No es necesario ser un seguidor de teorías conspirativas para darse cuenta de que la frontera norte de Israel en los últimos años se convirtió en un lugar en el que ocurren milagros: uno tras otro, incidentes ricos en pólvora terminan “milagrosamente”.
Hace varias semanas, por ejemplo, un vehículo aéreo disparó misiles contra un jeep de Hezbollah que viajaba por la frontera entre Líbano y Siria. Todos sus ocupantes resultaron ilesos. La respuesta a este ataque israelí fue el saboteo en tres lugares diferentes de la valla fronteriza, en todos los casos sin violación del territorio ni respuesta de las FDI.
En otro incidente, el pasado septiembre, el grupo terrorista chiíta respaldado por Irán disparó un misil antitanque contra una ambulancia militar estacionada cerca de la frontera. Una vez más no se reportaron víctimas. Presuntamente un helicóptero transportó a soldados israelíes a un hospital de Haifa, pero rápidamente los “heridos” se levantaron y alejaron. Tras esto, helicópteros israelíes dispararon contra un escuadrón de Hezbollah, pero fallaron en sus objetivos. Qué casualidad.
Este lunes las FDI divisaron a cuatro terroristas en la zona de Har Dov, que se acercaban armados a territorio israelí a plena luz del día. Fueron repelidos con disparos y artillería pesada, pero una vez más no se recuperaron cuerpos. Otro incidente de la serie que desencadenó un “milagro”.
Desde 2015, cuando Israel supuestamente asesinó a Jihad Mughniyeh, el hijo de Imad Mughniyeh (jefe de operaciones globales de Hezbollah que también fue presuntamente asesinado por Israel en 2008), el grupo terrorista ha estado tratando de establecer una base operativa en el lado sirio de los Altos del Golán, desde el cual atacar a Israel.
En respuesta al asesinato de Mughniyeh junior, Hezbollah disparó un misil antitanque contra dos vehículos del ejército y mató a dos soldados israelíes. Desde entonces, hay indicios de que las dos partes han trazado una línea roja: Israel continúa sus “tratamientos de conducto” en Siria, y el grupo terrorista responde con acciones que «milagrosamente» no conducen a bajas. Es un ritual que se volvió recurrente.
La explicación de todos estos «milagros» a lo largo de la frontera podría encontrarse en las reuniones de un comité no identificado que se reúne periódicamente en la ciudad libanesa de Naqoura, donde la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano tiene su sede desde 1978.
A las reuniones asisten representantes de la ONU, el ejército libanés que representa a Hezbollah, y las FDI. Allí las partes transmiten mensajes, expresan sus quejas y, tal vez, planean esos escenarios milagrosos en la frontera que permite satisfacer a sus respectivos públicos.
Ynetnews
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