Hoy de noche juegan en Estrasburgo, en Francia, Maccabi Haifa en fútbol contra Racing Club de Estrasburgo. La policía de la ciudad decidió que los hinchas israelíes no podrán ingresar en el centro de la ciudad ni ondear banderas israelíes. Ante las protestas de la dipomacia israelí se especificó que la prohibición de exhibir banderas era solo para la ciudad y no para el estadio. Lo explican con la posibilidad de agresiones por parte de hinchas franceses vinculados a movimientos antisemitas.
Esto nos lleva a una situación comparable al consejo de no usar kipá en Alemania para evitar agresiones. Una vez más se convierte a la víctima en responsable de evitar futuras agresiones. Ni siquiera así está garantizada la seguridad de los hinchas israelíes. Ayer a la noche sin exhibir banderas de acuerdo al diario «Dernieres Nouvelles de Alsace» tres hinchas israelíes fueron agredidos en un bar, solo por sus conversaciones en hebreo y debieron refugiarse en su hotel.
Los hinchas que van al estadio provenientes de Israel son 600 y no tienen antecedentes de violencia. Debería ser responsabildad de la policía francesa combatir el racismo y la discriminación sin limitar las libertades de los hinchas israelíes. No estamos hablando de hinchas que viajan siguiendo su equipo y dónde van dejan una estela de violencia. Este no es el caso.
Esperemos que hoy Maccabi Haifa tenga un excelente perfomance y que las Autoridades de Estrasburgo revean estas medidas. Su obligación es defender a los hinchas israelíes como los de cualquier otra procedencia cuando van a disfrutar de un deporte. Es penoso la mezcla de racismo y discriminación en el deporte. Pero lo que es peor, es que esto este avalado por las autoridades.
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