Desde hace algo más de 3 semanas, los palestinos envían absolutamente todos los días, varias veces por día, globos con gas helio en dirección a Israel, muchos de ellos con cargas explosivas atadas al hilo. Hasta ahora, desde el inicio de este nuevo tipo de ofensiva-con un “arma” primitiva pero peligrosa-la Policía israelí ha intervenido para neutralizar más de 125 cargas explosivas que aterrizaron en poblados civiles israelíes. A veces, cerca de las casas, en las calles, otras, en los campos.
Este tipo de ataques se ha intensificado seriamente, a pesar de los rumores que circularon hace pocos días sobre la intención de Hamas de poner fin al lanzamiento de los globos explosivos.
Este jueves, fueron 17 los racimos de globos que cruzaron a Israel. En 8 de ellos había cargas explosivas.
Una de ellas aterrizó en el patio de una escuela en la ciudad de Sderot. El robot de la policía fue puesto en funcionamiento para desarticular la carga explosiva en forma controlada. Testigos presenciales, entre ellos el cronista de la radio pública KAN, contó que el estruendo de la explosión fue sumamente potente. Afortunadamente, ello ocurrió cuando ya habían terminado las clases.
La Policía refresca continuamente las instrucciones a la población y publicar recordatorios sobre la necesidad de avisarle cada vez que hay un objeto sospechoso, pidiendo especialmente que se indique a los niños no acercarse por más atractivo que pueda parecer el manojo de globos.
Días atrás se difundió una corta película explicativa al respecto, también en idioma árabe, para alerta de toda la población.
Israel se maneja a dos niveles paralelos y aparentemente contradictorios. Por un lado amenaza duramente a Hamas y da a entender que prepara un ataque a gran envergadura en su contra, y por otro continúa hablando del esfuerzo por lograr un arreglo a largo plazo que garantice calma en la región.
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