Mordejai Kedar, distinguido especialista en Oriente Medio, publicó recientemente un artículo https://porisrael.org/2018/01/19/los-arabes-y-los-musulmanes-no-aceptaran-a-israel-como-el-estado-judio/ en el que decía que Israel jamás conseguirá la aceptación de sus vecinos. Esa conclusión choca frontalmente con el Proyecto Victoria de Israel que promuevo, y que versa precisamente sobre la consecución de esa aceptación. Así pues, el análisis de Kedar precisa una réplica.
Como soporte de su conclusión, Kedar aduce dos razones, una religiosa y la otra nacionalista. “La razón religiosa se enraíza en la concepción que tiene de sí el islam como una religión cuya misión es acabar con el judaísmo y el cristianismo, y heredar todo lo que una vez fue judío o cristiano: sus territorios, lugares de culto, gentes”. Y añade:
Los judíos intentan ahora rezar en el Monte del Templo, lo que sugiere que el judaísmo ha vuelto a ser una religión activa, viva e incluso dinámica. Esto pone la propia razón de ser del islam en entredicho. (…) Los musulmanes fieles a su religión, y conscientes de este peligro, no pueden en modo alguno aceptar la existencia de un Estado judío, ni siquiera uno diminuto en la costa de Tel Aviv.
El motivo nacionalista apunta a que el movimiento nacional palestino “se basa en la negación del derecho del pueblo judío a su tierra y a su Estado”. Así las cosas, lo que busca es erigir “un Estado árabe sobre las ruinas de Israel, no junto a él”.
Combinando ambas razones, Kedar concluye que “los árabes y los musulmanes son incapaces de aceptar Israel como el Estado judío”.
Como reacción –y aquí está la clave–, Kedar dice que Israel debería “decirles en términos inequívocos que Jerusalén pertenece a los judíos, y que van a tener que aprender a vivir con ello”. Extrapolando, podríamos decir que Kedar está aconsejando a Israel que se reafirme como Estado judío ante los árabes y los musulmanes.
Si se analizan detenidamente, el análisis y la recomendación política de Kedar se contradicen: si los árabes y los musulmanes jamás aceptarán a Israel como un Estado judío, ¿por qué llama a Israel a que se mantenga firme y les fuerce a “aprender a vivir con ello”? Si jamás aceptarán esa realidad, ¿cómo se les puede forzar a “aprender a vivir con ello”?
En otras palabras: Kedar no cree en su propio pronóstico sombrío. Si lo hiciera, no haría frente al rechazo árabe y musulmán sino que buscaría maneras de sortearlo. Por ejemplo, alguien verdaderamente convencido de la eterna oposición árabe-musulmana al Estado judío quizá cediera Jerusalén para salvar el resto del país. O renunciaría a toda la empresa sionista y urgiría a los judíos israelíes a trasladarse a Scarsdale.
Que Kedar no adopte ese fatalismo implica que, en el fondo, espera convencer a los enemigos de Israel de que el Estado de Israel es demasiado duro, competente y fuerte como para ser vencido, por lo que deberían renunciar a esa inútil campaña en su contra. Su auténtico mensaje no es el derrotista “Los árabes y los musulmanes jamás aceptarán a Israel como el Estado judío”, sino el optimista “Israel jamás aceptará el rechazo árabe y musulmán”.
Pese a lo que dice, Kedar cree en la Victoria de Israel.
Bienvenido a nuestras filas, Mordejai.
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© Versión en español: Revista El Medio
Que importa si son torcidos terrorismo y ni les interesa, DIOS bendiga a Israel