Sal Emergui
Cuando la enviada especial del diario San Francisco Chronicle preguntó a la esposa del Ayatolá Jomeini por su agenda diaria, se quedó estupefacta. El líder de la Revolución Islámica no se perdía el informativo en persa emitido por la emisora del «enemigo», Kol Israel (Voz de Israel). Lo presentaba y dirigía Menashe Amir.
Tres décadas después, este periodista judío nacido en Teherán sigue al pie del cañón. Y ya van 52 años siendo cada tarde el micrófono israelí dirigido a Irán. O la cabina iraní en el corazón de Jerusalén. En las calles adyacentes al modesto estudio, pocos saben que es una referencia para millones de iraníes en todo el mundo. El programa atrae también a muchos habitantes de Irán que llaman para protestar contra el régimen islámico. Otros sólo para desear en antena: “¡Muerte a Israel! ¡Muerte a Menashe Amir!”.
El programa nuclear iraní, la guerra encubierta y las opciones de un ataque militar israelí convierten cada llamada en un acontecimiento. Relatan asesinatos, arrestos o la subida de los precios. Necesitan dar su opinión al mundo y también conocer de primera mano la previsión del veterano experto en las inexistentes relaciones bilaterales.“Jomeini nos escuchaba para saber qué pasaba en Irán”, nos comenta sonriendo. Tras las elecciones del 2009, el ayatolá Jamenei le acusó (“radio sionista”) de engañar a los oyentes.
Amir, durante su programa en persa desde Jerusalén (Sal Emergui)
Nacido en 1940 en Teherán, emigró a Israel a los 19 años. Desde entonces, es el embajador israelí para los iraníes y el embajador iraní en Israel. Siempre destacando que se debe diferenciar entre el pueblo y Mahmud Ahmadineyad. “Me opongo a un ataque militar. Nací en Irán y amo Irán. Vivo en Israel y amo a Israel. No quiero que haya una guerra entre ambos. Para evitar el derramamiento de sangre hay que endurecer las sanciones contra el régimen y ayudar al pueblo para que derribe la dictadura”, explica tras otros 90 minutos en persa de información, cultura, conversaciones y música.
Dada la prohibición del contacto telefónico con Israel, los oyentes en tierras iraníes deben llamar a un número en Alemania. El rebote en la emisora de Jerusalén lo recoge Yigal, un periodista que abandonó Teherán hace 17 años. Entonces, informó que se iba a Estados Unidos. Al llegar a Chipre, tomó otro destino. “Tenía un jefe musulmán con un ojo en mal estado que antes de irme me dijo: ´Sé que vas a Israel. No te preocupes, sólo te pido una cosa: que me lleves contigo. Pagaré lo que hace falta pero quiero ir a un hospital israelí a que me curen´”, recuerda.
Escuchando a un oyente de Irán (S.Emergui)
«¡Las elecciones parlamentarias son una farsa!”, se queja un oyente mientras otro desde Teherán recrimina a Amir: “¿Por qué Israel y Estados Unidos no atacan ya al régimen?”. “Sois vosotros los que tenéis que actuar”, le responde.
Según cuenta, “desde allí nos dicen que sin ayuda internacional no tienen ninguna posibilidad y que, nada más salgan a protestar, serán asesinados. Recuerde lo que pasó en el 2009. El régimen mata y tortura a los opositores. Creo que entre el 70 y el 80% de la población en Irán está harta y les gustaría un cambio».
La mayoría de los oyentes de Irán que interviene en el programa israelí son de religión musulmana. “Los judíos que viven allí (25.000 a 30.000) no llaman. Saben que no les conviene entrar en política”, explican en la radio.
El pequeño estudio 9 de Kol Israel no invita a pensar que se trata de un espacio tan seguido. “Los iraníes están sedientos de información y libertad” afirma.
Tras tantos años de radio y miles de llamadas, ¿Qué conversación recuerda especialmente? Amir responde: “Durante la guerra entre Irán e Iraq, una joven iraní nos llamó para contarnos que su prometido acaba de morir. Lloró. No pude contenerme y lloré con ella».
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