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| domingo noviembre 24, 2024

Si Netanyahu no logra formar coalición hasta el miércoles, va nuevamente a elecciones.

Si Netanyahu no logra formar coalición hasta el miércoles, va nuevamente a elecciones.


Escribimos estas líneas conscientes de que en pocas horas todo el escenario político podría cambiar, la crisis quedar resuelta y el Primer Ministro Biniamin Netanyahu estar en camino a encabezar su quinto gobierno. Aún así, es oportuno explicar qué está pasando.

No hemos informado hasta ahora sobre los contactos entre el partido Likud de gobierno y los potenciales socios de coalición, considerando que muchos de esos tejes y manejes pueden resultar hasta aburridos para quien no domina los detalles de la situación política interna en Israel.

Pero ahora es otra cosa. Ahora está por acabarse el tiempo que le otorga la ley para formar coalición y cabe por ende analizar qué ocurre si no lo logra.

Pero recordemos ante todo el desarrollo de la situación.

1-    Tras las elecciones del 9 de abril, 65 de los diputados electos recomendaron al Presidente que le encomiende a Netanyahu la formación del gobierno.

2-    Eso fue lo que en efecto hizo el Presidente Reuven Rivlin, dándole a Netanyahu 28 días para formar la coalición.

3-    Dado que no logró formarla en ese lapso, pidió al Presidente otros 14 días, y según estipula la ley, recibió la extensión. Evidentemente, el desafío es pactar con los otros partidos, llegar a acuerdos de coalición que regulen qué da y qué recibe cada uno para ser parte del gobierno.

¿Y ahora?

Este miércoles 29 de mayo expira el plazo. Hasta medianoche, Netanyahu debe avisar al Presidente del Estado si logró o no formar coalición de gobierno. No debe aún presentar el gobierno a la Kneset, Parlamento, pero sí confirmar si pudo formarlo.

 

Yaron Dekel especiaizado en coberturas políticas de Israel
Yaron Dekel especiaizado en coberturas políticas de Israel

 

Compartimos el análisis al respecto del destacado analista político Yaron Dekel, periodista en el Canal 11 de la televisión israelí KAN, al que grabamos en una rueda de prensa telefónica organizada por Media Central para cronistas de medios internacionales.

–         Según la ley israelí, si este miércoles a medianoche Netanyahu no avisó que logró formar gobierno, el mandato vuelve al Presidente Rivlin. En ese caso, está absolutamente en manos del Presidente decidir si encomienda a otro diputado electo que intente formar coalición. La ley no estipula de qué partido puede ser, por lo cual en principio también podría ser de la oposición.

–         Otra opción en manos del Presidente, si ve que nadie logrará formar coalición, es escribir una carta al Presidente de la Kneset y plantearle esa situación, lo cual llevaría, en 21 días, a la disolución de la Kneset.

–         También existe la opción que en ese lapso,  61 diputados presenten al Presidente una carta con sus firmas en la que recomiendan a tal o cual diputado la formación del gobierno. En ese caso,  el Presidente debe encomendarle esa misión al diputado en cuestión, el cual tendrá 14 días para hacerlo.

–         Una opción alternativa sería que el propio Netanyahu promueva la disolución del Parlamento y el adelanto de las elecciones, a fin de evitar que el Presidente encomiende a otro diputado intentar armar coalición, situación en la cual todo estaría fuera de sus manos.

Ya está claro que si realmente no consigue formar gobierno, esto es lo que Netanyahu preferiría: ir de nuevo a elecciones, y no arriesgarse a que Rivlin encomiende a otro diputado la formación del gobierno, ya que en ese caso, si ese otro diputado lo logra, él y no Netanyahu sería el Primer Ministro.

–         Los miembros del partido Likud ya han recibido un llamado a presentarse este lunes en la Kneset para debatir la ley de disolución del Parlamento. Por su parte se reúnen también los diputados de oposición, que tienen a no votar a favor de disolver la Kneset. Evidentemente, allí preferirían que el Presidente encomiende a Beni Gantz de “Kajol Lavan” la tarea de formar coalición.

 

–         Netanyahu dejó la impresión en las elecciones de ser muy fuerte, pero en el terreno, evidentemente lo es mucho menos de lo que parecía. Los futuros socios de coalición sienten ahora que cada uno de ellos es clave para que se pueda formar gobierno. O sea, cada uno puede impedir que se forma gobierno.

–         Los números son la clave.

 

65 diputados lo recomendaron ante el Presidente, pero al no ponerse de acuerdo sobre la coalición, queda por ahora con lo que se llamaría “gobierno de minoría”. Por ahora, tiene solamente 60 diputados a favor de su coalición, dado que no logra incluir en el gobierno al partido Israel Beiteinu del ex Ministro de Defensa Avigdor Liberman. O sea…el partido Likud mismo es mucho más grande que en el pasado, pero la coalición en sí, tiene menos manos que voten a favor que tras otras elecciones.

