Fatma y su mamá junto al Dr. Lior Sasson
Para comprender el significado de la labor humanitaria realizada por “Salvar el Corazón de un niño”, basta con mirar a la pequeña Fatma, de tan solo un año, de Zanzíbar, y pensar que si no hubiese sido operada en el Centro Médico Wolfson en la ciudad israelí de Holon, probablemente no estaría hoy aquí. No menos singular es saber que su propia madre, Balkis, que la trajo a este viaje abrigando la esperanza que la salven, fue ella misma atendida en este programa, 20 años atrás.
Fatma es la paciente número 5.000 de SACH (la sigla del programa, en inglés, por Save a Child´s Heart) desde que fue fundado en 1995.En estos casi 25 años, han sido operados en Israel niños provenientes de 57 países en los que la cirugía pediátrica no está suficientemente desarrollada, incluyendo varios que no tienen relaciones diplomáticas con Israel. Llegan de diferentes países de África, de Kurdistán en Irak, Siria, la Franja de Gaza y Cisjordania, entre otros. Tiempo atrás, se salvó a un bebé de Afganistán. Ninguna familia tiene que pagar nada. Todo se financia con las donaciones que recibe el programa de gente buena que simplemente quiere ayudar a salvar vidas de niños.
Esta vez, fueron donantes de SACH en Canadá quienes hicieron posible el viaje . Tras detectarse recientemente en Fatma la misma dolencia por la que su madre había sido operada de niña, estaba claro que también ella debería ser intervenida.
El 16 de mayo, Fatma llegó a Israel en un grupo de 12 niños, 8 madres y 2 enfermeras de Zanzíbar, parte de los 398 niños examinados en un esfuerzo conjunto de cinco médicas israelíes y un equipo médico local en el Hospital Mnazi Mmoja, en el viaje realizado especialmente por las primeras en febrero último para evaluar pacientes potenciales.
Y finalmente, tras un primer año de vida con un continuo deterioro de salud, entrando y saliendo de hospitales., Fatma pasó este lunes 21 de mayo la operación que precisaba para resolver su problema cardíaco congénito. Y así, se convirtió en la paciente número 5.000 de SACH en nacer de nuevo.
http://www.semanariohebreojai.com/articulo/856
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