The New York Times
Nicholas Kulish
15 de agosto, 2012
Washington y Jerusalén insisten en que Hezbollah es una organización terrorista apoyada por Irán con sangre en sus manos y que está trabajando, de cerca, con Teherán para entrenar, armar y financiar la letal represión militar del levantamiento. Sin embargo, la Unión Europea continúa tratándolo como el mayor movimiento político y social libanés.
Así como Israel incrementa el temor de un ataque preventivo sobre los sitios nucleares de Irán, analistas de inteligencia advierten que, Irán y Hezbollah, responderían con ataques hacia objetivos en el exterior. Representantes israelíes y americanos atribuyen el bombardeo al autobús búlgaro, el mes pasado, que asesinó a seis personas, incluyendo a cinco turistas israelíes, a Hezbollah e Irán, diciendo que fue parte de una ofensiva clandestina, que incluyó complots en Tailandia, India, Chipre y otros lugares.
Se cree que, el grupo funciona en todo el continente, Alemania es un centro de actividad, con 950 miembros y partidarios (2011), 900 (en 2010), sostuvo la agencia de inteligencia interior de Alemania en su informe de amenaza anual. El sábado, partidarios de Hezbollah y otros marcharán por el Día anual de Jerusalén, una protesta contra el control israelí de esa ciudad. Los organizadores dijeron, a la policía de Berlín, que atraería a 1000 manifestantes y que dos contra- demostraciones eran posibles.
Hezbollah mantuvo un bajo perfil en Europa, desde los ataques del 11 de septiembre 2001, manteniendo encuentros calmos y juntando dinero que va a Líbano, donde los representantes lo usan para una gama de actividades- construyendo escuelas y clínicas, entregando servicios sociales y , dicen las agencias de inteligencia occidental, llevar a cabo ataques terroristas.
Servicios de seguridad europeos etiquetan a los partidarios del grupo político, pero los expertos dicen que son ineficaces cuando se trata de rastrear las células dormidas, que son las que plantean el mayor peligro. “Esas tienen operarios reales, entrenados en Europa que no fueron usadas durante un largo tiempo, pero si las quieren activar, pueden”, dijo Alexander Ritzmann, asesor político en la Fundación Europea para la Democracia, en Bruselas, quien testimonió ante el Congreso sobre Hezbollah.
La falta de voluntad de la Unión Europea de colocar al grupo en la lista de organizaciones terroristas, además está complicando los esfuerzos de Occidente para enfrentar al bombardeo del autobús búlgaro y el conflicto sirio. La semana posterior al ataque en Bulgaria, el Ministro de RREE de Israel Avigdor Lieberman, viajó a Bruselas para una reunión regular con representantes europeos, donde llamó a la Unión Europea a incluir a Hezbollah en la lista. Pero, su petición, cayó en oídos sordos. “No hay consenso entre los estados miembro de la Unión Europea de colocar a Hezbollah en la lista de organizaciones vinculadas con el terrorismo”, expresó Erato Kozakou-Marcoullis, ministro de RREE de Chipre, que ejerce la presidencia rotativa de la Unión Europea. “Si hubiera evidencia tangible de Hezbollah comprometiéndose en actos de terrorismo, la Unión Europea consideraría colocarlo en la lista”.
La descarnada diferencia en los puntos de vista refleja los variados roles que Hezbollah jugó desde su surgimiento, en Líbano, luego de la invasión israelí en 1982. El ala militante de Hezbollah fue responsable de una serie de secuestros y bombardeos sofisticados en el país y fue acusado de bombardeos en el exterior. Pero el grupo se convirtió en una fuente de servicios sociales que, el agotado gobierno libanés fue incapaz de proveer y, desde entonces, evolucionó hacia una fuerza política con dos gabinetes de ministros y una docena de bancas en el Parlamento.
“Son bastante profesionales en esto, y es algo que, algunos donantes de Occidente, admiten que tiene la impresión positiva en algunos políticos occidentales”, dijo Stephan Rosiny, miembro de investigación en el Instituto de Estudios de Medio Oriente en el Instituto alemán de Estudios Globales y de Zona, de Hamburgo.
Eso en cambio provee de una base para las redes de caridad del grupo entre los inmigrantes libaneses en Europa. “Pueden recolectar dinero para sus instituciones, pero funcionan de manera pública”, dijo Rosiny. “En tanto no están involucrados en política y no funcionan de manera abierta, son tolerados”.
Hasta la fecha, a partir de todos los indicadores hay un acuerdo que, Hezbollah, está ávido de preservar. El Secretario General del grupo, Hassan Nasrallah, dijo que entrar en una “lista negra europea” sería destruir a Hezbollah. Las fuentes de nuestro financiamiento se secarán y las de moral política y apoyo se destruirán”. Y los defensores de Hezbollah destacan que no se produjo ninguna evidencia contundente que ligue al grupo con el bombardeo del autobús búlgaro.
