El primer ministro Binyamin Netanyahu fue invitado a participar en un congreso sobre antisemitismo, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El mandatario rechazó la invitación y difundió la siguiente declaración:
“Si bien elogio todos los esfuerzos para combatir el antisemitismo, he decidido no participar en la conferencia de la UNESCO sobre antisemitismo de esta semana debido a la persistente e indignante tendencia de esta organización contra Israel.
Desde 2009, la UNESCO aprobó 71 resoluciones que condenan a Israel y solo 2 que condenan a todos los demás países juntos. Esto es simplemente escandaloso.
El signo del antisemitismo constituía en otro tiempo el señalar al pueblo judío con difamación y repulsa. La marca del antisemitismo hoy es apuntar al Estado judío con difamación y condena.
Si la UNESCO quiere eliminar esta marca de vergüenza, debe hacer más que organizar una conferencia sobre antisemitismo. Debe dejar de practicar el antisemitismo. Y debe detener el absurdo de aprobar resoluciones que niegan la conexión entre el pueblo judío y la Tierra de Israel, entre el pueblo judío y nuestra capital eterna, Jerusalem.
No importa lo que diga la UNESCO, el Muro de las Lamentaciones no es territorio palestino ocupado y la Cueva de los Patriarcas, el sitio de sepultura de Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea, no es un sitio de patrimonio histórico palestino.
Al retirarse de la UNESCO en 2017, Israel y Estados Unidos hicieron una clara declaración moral de que el antisemitismo de la UNESCO ya no será tolerado.
Si la UNESCO termina con sus prejuicios contra Israel, deja de negar la historia y comienza a defender la verdad, Israel tendrá el honor de reintegrarse. Hasta entonces, Israel luchará contra el antisemitismo en la UNESCO y en todas partes “.
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