Cuadro de Moses Mendelssohn expuesto en el Jewish Museum, Berlin, basado en un retrato (1771) de Anton Graff en la coleccion de la University of Leipzig.
El guion escrito por Gotthold Ephraim Lessing convertido en una célebre obra teatral, llamado “Nathan El Sabio” alude de forma indiscutible e indistinta a la figura del tercer Moshe mas importante para el judaísmo luego de Moisés el patriarca y de Moshe Ben Maimón (Rambam), pero ¿Por qué es de tal importancia para el judaísmo? La respuesta es que es el máximo exponente de la “Haskala”. Termino que significa Ilustración. Es decir, es el precursor de la ilustración judía como movimiento, pretendiente de la educación judía fuera de la Yeshiva y de la Sinagoga. Más que conectar con el mundo secular, intentaría llevar al judío al estudio racional tanto de las escrituras como de los demás ámbitos del saber ya para la época necesarios.
Los Maskilim (entendidos), eran los ilustrados judíos, donde Mendelssohn también llamado “El Sócrates Alemán” seria a quien más le debe el movimiento en la práctica. Es por eso que Lessing atribuye la figura de Mendelssohn a la de Nathan El Sabio. Un hombre judío totalmente sensato, sin posición radical alguna, consiente del respeto religioso y del ser humano, cosa hoy tan válida y promulgada. En el clímax de esta historia se habla de una parábola de un anillo mágico, que hará virtuoso al hombre que lo posea ante los “Ojos del Eterno”. El dilema está en que el anillo ha pasado de generación en generación hasta las manos de un hombre que tiene tres hijos y debe legar solo a uno el anillo, pero no se logra decidir por ninguno, así que manda a hacer dos replicas. A la final cada hijo termina con un anillo idéntico, así que se dirigen con un sabio que les indica comportarse de forma virtuosa para que el anillo surja efecto.
La parábola del anillo alude si bien a tres hijos, también a tres religiones: judaísmo, cristianismo e islam. Y, a que, si cada religión es llevada de forma justa y virtuosa por su fiel, será visto de forma virtuosa frente a los “Ojos del Eterno”. La obra de Lessing es un llamamiento a la tolerancia religiosa, la cual ceso con el ascenso de Hitler al poder, pero luego de su caída, la obra se volvió a presentar incluyendo la “parábola del anillo” que el mismo Schiller había presentado sin esta en Weimar a pleno comienzo del Siglo XIX. En definitiva, Lessing se inspiró en su amigo personal Moisés Mendelssohn quien fue el ganador del premio de La Academia de Berlín en 1764 a mejor ensayo sobre “Metafísica”. Pero no fue esto lo más sorprendente, pues en ese mismo concurso participo el padre de la Ilustración occidental, es decir del modernismo. El profesor Immanuel Kant y su ensayo (Ensayo sobre la claridad de los principios de la teología natural y de la moral) quedaron de segundo lugar, frente al ensayo ganador “Sobre la evidencia de las ciencias metafísicas” de Moses Mendelssohn.
Mendelssohn escribió luego un tratado sobre la inmortalidad del alma que fue una reconstrucción de la filosofía griega utilizando sus conocimientos idóneos judíos, además que fue instruido desde pequeño por su padre Mendel estudioso de la Torah y un rabino que lo instruyo en Talmud llamado David Fränkel en su humilde Gueto de Dassau. Sus autores básicos fueron del lado judío: Maimonides y del secular: Leibniz. También escribió libros sobre el judaísmo y sobre el pueblo judío. Con Lessing hizo una obra sátira anticlerical llamada “El Papa: un metafísico”. Lessing y Mendelssohn fueron dos mentes maravillosas que se juntaron, siendo uno gentil y el otro un cuasi rabino que andaba itinerante, forjaron una amistad invaluable, su punto en común la filosofía y la ilustración. Un admirador de este dúo seria después el profesor Sigmund Freud.