El Likud mismo, con 34 escaños, es grande. Pero la coalición no tiene margen de maniobra.

–         El problema principal con la opción de nuevas elecciones  es que Netanyahu, a pesar de su carisma y su fuerza en la opinión pública, iría a ellas como el Primer jefe de gobierno en la historia de Israel que no logra formar coalición después de las elecciones y que por ello hay que llamar nuevamente a las urnas.

 

Y no olvidarse…¿Por qué no se formó coalición?

 

Más allá de las críticas que ha habido de parte de diversos políticos respecto  a la actitud del Primer Ministro, que irradió seguridad exagerada quizás, como si tuviera todo el tiempo del mundo para formar el gobierno, ha habido aquí un tema muy concreto en discordia, que debe verse como el motivo central de estancamiento.

Se trata de la ley de enrolamiento, redactada para resolver la problemática de los ultraortodoxos que no son reclutados porque optan por seguir estudiando  en yeshivot en lugar de hacer el servicio militar obligatorio. Este es el punto de la discordia entre el  ex Mnistro de Defensa Liberman, al frente de “Israel Beiteinu” , y los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unificado de la Tora y Shas.

Así recuerda Yaron Dekel los detalles de la discordia:

–         La primera votación de la ley en cuestión fue aprobada en julio del año pasado. Los partidos ultraortodoxos se oponían, pero optaron por no ir a votar y la ley fue aprobada con apoyo de la oposición.

–         La objeción de los ultraortodoxos está basada en dos elementos distintos.

Por un lado está la sustancia misma ya que la ley dice que estudiantes de yeshiva podrían ser reclutados por ley, y no porque ellos decidan a su derecho automático a ser exentos de dicha obligación.

Y el otro elemento es el hecho que la nueva ley habla concretamente de números de estudiantes de yeshiva que deberían reclutarse por año.

Según el proyecto de ley, en el primer año de la entrada en vigencia de la ley deberían reclutarse 3300 al ejér ito y otros 650 al servicio nacional civil. Los números subirían anualmente en un 8% hasta llegar al límite de 6850 en el 2027.

-Y quien no cumple con estos números,  o sea las yeshivot que no manden suficientes estudiantes a enrolarse, podrían perder todo el apoyo económico que tienen hoy de parte del Estado.

El partido de Liberman recalcó que ya transó mucho en la propuesta de ley en cuestión y que no dará el brazo a torcer, que Netanyahu debe presionar a los partidos ultraortodos, no a él. Del entorno de Netanyahu no confían en Liberman y no descartan alguna sorpresa de su parte a último momento, aún si ahora dice que está dispuesto a ver cómo avanzar.

Este domingo de noche Netanyahu presentó una propuesta destinada a poner fin a la crisis, al sugerir que sea el gobierno el que determine las cuotas a cumplir en cuanto a enrolamiento de los soldados religiosos. Pero Liberman se mantiene firme en su postura y por ahora no hay solución. Si se acepta esa fórmula, recordemos, se neutraliza de hecho todo el poder de la ley.

Es prematuro por ende vaticinar el fin de la crisis.

Sea como sea, no es de descartar que a último momento se halle la solución. A ninguno de los protagonistas de la crisis-Netanyahu, los partidos ultraortodoxos y el propio Liberman-le debe entusiasmar ir a nuevas elecciones, en las que no tienen nada asegurado.

 

http://www.semanariohebreojai.com/articulo/875

 
Comentarios

La permanencia de Netanyahu al mando del gobierno israeli, se antoja para mi una «cuestion de Estado» pues mas allá de las simpatias o rechazos que en el electorado sucite su presencia al frente del ejecutivo, a las alianzas que esté dispuesto a sellar a tal fin, y si me apuran , a las sospechas de corrupcion que sobre el recaen, lo cierto es que la situacion actual, desaconseja su salida del gobierno, y su substitucion por un candidato, poco experimentado, y mucho menos familiarizado que él en éstas lides …Por otra parte, no se atísba por parte de la oposicion, ninguno con las «hechuras» suficientes para optar a relevarle en el cargo … Israel necesita de Netanyahu, pues ninguno de los embajadores con los que cuenta en su cuerpo diplomático, demuestra estar mas capacitado que él, para defender internacionalmente los intereses del pais, y ofrecerle garantias de estabilidad politica y seguridad interior …Por todo lo cual, Netanyahu debe a mi juicio seguir, sin menoscabo, de que sigan tambien su curso las investigaciones judiciales que sobre el pesan, y el necesario control parlamentario que son llamados a ejercer, los partidos de la oposicion, como sucede en toda democrácia que se précie …

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