El Coronavirus es uno de los acontecimientos más significativos de nuestra época. En mis 37 años de vida no vi nada parecido. Mi abuela que falleció hace 2 semanas a sus 96 años, tampoco vio nada igual en el último siglo.
Las consecuencias políticas, económicas y culturales son difíciles de vislumbrar, las variables para modelar este fenómeno son demasiadas como para decir algo inteligente sobre el futuro. Pero gran parte de los intelectuales en el mundo han expresado en las últimas semanas, que dado el estadio actual de la humanidad, una humanidad más poderosa que ella misma en cualquier otro punto de la historia, parece ser que los principales enemigos de los seres humanos, son los propios seres humanos. Es decir, aún sin saber cuándo tocaremos fondo en esta crisis, parece ser que la lección aprendida de la misma, es que tenemos que cooperar de forma más eficiente en todos los niveles, principalmente en el sistema internacional, para poder salir victoriosos como humanidad.
Como parte de esta lección aprendida, desde que comenzó la crisis y dejamos de recibir delegaciones de Conexión Israel – un emprendimiento por el cual llegaron centenas de tomadores de decisiones y formadores de opinión políticos, económicos y culturales de América Latina a Israel desde el año 2015- transformamos la oficina de Conexión Israel en un “cuarto de operaciones logísticas” para intentar suplir de insumos médicos a Latinoamérica.
Rápidamente comprendimos la velocidad y la agresividad con la que se está manejando el mercado de insumos médicos que incluye en los últimos meses el robo de mercaderías, fraude y mentiras. El resultado claro será que aquellos que tengan más medios económicos para comprar los insumos, podrán adquirirlos y aquellos que no tengan los medios, no tendrán cómo pagar por las vidas de los más enfermos en sus sociedades.
Construimos un mundo basado en ciertas premisas, como que el sistema de salud está capacitado para enfrentarse con una epidemia, o que las epidemias no podrían poner en riesgo nuestra propiedad privada. Pensamos que estamos protegidos de la naturaleza, hasta que vemos que no es tan así. Estos días las premisas de nuestras sociedades están en tela de juicio, y la principal herramienta que tiene la humanidad, es unirse y luchar de forma coordinada, metódica, eficiente y de manera altruista para ganarle en la menor cantidad de tiempo posible al virus letal.
En este orden de cosas, hay quienes alegan que estamos indefensos y hay quienes culpan a la globalización, sin comprender que somos más auto-defendibles que nunca y que solo gracias a la globalización podremos sobreponernos a la crisis.
Mientras los sistemas de salud, de seguridad y económicos luchan en el terreno, la diplomacia pública de países que quieran ejercer una influencia asimétrica sobre los otros países en la post-crisis, debería comenzar una campaña altruista en redes donde se compartan buenas prácticas en la lucha contra el virus en sus sociedades, llamando a compartirlas.
Habría que hacer un manual qque se comparta sobre policy making frente al Corona y ayudar a los países más necesitados en mejorar sus prácticas de e-learning. Distribuir de forma justa los insumos médicos en una época de exceso de demanda, es fundamental para que el mundo se puede “mirar al espejo” en la post-crisis. Y una docena de ideas más que hemos venido desarrollando en Conexión Israel en las últimas semanas. Si bien esta descripción no deja de ser idealista desde el punto de vista de la visión, y compleja desde el punto de vista de la operación, es sin duda una necesidad desde lo profundo de la crisis.
La cooperación internacional para enfrentarnos a dilemas globalizados como estos que nos depara el Corona, desde el nivel del individuo hasta el nivel del Estado, es necesaria para luchar contra el virus. La forma en que mi pareja y yo como padres, organizamos nuestro día en casa con nuestras 5 hijas, puede inspirar a una pareja en Teherán con sus hijos. El acceso a la salud de una persona en Nigeria, es fundamental para el estado de salud en Argentina. Sin un esfuerzo consensuado y paralelo, será difícil salir de esta crisis global en los próximos meses.
Si en el sistema internacional los países salen de la crisis más desconfiados unos de otros, vamos a haber sido derrotados por el virus. Si nos transformamos en seres, familias, sociedades y Estados más cooperantes unos con otros, vamos a haber plasmado en la realidad las lecciones aprendidas. No podemos perder la oportunidad que nos está trayendo esta crisis!
El pueblo judío en general y el Estado judío en particular, ha sabido durante distintas épocas de su historia, sobreponerse a la adversidad, desarrollando un espíritu resiliente, demostrando que la creación humana puede darse en las épocas de la peor crisis. Quizás sea el turno de Israel de ser uno de los líderes de un esfuerzo de cooperación internacional de este tipo, para derrotar juntos al Corona.
Pero más allá de la responsabilidad estatal y del liderazgo nacional, la lucha contra el Corona debe empezar en el ejemplo personal, que puede ir desde quedarse en casa para resguardar la salud de los demás, hasta enfocar los esfuerzos de mi empresa y personal de trabajo para ayudar a paliar esta crisis sin igual.
Es por eso que desde Conexión Israel nos ponemos manos a la obra para ser parte del esfuerzo inquebrantable para enfrentar la crisis, extender las posibilidades médicas y tecnológicas a América Latina y poder así juntos construir un futuro para todos los que somos parte de esta familia global.
***Roni Kaplan fue portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel para la prensa hispanoparlante y asiática en los últimos conflictos armados con el Hamas, y Jefe de enlace de las Fuerzas de Defensa de Israel con Naciones Unidas en el límite con Líbano hasta el año 2015. Roni es co-founder de Conexión Israel, organizaciones creadas para generar y fortalecer puentes de amistad entre Israel y América Latina.
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