Mendelssohn hace fortuna en Berlín, pues se vincula con un comerciante textil que se lo lleva de Dassau consigo a Berlín para que instruya a sus hijos, pues este comerciante de sedas alemán vio en Moses al genio que sería luego. En la época un judío no podía quedarse en una ciudad la cual no fuera la suya, a no ser que fuera rico. Sin embargo, su protector le concede el permiso de permanencia necesario para la época. En poco tiempo Mendelssohn se asocia con el comerciante gentil y hace fortuna. En el comercio del empresario, quien era de un nivel cultural importante y recibía personalidades de la sociedad, fue allí donde conoce al renombrado Lessing.
Fue así que la vida de Mendelssohn dio un giro total y pudo hacerse todo un nombre. El hijo de Mendel, tenía por destino hacerse rabino, cosa que era un gran privilegio, pues de donde venía este era la autoridad más importante y tal vez la única junto con la “Halajá” es decir la ley rabínica. Pero, conocer en Berlín el movimiento ilustrado que ya daba los primeros pasos, lo convirtieron en un visionario capaz de llevar al judaísmo alemán y en general europeo a una nueva faceta: la faceta de la razón y la ilustración. Es así que Moses Mendelssohn toma la osada decisión de traducir la Torah del hebreo al alemán y además de comentarla (Bi´Hur). Esto hace una nueva exegesis ante el uso de la razón y aislando la tradicional interpretación rabínica ortodoxa. También emprende un movimiento en contra del Yiddish y en superposición del hebreo, ya que se creía por parte de los ya ilustrados alemanes que el Yiddish no era un idioma sino un dialecto improvisado sin significado real.
El legado de Mendelssohn y de la Haskala es en gran parte el Sionismo encabezado por el reconocido Theodor Herzl. Así que no solo era salir del gueto las pretensiones de los Maskilim, sino también tener una participación real en la política. Mendelssohn se ganó por todo esto dos enemigos importantes: los judíos ortodoxos en general y además a los cristianos protestantes. Es por esto que un pastor suizo apellidado Lavater lo confronta y lo deja en una encrucijada filosófica-moral cuando le cuestiona su fe judía y la supuesta incoherencia con la razón, basándose sobre todo en la parte mística del judaísmo y le propone incluso convertirse al cristianismo, si no es el judaísmo la única religión posible.
Mendelssohn como “Nathan El Sabio” quien responde con la paradoja del anillo al Sultán para defender su vida, responde al pastor suizo que el cristianismo está más en contra de la ilustración debido al proselitismo que promulga como fe dogmática. Dice que el judaísmo acepta la existencia y promulgación de otras religiones y que el individuo es aceptado como tal. Además de forma genial habla que las 613 Mitzvot son un mantenimiento intacto de las verdades de razón que serían prueba fehaciente de la entrega de la ley en el Sinaí y del legado y responsabilidad del judaísmo a la raza humana. Es decir, por un lado, la prueba de un hecho histórico y por el otro, una prueba práctica y racional, en lo anterior retoma teorías de Baruch Spinoza, también judío ilustrado y de las mentes más brillantes de la época.
Mendelssohn además hace un vínculo entre los siete principios noajidas del judaísmo y los diez principios de la razón. Se basa en Leibniz, importante filosofo que lo llevo a la ilustración a nivel personal, hablando de verdades históricas y de razón. Habla también sobre los “Jasidei ummot ha-olam: los justos de los pueblos del mundo” que se extiende a todas las naciones. La conclusión final de todo su análisis en contestación al pastor Lavater era: “El judaísmo por excelencia es la religión de mayor tolerancia para con las otras religiones”.
A pesar de haber sido atacado principalmente por parte de los mismos correligionarios y los antisemitas de la época también, el movimiento de la Haskala es un hecho sin precedentes para la modernidad judía y es el ilustre Moses Mendelssohn su gestor. Su papel no solo es relevante dentro del judaísmo, sino que también para occidente y para la filosofía moderna. Moses murió bastante joven a la edad de cincuenta y seis y dejó como legado también una ilustre familia, quizá el más sobresaliente Félix Mendelssohn-Bartholdy quien es considerado uno de los compositores más celebres.
A pesar de que la familia Mendelssohn se convirtió al protestantismo a causa del surgimiento del antisemitismo. Moses Mendelssohn nunca renunció a su fe judía, su mismo hijo Abraham escribió en una carta a su hijo el aclamado compositor Félix: “No puede haber un Mendelssohn cristiano del mismo modo que no puede haber un Confucio judío”.
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