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| domingo diciembre 22, 2024

Sin lugar para un nuevo Mandela


En un artículo poco habitual en la prensa árabe, el columnista Aijaz Zaka Syed escribe en el semanario egipcio oficialista «Al Ahram Weekly» un artículo titulado : ¿ Dónde está nuestro Mandela? en el que lamenta la ausencia de una personalidad de la talla del líder sudafricano en el mundo árabe e islámico.

El articulista reconoce que escribe inspirado en la película «Invictus» con Morgan Freeman, la cual comenta extensamente y por la cual expresa su franca admiración.

En la parte medular del artículo, Syed escribe: «El mundo árabe e islámico está viviendo la mayor crisis existencial de su larga historia. Desde Marruecos a Malasia, no hay un solo hombre de visión que pueda unir, dirigir y orientar al mundo islámico para que salga de la honda crisis intelectual que lo aflige. No hay ningún líder como Mandela, que pueda unir a la comunidad musulmana (Umma) en base a una visión positiva y constructiva, con una agenda de esperanza, paz y progreso.»

«El mundo islámico no ha producido Mandelas a pesar de los terribles desafíos a los que debe enfrentar. El nuestro es un mundo de pigmeos cortos de vista. Y necesitamos visionarios que puedan ver más allá de sus narices y nos conduzcan a un horizonte de esperanzas.»

«El mundo islámico no tiene que luchar hoy contra el apartheid o contra la opresión colonial, como lo hicieron los sudafricanos, pero tiene otros demonios a los cuales combatir. Desde la ignorancia y el analfabetismo a la pobreza y el extremismo violento, quizás nuestros desafíos sean aún mayores a los que debió enfrentar el pueblo de Sudáfrica».

«Pese a sus ricos recursos naturales y humanos, nuestra región del mundo sigue estando entre las más atrasadas. Si bien el Medio Oriente cuenta con la mayor parte de las fuentes de energía conocidas en el mundo, los pueblos árabes-musulmanes solo se benefician con una parte mínima de esa riqueza. ¿Será posible creer que hasta hace muy poco el Producto Nacional Bruto de España era mayor al de todo el mundo árabe en conjunto?

«Los Informes sobre el Desarrollo Humano de las Naciones Unidas han hecho un excelente trabajo al señalar que existe un «agudo déficit de libertad y buen gobierno»en el mundo árabe.

Pero a pesar de la aparente severidad de este planteo crítico, el artículo del periodista egipcio se queda corto. Hablando de Mandela, omite la principal clave de su éxito: su valentía para emprender el camino de la reconciliación de toda la sociedad de Sudáfrica. Esa omisión no es casual.

A comienzos de enero de este año siete fieles cristianos coptos fueron asesinados y otros diez fueron heridos por un fanático musulmán, cuando salían de una iglesia en la localidad de Nag Hammadi. Previamente había circulado la noticia de una presunta violación de una niña musulmana por un cristiano. El tema de la intolerancia musulmana hacia otros credos y particularmente contra los cristianos coptos que constituyen el 10% de la población egipcia, se ha tornado crítico y genera profundas tensiones en la sociedad. En un artículo sobre Mandela, al menos debía ser mencionado. Pero el columnista del diario oficial, al igual que el gobierno, habla de generalidades pero guarda silencio sobre los problemas reales. La versión oficial, dada por Ahmed Fathi Sorour, Presidente del Parlamento es que «El crimen de Nag Hammadi fue un crimen individual sin motivaciones religiosas, al igual que el crimen de la violación de la niña».

Igualmente significativo es el hecho que el columnista omita toda alusión crítica a la dura guerra mediática y social contra Israel, a pesar de que Egipto firmó la paz con el estado judío hace más de treinta años. Como lo informa un cable de la agencia France Presse publicado en el diario árabe «Asharq Alawsat» la Unión de Periodistas hizo una severa advertencia a la editora de la revista «Al Demokratia» Hala Mustafa, por el «crimen» de recibir en su casa al embajador israelí en El Cairo. Y no se trata del primer caso. El boycott a Israel sigue por parte de todas las corporaciones influyentes en Egipto, en connivencia con el gobierno, que no renuncia a las relaciones diplomáticas……pero tampoco a un «chivo emisario» siempre útil que puede ser atacado a muy bajo costo.

Esto lo explica inmejorablemente la disidente egipcio-norteamericana Nonie Darwish : «Desde mi infancia en Gaza hasta hoy, culpar a Israel y a Occidente ha sido una industria del mundo musulmán. ¿Es sorprendente que, tras décadas de adoctrinamiento en una cultura del odio, esa gente odie verdaderamente? La sociedad árabe ha creado un sistema de dependencia del miedo a un enemigo común. Es un sistema que les ha traído las tan necesarias unidad, cohesión y conformidad, en una región donde los feudos tribales, la inestabilidad, la violencia y la corrupción egoísta han hecho estragos.»

«Los líderes árabes culpan a los judíos y a los cristianos en lugar de proveer de buenas escuelas, carreteras, hospitales, viviendas, empleo o esperanzas a sus pueblos. He vivido en esa zona de guerra, dictaduras opresoras y estados policiales durante 30 años. Los ciudadanos competían por complacer a sus dictadores, pero miraban a otro lado cuando unos musulmanes torturaban y aterrorizaban a otros musulmanes».

 
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