Tras acompañar a su esposa en el hospital Beilinson hasta que fue ingresada en sala de operaciones para su trasplante de pulmón, el Presidente de Israel Reuven Rivlin insistió en no faltar a una cita a la que se había comprometido de antemano: un acto en el Instituto Truman en la Universidad Hebrea de Jerusalem, en el que Rivlin era el orador central, con motivo de los 40 años de la suscripción del acuerdo de paz entre Israel y Egipto. Pero al parecer, lo que le urgía al Presidente Rivlin, era más que nada el mensaje público que pensaba transmitir a la ciudadanía árabe israelí, que asciende al 20% de la población, en medio de la tormenta desatada por las recientes declaraciones del Primer Ministro Binyamin Netanyahu.
Cuando la modelo y estrella de televisión Rotem Sela criticó en Instagram comentarios de miembros del gobierno respecto a la población árabe, el Primer Ministro le respondió que en Israel hay igualdad de derechos para todos pero que Israel es el Estado del pueblo judío “y no de todos sus ciudadanos”.La intervención posterior de la Mujer Maravilla, o sea la actriz israelí Gal Gadot, apoyando a Rotem Sela, potenció más aún la atención al tema.
Rivlin, cuyas posturas defendiendo toda expresión, aunque sea solamente verbal, de lo que considera radicalismo o intolerancia, son bien conocidas, aprovechó la ocasión que le daba el acto en el Instituto Truman, para volver a hacer un aporte al diálogo democrático en Israel.
“Aquellos que creen que el Estado de Israel debe ser judío y plenamente democrático, debe recordar que en el Estado de Israel hay plena igualdad de derechos para todos sus ciudadanos. No hay ciudadanos de primera clase ni votantes de segunda clase. Somos todos iguales ante las urnas. Estamos todos representados en la Kneset”, declaró Rivlin.
Cabe recordar que Netanyahu no alegó en ningún momento que no debe haber igualdad de derechos e inclusive destacó que su gobierno ha dedicado presupuestos sin precedentes a las necesidades de la ciudadanía árabe de Israel, lo cual es cierto. Pero el tono de su retórica, quitando legitimidad a una eventual coalición opositora que incluya a los partidos árabes-lo cual de todos modos el partido “Kajol Lavan” de Beni Gantz y Yair Lapid no parece interesado en tener- y hablando generalmente en tono increpante sobre los votos árabes, le ha colocado en el ojo de la tormenta, acusándoselo a distintos niveles de usar un discurso incitador, con fines electorales.
Sobre el aniversario del acuerdo de paz firmado el 26 de marzo de 1979 el Presidente Rivlin declaró:
“Durante muchos años, la forma de comunicarnos con Egipto fue en guerras, muertes y pérdida de vidas. Temor, sospechas y disposición constante a una nueva ronda de conflicto, eran los ladrillos sobre los que se construía nuestra postura ante Egipto. Y con buenas razones. Egipto constituía la mayor amenaza militar convencional sobre Israel. Había encabezado al mundo árabe todo en su posición agresiva anti israelí, su rechazo a reconocernos, su negación de nuestra existencia. No teníamos alternativa. No osábamos soñar con otra vía”.
Agregó: “Y el mismo Sadat que astutamente planeó el cruel ataque sorpresa de Iom Kipur en 1973, vino a Jerusalem en 1977, a proclamar su disposición a buscar otro camino. La iniciativa de Sadat no cayó en oídos sordos. Todo Israel dio la bienvenida a la valiente iniciativa egipcia y recibió al Presidente Sadat con los brazos abiertos.
Mi maestro y guía Menajem Begin, de bendita memoria, el Primer Ministro, un orgulloso halcón y un hombre de la Gran Tierra de Israel, dio la bienvenida a Sadat diciendo ´hemos aprendido de la historia, Señor Presidente, que la guerra es evitable pero la paz es inevitable´.
El liderazgo de Begin y Sadat que buscaron y lograron un histórico acuerdo de paz, convirtió en realidad el sueño del sionismo desde su nacimiento, el sueño de Zeev Jabotinsky en su artículo La pared de Hierro: el mutuo reconocimiento entre Israel y sus vecinos y el legado a las futuras generaciones de una paz estable y duradera.”
Tenemos un gran Presidente!