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| lunes diciembre 23, 2024

Europa, sé un buen amigo de Israel


  • Hoy, 11 de diciembre de 2017, el primer ministro Binyamín Netanyahu se reunirá con la jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, y desayunará con los ministros de Asuntos Exteriores de los 28 estados miembros de la UE. Los sentimientos de Israel acompañan al Primer Ministro.
  • Hoy, el pueblo judío, junto con todas las personas de buena voluntad, está conmemorando un evento que finalmente le ha brindado una justicia histórica a un problema que tiene 3.000 años de antigüedad: Jerusalén ha sido reconocida por los Estados Unidos como la capital del Estado de Israel.
  • ¿Cuántas veces han visitado ustedes, funcionarios europeos, a Israel y los santuarios de las tres religiones monoteístas? Hoy, Israel preserva diligentemente el frágil status quo que permite la libertad de religión a todas las religiones, a pesar de los continuos ataques, los cuales atacan principalmente a judíos y ponen en peligro el delicado equilibrio en esta área del Sanctum Sanctorum de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
  • La narrativa palestina rechaza la relación indivisible entre el pueblo judío, su tierra natal y su capital, Jerusalén. Ese rechazo inflexible ha llevado a cualquier proceso de paz a un punto muerto.
  • Durante años, la relación entre Europa e Israel ha sido tensa. Europa tiende a criticar a Israel por, simplemente, defenderse contra las continuas amenazas y ataques terroristas que enfrenta en todas sus fronteras y dentro de sus ciudades. La UE nunca ha reconocido los peligros que plantean Hamás o Hezbullah, así como muchos otros grupos yihadistas.
  • En la década de 1980, Europa desarrolló la idea que se debilitaría sus relaciones con el mundo árabe si mostraba simpatía y amistad con Israel. Objetivamente, este concepto ha llegado a su fin. Europa: la lucha de Israel por su supervivencia y la supervivencia del pueblo judío también es su batalla.

Jerusalén ha sido reconocida por los Estados Unidos como la capital del Estado de Israel. Fue el reconocimiento de una realidad de facto por la cual expresamos nuestro profundo agradecimiento, tanto al pueblo estadounidense como a su presidente.

¿Cuántas veces los funcionarios europeos visitaron Israel y cruzaron el umbral de nuestra Knesset en Jerusalén, el único templo de la democracia en todo el Medio Oriente?; ¿Cuántas se reunieron en oficinas gubernamentales en Jerusalén con nuestros ministros; visitaron el Tribunal Supremo alli; exploraron las excavaciones arqueológicas que dan testimonio del gran pasado judío de la ciudad; y han visto sus instituciones académicas, culturales y médicas en Jerusalén, las que ofrecen descubrimientos científicos e iniciativas culturales y artísticas para el futuro?

Han visitado los santuarios de las tres religiones monoteístas, y habéis notado cómo, sin precedentes en la historia de la ciudad, cada uno, desde el Santo Sepulcro hasta el Muro Occidental y el Domo de la Roca donde alguna vez estuvo nuestro antiguo Templo, es confiado a sus propios fieles, son visitados por los turistas y los fieles del mundo. Nunca antes, a lo largo de los siglos, ha sucedido esto. Hoy, Israel es la que preserva diligentemente el frágil status quo que permite la libertad de religión para todas las religiones, a pesar de los continuos ataques que principalmente azotan contra los judíos y que ponen en peligro el delicado equilibrio en esta área del sanctum sanctorum de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La democracia de Israel es la base de la paz en la que todos oramos, esperamos y deseamos. Tiene sus raíces en la presencia de 3.000 años del pueblo judío en Jerusalén. El presidente Trump simplemente ha reconocido una realidad y ha confiado a las partes  que negocien para determinar el futuro no solo de la región sino también de la misma Jerusalén.

