El COVID-19 aplico una sucesión de golpes inesperados al régimen iraní, la imagen y la credibilidad de la revolución islámica jamas había estado en niveles tan bajos dentro del país.
Con su economía sumida en la peor crisis, hiperinflación y la brutal devaluacion de su moneda, lo único positivo para el mundo en la oscuridad del escenario iraní es que los khomeinistas han perdido sustancialmente su capacidad de ejecutar operaciones terroristas en la región.
Desde principios del año el régimen padeció un golpe detrás de otro. El deterioro creciente de su crisis económica parece no tener final en la medida que las sanciones económicas estadounidenses se mantienen y amenazan con una magnitud mayor sin soluciones a la vista.
La debacle comenzó el 3 de enero cuando el ataque con aviones no tripulados dio de baja a su militar estrella, Qasem Soleimani, el comandante de la fuerza Al-Quds, lo que siguió con el desastre del derribo del avión de comercial ucraniano que se produjo inmediatamente después y continuó con las multitudinarias manifestaciones contra el régimen impulsadas por el pueblo iraní exigiendo cambios. Las respuestas del régimen de Ali Khamenei han sido una cadena de desaciertos que lo empujaron a una peligrosa caida sin encontrar alternativas para evitar el derrumbe que se observa.
A la frágil situación, debe sumarse una guerra petrolera que se profundiza y recrudece día a día mostrando que los precios del crudo se desploman como jamas sucedió en los últimos 18 años. Ese escenario golpea duramente al régimen que depende exclusivamente de sus exportaciones de petróleo para obtener el mayor porcentaje de su ingreso.
Así, considerando la situación económica actual es poco probable que la pandemia ayude a calmar la inestabilidad interna de Irán. Incluso antes de que el virus se disparara dejando unos de 3.000 iraníes muertos y 26.000 infectados de acuerdo a las poco creíbles cifras oficiales. Ese escenario a colocado al régimen en el nivel de credibilidad y aceptación mas bajo en materia polítiica desde la revolución de 1979.
Un relevamiento al índice de precios al publico y al costo de los productos básicos en el país muestra que la inflacion alcanzo niveles de descontrol absoluto, ante lo cual, el gobierno esta fracasando en su lucha por controlarla.
En su intento por reprimir los disturbios que comenzaron en noviembre, las fuerzas de seguridad khomeinistas asesinaron más de 400 personas, hirieron unas 2.500 y encarcelaron a más de 1.000 ciudadanos. El acceso a Internet ha dejado de ser estable y padece de censura gubernamental y los cortes por deficiencia del servicio ya forman parte de la normalidad. Tal situación ha disparado una inmensa y masiva desilusión pública hacia el liderazgo clerical y revolucionario que está generando turbulencias nunca vistas contra la conducción politica iraní.
También el hecho de que Irán no pudiera evitar el recorte a los subsidios del combustible desde mediados de 2019, disparó una abrumadora reacción de protestas y manifestó la comprensión por parte del Guía Supremo, Ali Khamenei, de que la campaña de sanciones de máxima presión de la administración Trump estaba cercando y asfixiando a su régimen de manera inevitable. Sin embargo, al principio, Irán respondió intensificando sus operaciones terroristas regionales y amplifico las actividades de su controvertido programa nuclear. No obstante ello, mientras el programa nuclear continúa avanzando de forma alarmante, las actividades anti-democráticas y terroristas de Irán han disminuido a nivel regional dado el agravamiento en lo económico y la tensión interna que enfrenta el régimen.
Esta semana, las agencias locales informaron que el ejército iraní despejo las calles de ciudadanos para imponer el aislamiento. Pero muchos analistas asocian esa accion militar como un intento por evitar movilizaciones polítiicas y reclamos masivos contra el régimen.
El pasado jueves, Alí Khamenei, continuo fogoneando la infundada teoría de la conspiración estadounidense-sionista sobre el origen viral, lo cual indica el nivel de desconecciín del liderazgo iraní de la realidad y de las situación extrema por la que transita su pueblo. Por otra parte, Khamenei rechazo en dos oportunidades la oferta del programa de asistencia médica humanitaria estadounidense. Su cosmovisión e ideología islamista chiíta radical no parece entender que muchos iraníes han dejado de creer y ya no confían en su gobierno porque se alejo de las reales necesidades de un pueblo que tiene a la supervivencia económica como objetivo en estas horas.
Un hombre con una máscara protectora, después del brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19), camina junto a tiendas cerradas en Qom, Irán, el 24 de marzo de 2020. Foto tomada el 24 de marzo de 2020
Para el pueblo iraní, entre los errores mas gruesos de Khamenei, se señala que cuando el virus comenzó a diseminarse por el mundo, el régimen permitió cientos de vuelos desde China a ese país, ignorando las reiteradas advertencias de sus propios funcionarios de salud, negando los contagios y la primera muerte por el virus durante 11 dias Esa estrategia de Khamenei fue letal para enfrentar la pandemia. La oposición lo acusa también de gastado más de 16 mil millones de dólares en terrorismo regional y utilizar partidas de dinero que recibió para morigerar la crisis por las sanciones posteriores al Acuerdo Nuclear para financiar las arcas de sus organizaciones terroristas regionales asociadas, como el Hezbollah libanes, Hezbollah al-Kataeb en Irak, los hutíes en Yemen y Hamas y Yihad Islamica en Gaza. Del mismo modo, acusan a los funcionarios del régimen de robar y malversar más de 1.200 millones de euros destinados a suministros médicos, y acaparar aun hoy máscaras, guantes y equipos médicos que comercializan a la venta en el mercado negro.
No hace mucho, Irán enviaba cerca de 1.000 millones de dólares al año a Hezbollah, Hamas y otras organizaciones terroristas, mientras gastaba cientos de millones mas en sus actividades militares y terroristas en Siria. Hoy es difícil imaginar cómo Teherán puede mantener ese nivel de financiamiento para sus proyectos de desestabilización regional.
Sin embargo, recientemente el régimen khomeinista dio una gran sorpresa que a la vez fue una señal de cambios con su política anterior al conocerse la noticia que pidio al FMI un préstamo por 5 mil millones de dolares, lo cual no ha hecho mas que mostrar al mundo el nivel de su crisis, al tiempo que expone la urgencia que parece el régimen respecto de los problemas económicos por los que atraviesa.
En el largo plazo, no está claro si estos problemas obligarán al régimen a dejar de lado su programa de expandir la revolución islámica y la financiación terrorista regional a sus milicias terroristas aliadas, pero si no se reforma y modifica ese programa, estará acelerando los problemas internos con sus ciudadanos. Aun así, no parece que el régimen khomeinista entienda que en el corto plazo se encontrara en una posición que puede llegar a ser más extrema y grave para su continuidad una vez que pase la crisis del virus chino.
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