Un día antes de cumplir 74 años, falleció este martes de mañana la Primera Dama de Israel Nejama Rivlin, esposa del Presidente, en el Hospital Beilinson de Petaj Tikva.
Nejama fue internada hace tres meses para un trasplante de pulmón que había esperado durante aproximadamente un año, a raíz del deterioro que había sufrido en su enfermedad fibrosis pulmonar . La operación en sí, llevada a cabo el 11 de marzo, considerada exitosa, pero poco después, cuando aún se hallaba en su proceso de recuperación, surgieron complicaciones cardíacas de las que finalmente no se pudo recuperar.
En un comunicado especial publicado este martes de mañana, Beit HaNasí informó que el Presidente y su familia agradecen a todo el equipo del Hospital Beilinson “por el tratamiento dedicado, sensible y profesional que Nejama recibió en los últimos meses, día y noche, dado de todo corazón”. Asimismo, agradecieron a la familia Halabli que donó en su momento el pulmón de su hijo Yair trasplantado a Nejama. Yair se había ahogado buceando en el Mar Rojo.
“La familia Rivlin desea agradecer a los ciudadanos de Israel y los jefes de comunidades que continuaron preguntando sobre el estado de salud de Nejama, enviando cartas y maravillosos dibujos de niños tanto al hospital como a Beit HaNasi, orando por ella todos los días, en todo momento”, decía el comunicado, afirmando que “ese amor y la preocupación manifestada, dio al Presidente y su familia una fuerza y un apoyo que no se puede describir en palabras”.
Nejama era una figura sumamente querida en Israel, especialmente por la sencillez que irradiaba, sin poses ni altanería de ningún tipo, sin pretensiones por su posición como esposa del Presidente Reuven Rivlin.
Se casó con “Rubi”-como se lo conoce popularmente al Presidente en Israel- en 1971, en lo que para él fue el segundo matrimonio. Tienen 3 hijos y 5 nietos.
Cuando Rivlin fue electo Presidente en el 2014, Nejama quería seguir viviendo con él en su departamento particular, pero los requerimientos de seguridad no lo hicieron posible y la pareja se trasladó a Beit HaNasí, la residencia oficial, en el barrio Talbíe de Jerusalem, la capital.
Nejama se abocó, como Primera Dama, a actividades en pro de la comunidad, dedicando mucho tiempo al tema del acercamiento entre los distintos sectores de la población, algo clave siempre en los pronunciamientos de su esposo. También se ocupó de temas culturales y de cuidado del medio ambiente. Creó un “jardín comunitario” en Beit Hanasí, al que invitaba niños de todo Israel a plantar flores y hierbas.
La diputada laborista Shelly Yechimovich contó a la radio pública israelí KAN, en conversación con la periodista Keren Neubach, sobre la amistad que la unía a Nejama Rivlin, que le permitió conocer de cerca lo auténtico de su sencillez.
Compartió, entre otras, dos anécdotas que pintan de cuerpo y alma a Nejama Rivlin.
Cuando ya se había internado para el trasplante de pulmón, al hablar con Yechimotich le dijo que había empezado a leer el último libro del escritor David Grossman pero que sentía que le costaba hacerlo, a lo cual ella le contestó que estaba dispuesta a instalarse a su lado y leerle y que sabía que también Grossman mismo estaba dispuesto a hacerlo. “Nejama me dijo que le da vergüenza incomodarlo a Grossman con algo así”, contó la legisladora.
“Un día me dijo que iba por la calle y vio un palo en el suelo que le gustó y pensó que sería bueno para su jardín”, contó Yechimotich. “Y cuando estaba por agacharse para levantarlo pensó ´capaz que le hago pasar vergüenza a Rubi, mejor no´. Nunca perdió esa sencillez y sentido del humor”.
En los últimos años, debido al agravamiento de su enfermedad, solía vérsela llevando el abastecedor de oxígeno también en actos públicos.
Una escena que quedó especialmente grabada en Israel, se dio cuando la visita oficial del Presidente Donald Trump a Israel. En el acto en Beit HaNasí, Nejama y Melania Trump entraban juntas a la sala principal. Según se publicó, Nejama dijo a Melania que ella no puede caminar muy rápido, por su enfermedad, a lo cual Melania le respondió que no tiene de qué preocuparse, que irá a su ritmo y entrarán juntas. Le dio la mano y la emotiva escena emocionó a muchos en Israel.
El Presidente Rivlin, que solía hablar de “mi Nejama”, comentó repetidamente en los últimos tiempos sobre las numerosas expresiones de cariño que recibía de todo el pueblo de Israel deseando pronta recuperación a su esposa.
Lamentablemente, su lucha ha terminado.
Deseamos al Presidente de Israel que en su bendita memoria halle consuelo.
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