El gesto de Donald Trump fue de sabiduría, coraje y verdad. Las objeciones internacionales a su decisión en nombre de los palestinos, en los últimos días, y los llamados a una nueva intifada, nos recuerdan dolorosamente a todas las víctimas judías inocentes por culpa de los ataques terroristas en los últimos 100 años y que portaban un único mensaje: “Esta no es su casa, ¡Vayánse!”.

La narrativa palestina rechaza la relación indivisible entre el pueblo judío, su tierra natal y su capital, Jerusalén. Ese rechazo inflexible ha llevado a cualquier proceso de paz a un punto muerto.

Europa lo sabe de primera mano porque siempre se ha considerado apóstol y garante de cualquier solución futura. Pero Europa ha sido testigo de todos los fracasos en el proceso, incluidos los atrevidos sacrificios territoriales realizados por Israel a lo largo de los años. Por lo tanto, Europa también debería reconocer la realidad y que ha llegado el momento de cambiar el rumbo.

Es impensable que el mantra del “regreso a las fronteras de 1967” y la repetición incansable del término “ocupación israelí” sigan siendo creencias dogmáticas para aquellos que realmente quieren la paz.

La verdad es que Jerusalén, la amada capital del pueblo judío y al mismo tiempo la ciudad donde tres religiones monoteístas mantienen sus lugares sagrados, rechaza en su seno los absurdos reclamos contra Israel, incluyendo la calumnia que se trata de un “estado apartheid”. Demoler este bastión del sesgo significa también convencer al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, de guiar a su pueblo sabiamente a reconocer la legitimidad histórica del pueblo judío. En primer lugar, debe dejar de incitar a la violencia contra Israel y los judíos. Y como pronto lo exigirá la ley estadounidense, debe dejar de financiar a los terroristas encarcelados y s sus familias con estipendios mensuales en efectivo que provienen predominantemente de asignaciones de ayuda europea a la Autoridad Palestina.

Este camino, circulando vía la verdad es el que conducirá a la paz, y es una verdadera lástima que el 9 de diciembre de 2017, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenasen al presidente Trump por reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Una condena formal del Consejo de Seguridad sería vetada por los Estados Unidos. Una declaración conjunta de los embajadores de Gran Bretaña, Suecia, Francia, Alemania e Italia declaró que la acción estadounidense “no estaba en línea con las resoluciones del Consejo de Seguridad y no era útil en términos de las perspectivas de paz en la región”.

El Consejo de Seguridad de la ONU debe restaurar la justicia luego de su Resolución 2334 del 23 de diciembre de 2016, que considera los sitios sagrados judíos de Jerusalén como “territorio ocupado”.

¿Grandes países como Inglaterra y Francia realmente quieren repetir esta mentira? ¿Europa quiere seguir el camino vergonzoso de votar a favor o abstenerse de las resoluciones de la UNESCO en contra de Israel que desautorizan la soberanía israelí en Jerusalén? Las acciones europeas nunca alentarán a los palestinos a abandonar su agresión, cesar su absoluta negación del derecho de Israel a existir como Estado judío o dejar de seguir su camino improductivo de criminalizar y deslegitimar a Israel.

Aún tenemos esperanzas… e incluso observamos varias señales que los países de la Unión Europea cambiarán el rumbo y decidirán renovar su compromiso con la paz y colocarse en el lado correcto de la historia, reconociendo la realidad que Jerusalén es para siempre la capital de Israel.

Europa es la cuna del sionismo y la tumba de millones de judíos

Los lazos entre el Estado de Israel y Europa no solo están profundamente relacionados con la historia de Israel, sino que también están arraigados en las almas de muchos de sus ciudadanos. El “sionismo” en sí fue concebido en Europa, y casi todos los Padres Fundadores de Israel hablaban lenguas europeas y crecieron en países europeos. Europa, de hecho, es el continente que defendió la Declaración Balfour. Lideró el camino para que la Liga de las Naciones ratifique un estado para el pueblo judío, y más tarde para el histórico voto de la Asamblea General de la ONU de 1947.

