Miguel Martin
En estos últimos días las declaraciones del sr. Newt Gingrich en las que pone en duda el pasado histórico palestino traen de nuevo sobre el tapete el debate sobre Oriente Medio y la realidad sobre la historia, cuyos datos son inapelables, además de recordarnos a todos que el vértice de la Historia humana con “H” mayúscula, pivota sobre esa misma zona, que nunca ha dejado de ser el fermento de crisis permanentes para la humanidad, hasta que la verdadera solución no termine por llegar que no será, seguro, a través de leyes internacionales casi siempre obedientes a intereses humanos y emparentados a valores ajenos al germen del problema.
El suelo de Israel SOLO esconde historia de Israel. Nada más. Por mucho que insistan organismos internacionales en mantener la falacia de los “territorios históricos palestinos ocupados”. La única realidad histórica sobre los cambios y avenidas humanas ha sido siempre la misma: Desde los orígenes de la humanidad y tras sucesivas olas de población sin estructurar y sin asentar de forma fija y estable, la única sociedad que allí echó raíces, fundó su Estado, determinó su historia, tuvo su capital como reino y epicentro de sus costumbres, religiosidad y cultura fue, ha sido y será la israelí.
Resulta polémica y políticamente incorrecta esta declaración, pero la verdad solo tiene un camino y una sola dirección. Israel fue, ha sido, es y será el único Estado y sociedad legitimada para reivindicar y poseer una tierra que le fue arrebatada por la fuerza y posteriormente usurpada por elementos sin coordinación, ni estructura social visible, sin pasado presumible, ni valores apegados a la posesión de la tierra y su conexión con la historia allí edificada. Solamente Israel es el legítimo y exclusivo propietario de esa tierra, no los palestinos (mal llamados) ni los árabes, ni los trucos. Nadie puede esgrimir propiedad alguna y por eso cobran valor hoy las declaraciones de Gingrich, Presidente de la Cámara de Representantes de los EEUU de América.
Además, cuando se pisa suelo de Israel se pisa su historia y desafío a quienes quieran a demostrar lo contrario. No existe resto arqueológico alguno que permita siquiera la duda al respecto. Cualquier excavación en esa tierra saca a la superficie historia y pasado judío, israelí y hebreo, salvo que se arañe suavemente la tierra o se eliminen restos arqueológicos valiosos, algo real hoy y para demostrarlo solo hace falta ver cómo están tratando la autoridades palestinas de Jerusalén los restos excavados en su afán por destruir toda huella judía que quede bajo la Explanada de las Mezquitas donde se está triturando vestigios muy valiosos que evidencian el pasado judío de la Explanada, no el palestino. Lo saben pero mienten y no solo ellos, porque en Occidente se compra como mercancía valiosa este tipo de mentiras, embustes y manipulaciones como verídicas. Todo para desmenuzar los vestigios y así deslegitimar la propiedad genuina y a sus auténticos dueños porque de allí procedían todos sus antepasados: Israel y el pueblo judío.
El suelo es de Israel, la única historia debajo el mismo es judía, los restos soterrados hablan de Israel y solo de Israel, la historia allí escrita es la de Israel y los judíos. Cualquier intento de alterar esta realidad nace manipulado salvo que se pretenda por otros medios, algo que ya se intentó en otras ocasiones.
Mientras tanto allí pueden seguir viviendo en paz unos y otros: judíos y árabes, cristianos y drusos, ateos, agnósticos o creyentes, hay sitio para todos menos para los mentirosos, manipuladores, estafadores y gente miserable, permanentemente alimentando y extendiendo dudas sobre el veredicto de la historia. Esta no las tiene y nadie debería tenerlas, mucho menos diseminarlas como válidas.
Gingrich tiene razón, el problema no está en eso sino lo mucho que tardan algunos representantes políticos y sociales en reconocer la verdad porque cuanto más se atrase este tipo de declaraciones, hay crímenes, asesinatos, bombas, sangre derramada inútilmente, dolor, tiempo perdido, miseria, odio, atraso, guerra.
¿Merece la pena negar la realidad? No. El suelo de Israel solo puede ser judío, no otra cosa. Siempre lo fue. Y lo será.
Miguel Martín
Zaragoza
Querido Miguel: Com parto 100% tus palabras. Aunque no conozco personalmente esta tierra es como que la conociera de siempre. He aprendido a amar a Israel como nación y a su gente. Creo en las promesas de Dios para este pueblo y se por las sagradas escrituras que el tiempo de la restauración total de Israel esta cercana. Abrazo. Shalom.