Los expertos cuestionan cómo los representantes de la política europea realizan un seguimiento del tipo de funcionarios, serios y bien entrenados, capaces de organizar ataques versus los donantes de fondos para huérfanos de terroristas con bomba. “No creo que sean capaces de monitorear las actividades de Hezbollah porque Hezbollah es un jugador profesional”, dijo Guido Steinberg, experto en terrorismo del Instituto alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad. “Los partidarios que marchan por las calles con una bandera de Hezbollah no son una amenaza para la seguridad nacional”, dijo Ritzmann. “Estamos más preocupados con los grupos pequeños- vendedor de autos, verdulero o lo que sea- que funcionan de un modo tradicional como célula dormida que podría operar”.
Europa fue, durante mucho tiempo, más tolerante de los grupos islámicos militantes que EEUU. Antes de los ataques del 11 de septiembre, Al Qaeda mantuvo una oficina de información de prensa en Londres. Mucho de la planificación y organización para los ataques se realizó en Hamburgo (Alemania), donde vivía el líder del complot, Mohamed Atta.
En privado, representantes americanos se quejaron, durante años, sobre la renuencia de Alemania de tomar medidas enérgicas sobre los negocios que eluden las sanciones contra Irán. La presión parece validar la pena, cuando Alemania, el año pasado, acordó en incluir al Trade Bank europeo-iraní, con sede en Hamburgo, en la lista negra de la Unión Europea. El miércoles, los representantes de policía alemana arrestaron a cuatro hombres sospechados de enviar válvulas especiales a Irán para usar en un reactor de aguas pesadas.
Sin embargo, donde los gobiernos americano e israelí ven a Irán y Hezbollah preparando su capacidad para el terrorismo internacional, los europeos diferencian entre una red terrorista internacional (como Al Qaeda) y lo que es visto aquí como un conflicto que enfrenta a Israel y EEUU por un lado; contra Irán, Siria y Hezbollah por el otro. Algunos analistas dicen que grupos shiitas, como Hezbollah, plantean menos riesgo que las organizaciones militantes sunitas, como Al Qaeda. “El mayor peligro – por parte de los militantes islamistas- provienen de los salafistas. No de los shiitas sino los sunnitas”, dijo Berndt Georg Thamm, experto en terrorismo en Berlín, refiriéndose a un brazo de línea dura del Islam sunnita. Citó, como ejemplos, al hombre que confesó haber asesinado a siete personas al sur de Francia este año y el hombre armado, que mató a dos pilotos estadounidenses en el aeropuerto de Frankfurt el año pasado. “En lo que concierne a Europa, Hezbollah no es lo que se está moviendo en este momento”.
La brecha en la percepción a lo largo del Atlántico es tan grande que los representantes americanos (más que los europeos) suenan más preocupados sobre la amenaza planteada por Hezbollah a Europa. “Evaluamos que Hezbollah puede atacar, en cualquier momento, Europa o en otras partes, con poca o ninguna advertencia”, dijo, la semana pasada, Daniel Benjamin, coordinador del Departamento de Contraterrorismo del Estado, cuando los representantes del Departamento del Tesoro y de Estado acusaron a Hezbollah de trabajar con funcionarios de la Fuerza Qods, de las Guardias Revolucionarias para entrenar y asesorar a las fuerzas de gobierno sirio.
Holanda declaró a Hezbollah como organización terrorista (2004), sin distinguir entre las alas política y terrorista del grupo. Gran Bretaña diferencia entre las partes, colocando solo el ala militante. “Los británicos lo consideran una herramienta: si cambia lo quitamos de la lista”, dijo Ritzmann. “Los franceses no piensan que sea inteligente colocarlos en la lista de terroristas porque son actores políticos”. Tahmm dijo “No hay una evaluación unificada común sobre Hezbollah”. Y agregó: “y eso no es algo que cambiará en el por- venir”.
Los escépticos en Europa dicen que, como Hezbollah se ha vuelto más político, el grupo se alejó (sino lo abandonó por completo) de su pasado terrorista, e Israel está avivando el temor cuando busca justificar un ataque a las instalaciones nucleares de Irán.
Algunos expertos afirman que los representantes de seguridad en el continente se resisten a colocar al grupo en la lista negra porque parecen considerar una distensión tácita, donde Hezbollah no comete ataques y los representantes de aplicación de la ley europea no interfiere con su labor organizativa y de recaudación de fondos. “Hay temor de atraer la ira de Hezbollah y, quizás, conquistar las operaciones de ese grupo en sus propios países”, dijo Bruce Hoffman, profesor de estudios de seguridad y experto en terrorismo en Georgetown.
“¿Por qué levantar una roca y ver lo que está bajo de ésta?, preguntó.
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