Desafortunadamente, Europa también es responsable del Holocausto, y la fuente de pogromos y odio con los que los judíos han sido perseguidos durante siglos. El Arco de Tito en Roma sirve como testimonio de la deportación de nuestra capital eterna, Jerusalén. Sin embargo, a pesar de las muchas experiencias trágicas, las semillas antiguas de la cultura y tradición judías, tanto humanísticas como espirituales, nunca se perdieron y continuaron fomentando la democracia, el progreso científico, el arte y el amor por la vida misma.

Gran contribución de Israel

Hoy, Israel ofrece importantes servicios e innovaciones para todo el mundo. Sus miles de acuerdos de cooperación con Europa reflejan el reconocimiento mundial: nuestras capacidades en alta tecnología avanzan en la actividad cibernética mundial, nuestros avances en medicina permiten grandes logros en enfermedades como el Alzheimer y el cáncer, nuestra investigación agrícola ofrece soluciones que pueden beneficiar al mundo entero, especialmente África y Asia.

Las relaciones económicas entre Israel y Europa crecen continuamente: las exportaciones actuales de Israel suman un total de $ 15 mil millones e importan $ 21 mil millones al año. Hace solo unos días, se llevaron a cabo ejercicios militares conjuntos en Israel con las fuerzas aéreas de Francia, Alemania, Italia y Grecia.

El 5 de diciembre de 2017, Israel, Chipre, Grecia e Italia firmaron un memorando de entendimiento para tender un gasoducto subacuático de 2.100 km que conecta los campos de gas frente a las costas de Israel con los tres países europeos, convirtiendo a Israel en un jugador importante en el Mercado energético europeo, fortalecimiento de la seguridad energética de la UE y diversificación de las fuentes europeas de suministro de gas natural.

Las acusaciones de la UE contra Israel

Y, sin embargo, si echamos un vistazo de cerca a la relación entre la Unión Europea e Israel, escuchamos inmediatamente una melodía que está fuera de tono. Durante años, la relación entre Europa e Israel ha sido tensa. Europa tiende a criticar a Israel por simplemente defenderse contra las continuas amenazas y ataques terroristas que enfrenta en todas sus fronteras y dentro de sus ciudades. Con demasiada frecuencia, Europa hace caso omiso de los intentos más evidentes de Israel de lograr la paz, como su desconexión de Gaza, pero también lo reprendió por su cautela al considerar qué soluciones son riesgosas y qué garantizarán realmente la seguridad de sus ciudadanos.

La UE nunca ha reconocido los peligros que plantean Hamás y Hezbollah, así como muchos otros grupos yihadistas, incluidos los respaldados por Fatah. La UE culpa constantemente a Israel en sus decisiones, resoluciones, documentos y “no documentos” de la Comisión y la Asamblea, cartas y apelaciones. Algunas de las figuras más importantes de Europa insisten en que las sanciones contra los “territorios” son necesarias, una postura política que ciertamente no traerá una solución a este conflicto que nosotros, los israelíes, quisiéramos resolver con sinceridad. Israel ha repetido muchas veces que está listo para la negociación directa sin condiciones previas con los palestinos. No se ha recibido respuesta alguna…

Soluciones poco realistas

La Unión Europea continúa presentando soluciones poco realistas al problema palestino-israelí, y los resultados solo han llevado a agravar innecesariamente la situación. Tal fue el caso en 2015 cuando sancionó a empresas y negocios israelíes en los territorios de la Línea Verde, lo que los obligó a cerrar los centros industriales que proporcionaban trabajo a cientos de palestinos. Los europeos promovieron la nociva idea que la deslegitimación de Israel puede lograrse a través de la presión internacional y que las negociaciones y las conversaciones directas con Israel pueden evitarse.

