Hace semanas vemos como el odio en twitter se suma, se multiplica y denunciamos las cuentas y nada sucede. A diferencia de facebook e Instagram, dónde las denuncias en estos días tienen eco.
Las grandes empresas se enfrentan a boicots justamente por las expresiones de odio que destilan en sus plataformas. Instagram por ejemplo quitó de su plataforma un post de Florencia Kirchner elogiando a la «empoderada mujer» Leila Khaled, buen ejemplo de que una mujer puede ser exitosa secuestrando aviones.
La protesta, promovida bajo el hashtag #NoSafeSpaceForJewHate, surgió por el manejo de Twitter de una reciente catarata antisemita del artista de rap británico Wiley, y se produjo cuando diferentes grupos han aumentado la presión para que las redes sociales tomen medidas drásticas contra los discursos de odio desenfrenados.
Wiley, de 41 años, cuyo nombre real es Richard Cowie, publicó una serie de tweets antisemitas el viernes, alegando conexiones entre la comunidad judía y el Ku Klux Klan, así como repetidas menciones sobre los judíos y el dinero.
Los tweets estuvieron en pie durante 12 horas antes de que Twitter finalmente borrara algunos de ellos bajo su «política de odio», aunque otros permanecen en la red.
Tiene medio millón de seguidores en Twitter, fue suspendido por siete días de la plataforma. Entre las personas y organizaciones que guardarán silencio hasta el miércoles se encuentran el rabino jefe británico Ephraim Mirvis y su predecesor Jonathan Sacks, miembros del Parlamento, funcionarios electos israelíes y las principales organizaciones judías de Canadá y Estados Unidos. Se sumó a esto ACOM de habla hispana y muchos twitteros en español se han sumado a esta propuesta, incluído líderes no judíos.
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