también] tomaron al sobrino de Avram, Lot, y sus posesiones, puesto que él había estado viviendo en Sodoma. 13 Aquellos que escaparon vinieron y le trajeron las novedades a Avram el Hebreo, quien vivía tranquilo en las planicies de Mamré el Amorreo, hermano de Eshkol y Aner. Ellos eran aliados de Avram. 14 Cuando Avram escuchó que su pariente había sido tomado cautivo, convocó a todos sus 318 hombres de combate, quienes habían nacido en su casa. Corrió en pos [de los invasores], alcanzándolos en Dan.  15 Dividió [sus fuerzas] contra ellos [y atacó] esa noche: él y sus siervos. Atacó, y persiguió [a los invasores] hasta Jová, que está a la izquierda de Damasco. 16 [Avram] trajo de vuelta toda la propiedad. También trajo de vuelta a su pariente Lot y todos sus bienes, junto con las mujeres y las [otras] personas. (Génesis 11:14-16)

4 Un [hombre] amonita o moabita no puede ingresar en el grupo matrimonial de Dios. No pueden ingresar nunca en el grupo matrimonial de Dios, incluso después de la décima generación. (Deuteronomi0 23:4)

Lot era el padre de Moab y Amon. Abraham lo salvó cuando fue tomado cautivo por los reyes que se levantaron contra el rey de Sodoma.

Cuando Sodoma fue destruida Lot fue salvado por el mérito de Abraham.

Por lógica sus descendientes deberían estar agradecidos con los descendientes de Abraham. Pero no fue así. Cuando los Hijos de Israel llegaron, tras su peregrinar por el desierto durante 40 años, a la frontera de Amon y Moab y pidieron autorización para pasar por su territorio. No sólo éstos se negaron, sino que los moabitas contrataron a Bilam para que maldijera a Israel.

Ante esta muestra de desagradecimiento Di-s decretó que ningún amonita ni moabita podía entrar a la congregación de Israel (casarse con una judía).

Crea en sus Hijos

Por Yaakov Lieder

En los sucesivos estudios realizados acerca de logros académicos los estudiantes judíos, así como las instituciones de enseñanza judías, ocupan los primeros lugares. ¿Cómo llegan a eso? ¿Cuál es el secreto de su éxito? Un punto de vista frecuente es que los chicos judíos son, por naturaleza, mentalmente más ágiles. Muchos judíos están convencidos de la existencia de una inteligencia judía innata. En mi opinión, la propia popularidad de esta idea absurda refuta completamente esta teoría.

Si bien hay un sinnúmero de influencias, creo es la confianza que los padres judíos inculcan en sus hijos lo que los lleva a ser académica y luego profesionalmente exitosos. Los chicos judíos no son necesariamente más brillantes que otros niños, pero creen que lo son. Toman el estereotipo como ejemplo. Los niños que creen que son estúpidos fracasan, independientemente de su coeficiente intelectual. Los niños que creen que pueden ser exitosos generalmente tratan de serlo.

Cuando era chico alguien una vez me dijo, “eres muy inteligente,” y yo traté de probar que tenía razón. Y, en otra oportunidad hubo quien dijo que yo era incompetente, y también traté de adaptarme a ese concepto. Los estudios educacionales han mostrado que las percepciones tienen un enorme papel en el eventual éxito o fracaso de un joven. Los maestros que piensan que tienen alumnos inteligentes les exigen más y esperan logros, mientras que los maestros que creen que tienen estudiantes malos invariablemente producen alumnos que no rinden de acuerdo con sus capacidades.

En una oportunidad, el primer día de clase una joven maestra recibió la lista de sus alumnos. Al lado del nombre de cada niño figuraba un número. A la maestra le llamó la atención que todos los números estaban entre 80 y 100, y pensó que le había sido asignada una clase de alumnos brillantes, que todos habían obtenido calificaciones máximas en el año anterior. Halagada por haber recibido chicos tan excepcionales se puso como meta que estuvieran a la altura de su potencial y les exigió permanentemente a través de su constante apoyo. Efectivamente, ese año la clase fue la que tuvo la mejor actuación del año, más allá de todas las expectativas, ya que en realidad a la maestra le había sido asignada una clase de alumnos con bajo rendimiento. El número que aparecía al lado del nombre de cada alumno ¡era el de su casillero!

Si crees que puedes -o no puedes- hacer algo: ¡tienes razón! El hecho básico es que nunca podrás exceder lo que piensas sobre ti mismo; si tienes un concepto limitante acerca de ti mismo, esta idea es una garantía de fracaso. Cambia este concepto al de una confianza positiva en ti mismo y cuentas con una excelente posibilidad de éxito.

Los niños toman muy en serio a los adultos que los rodean. Si nuestros hijos están realmente convencidos que creemos en ellos, confiarán en que esto es cierto y actuarán de acuerdo con esta idea. Lamentablemente, también lo contrario es cierto.

La mejor bendición que puedes darle a tus hijos a través de tus palabras es: “sé que puedes hacerlo”. Y, cuando cumplen con tus expectativas, decirles: “¿ves? Pudiste hacerlo”.

Los chicos judíos son exitosos porque nuestra tradición siempre ha creído en el potencial humano y en la riqueza de la juventud. Esas son las creencias que tenemos acerca de nuestros hijos, ellos simplemente las convierten en realidad. (www.es.chabad.org)

 

 

 

 

 
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