Europa no puede ser un agente honesto siempre que sea unilateral

Europa ha ignorado, en gran medida, muchos aspectos de la realidad del conflicto, incluyendo, ante todo, el apoyo palestino al terrorismo, que se expresa explícitamente en documentos, programas de televisión, textos escolares, declaraciones públicas de la Autoridad Palestina y la política de Mahmoud Abbas de pagar a los condenados terroristas, junto con sus familias (a menudo con fondos proporcionados por contribuyentes europeos con fines “humanitarios”).

Europa ignora el rechazo de los palestinos a la existencia misma de un Estado judío, que a menudo está vinculada a las posiciones religiosas islamistas que pretenden subyugar tanto a judíos como a cristianos. En resumen, los europeos tienden a ignorar que el rechazo palestino hacia Israel es un compromiso nacional y un imperativo religioso, y la consecuencia es una campaña continua de deslegitimación que incluye asaltos políticos, culturales e institucionales. La consecuencia es que Europa, mientras presiona a Israel sobre cuestiones territoriales, ignora la necesidad de presionar a los palestinos para que abandonen su guerra inquebrantable que incluye terror, incitación, asaltos y BDS.

A veces parece que algunas naciones europeas están influenciadas o intimidadas por las más extremas aspiraciones islamistas de las comunidades de inmigrantes musulmanes alojadas en sus ciudades. Esta semana, viene a la mente Suecia, donde una sinagoga fue atacada. Esta actitud impide que Europa actúe como intermediario honesto en cualquier negociación de paz.

Los tiempos están cambiando

Los tiempos cambian rápidamente y existe una necesidad urgente de superar las posiciones antiguas, fallidas, desactualizadas y engañosas que hoy en día solo dañan la posibilidad de la paz.

En la década de 1980, Europa desarrolló la idea que “debilitaría” sus relaciones con el mundo árabe si mostraba simpatía y amistad con Israel. Objetivamente, este concepto ha llegado a su fin. Hoy, el mundo árabe comparte intereses comunes con Israel, especialmente con la terrible Guerra Siria, el aumento del terrorismo de Al Qaeda/Estado Islámico y el imperialismo iraní similar a la hidra.

ISIS e Irán

El mundo árabe ahora se ve obligado a enfrentar los mismos peligros mayores que Israel y Europa: ISIS es la fuerza yihadista extrema que realiza ataques en las calles de Europa, el mundo árabe y contra la población civil en todas partes. Israel, con su experiencia de décadas luchando contra el terrorismo, puede proporcionar una ayuda concreta en esta lucha. Israel es el país que representa una línea de defensa para el mundo democrático, así como para los países árabes moderados.

El otro riesgo profundamente sentido que conecta los intereses árabes con los de Israel y Europa es la inestabilidad regional, que ha llevado al desplazamiento de cientos de miles de personas, presas del pánico por el terrorismo chiita respaldado por los sunitas y por Irán. De hecho, Irán mismo, utilizando sus propios Guardianes Revolucionarios y otros representantes, está librando actualmente una guerra por la hegemonía chiita en todo el Medio Oriente.

Irán lleva a cabo la mayor cantidad de ejecuciones en el mundo y no duda en colgar a los homosexuales en sus plazas. Irán discrimina a las mujeres y persigue a los disidentes; muestra una hostilidad genocida hacia Israel y Occidente; y oculta su búsqueda de adquirir armas nucleares después de la conclusión de un falso acuerdo nuclear.

Los designios imperialistas de Irán ahora tocan todas las fronteras de Israel y ponen al mundo entero en riesgo de una guerra desastrosa, mientras que su representante más cercano, Hezbollah, armado con cientos de miles de misiles, presenta con orgullo la amenaza terrorista más explícita.

Europa debe enfrentar estos riesgos en beneficio de sus ciudadanos, primero colocando a Hezbollah en su lista de organizaciones terroristas y, en segundo lugar, reconsiderando y revisando su relación con Irán. El acuerdo nuclear iraní, en el que Europa jugó un papel importante, ha permitido que Irán se vuelva cada vez más agresivo, y no al revés.

Europa abrazó el acuerdo con Irán y aceptó propuestas de grandes negocios que proporcionarán miles de millones de dólares a Irán. Europa debe decidir si continuará invirtiendo en acuerdos moral y económicamente cuestionables cuando Teherán está violando el espíritu del acuerdo nuclear, si no la carta. La tensión aumenta en la arena sunita-chiíta, y podría llevar a una explosión que también empujaría a Israel a la conflagración. ¿Dónde quiere Europa encontrarse?

Israel puede ayudar al mundo

A pesar que representa riesgos considerables, Israel opta por llevar a cabo operaciones de rescate, sean quienes sean los heridos, incluidos en Siria. El valor de Israel para la vida humana se manifiesta en su voluntad de ayudar a los que sufren: mujeres, hombres y niños. “A todos los que sufren les gustaría venir a Israel”, afirmó hace poco una mujer siria.

La inestabilidad causada por aquellos que huyen de la guerra en Medio Oriente y el hambre en África ha causado un asalto histórico en las costas de Europa. Israel está a la vanguardia junto con Europa tanto en la guerra contra el terrorismo como por ser un socio para mejorar las condiciones de vida de cientos de miles de personas a través de su conocimiento en los campos de la agricultura, la educación y la salud. Israel es un actor poderoso y respetado que puede ayudar en África y Asia a frenar la fuga hacia Europa fomentando el desarrollo.

El camino de Europa hacia una amistad y una cooperación renovadas con Israel requiere que Europa renuncie a esquemas de paz obsoletos.

El nuevo antisemitismo en Europa

El frío viento que a veces fluye desde la UE hacia Israel es una borrasca que puede convertirse en un tsunami que libera una monstruosa ola de antisemitismo que florece hoy en Europa, para nuestra gran consternación. El gran historiador Robert Wistrich escribió: “El veneno Nazi de ninguna manera se extinguió, habiéndose infiltrado (en su día) en la Unión Soviética y especialmente en el mundo árabe musulmán, donde el núcleo del antisemitismo duro difamaba sistemáticamente a Israel y los judíos y era ampliamente propagado oficialmente”.

La vieja cultura europea del odio continúa impregnando libros, revistas, periódicos, sermones, Internet, televisión y radio en una escala sin precedentes que no se había visto desde el apogeo de la Alemania Nazi.

Europa debe tomar conciencia de las imágenes demoníacas que circulan en gran parte del mundo islámico, que son lo suficientemente radicales en tono y contenido como para constituir una garantía de genocidio. Europa, a raíz de sus problemas causados ​​por la inmigración y la economía, también está infectada con dificultades políticas que han llevado a un descontento generalizado y al populismo. Además, en general sufre de una intolerancia antisemita que no puede entenderse en términos del conflicto árabe israelí, sino a través de los mitos y las teorías conspirativas que propagó el modelo nazi. La “pérfida influencia judía” es nuevamente un mito que trae asesinatos en París, Toulouse y otros lugares. En resumen, el terrorismo es el mismo enemigo en todas partes. No hay diferencia entre los mitos de los judíos que buscan la Mezquita de Al Aqsa y la idea que Occidente es el mal encarnado.

Europa, conviértete en nuestros mejores amigos

Recuerda Europa: la lucha de Israel por su supervivencia y la supervivencia del pueblo judío también es su batalla. Además, Israel tiene un amor por la democracia y la justicia social igual que el de ustedes. Si quieres ser parte de un proceso de paz, ayúdanos a evitar que los palestinos usen la incitación, la criminalización y la demonización; evitar que alimenten el terrorismo y la violencia; e invítelos a volver a la mesa de negociaciones.

Sé un buen amigo. Ahora es el momento correcto.

http://jcpa.org/article/europe-fair-friend/

Traducido por  Hatzad Hasheni

 
Comentarios

Europa jamás escucha. Israel día a día avisa y avisa…

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