La semana pasada fue dramática para Israel, y no menos para las naciones árabes. ¿Un acuerdo de paz con un estado árabe , y algunos más interesados, sin nada a cambio? ¿No hay demanda de vínculos palestinos? ¿Podría ser?
Es un movimiento asombroso. Una persona que viviera en nuestra región en las décadas de 1960 y 1970 se sentiría mareada con todo lo que está sucediendo aquí. El denominador común es claro, no se equivoquen: esta alianza se basa en el gran temor de las naciones sunitas moderadas a la hegemonía de Irán, para ellos, este es un peligro inmediato y existencial. Cuando Israel liderado por Netanyahu libra una campaña decidida contra los iraníes y sus metástasis, es un hecho que se forjaría una alianza contra esta amenaza.
Sin embargo, los palestinos ven esta situación y están deprimidos. De facto, el mundo árabe los ha abandonado. No tienen ninguna influencia. No tienen control sobre nada y su lucha aparentemente aburre al mundo árabe.
No estoy convencido con las afirmaciones que dicen que el congelamiento de la soberanía en el Valle del Jordán dio a los estados árabes la oportunidad de acompañarnos hacia un acuerdo. Esas declaraciones son de boquilla, al igual que la preocupación de Nasser, quien dirigió el mundo árabe en la década de 1960, y afirmó que Egipto está comprometido con los palestinos. Estas declaraciones son para uso interno, pero de hecho estamos hablando de un claro interés regional. Como entonces, así es hoy. La única diferencia es que entonces estaba en contra de Israel, y hoy todo está cambiando ante nuestros ojos.
No es de extrañar que Hamas se esté moviendo. Incluso en Gaza entienden que se están convirtiendo en un tema abandonado y poco interesante, ciertamente no una condición para nada. Miran y no pueden creer lo que ven: los estados árabes que se unen a Israel y se dan cuenta de que no solo no es el problema, sino la solución. Qué asombroso recordar que hace solo 50 años no estaban dispuestos a pensar en un vínculo con nosotros. La Conferencia de Jartum y los famosos «Tres Nos» hablaron por sí mismos.
¿Qué hará Hamas? La respuesta es clara. Como parte de «la alianza de los oprimidos», Hamas dispara, se desvía de su camino, pero sigue estando restringido. Los iraníes tienen una clara influencia sobre este proceso. ¿Qué más les queda excepto «estimular» a los oprimidos? Irán influye en lo que sucede en Gaza, eso no es nuevo. Hamás entiende que no tiene otro patrón. Así se forjó la conexión entre los ayatolás y los oprimidos en Gaza. Como de costumbre, los palestinos, en lugar de subirse al vagón del acuerdo, se niegan y se unen a los odiados. Crónica de una historia predicha, hay que decirlo.
El resto está claro. Mientras Israel fortalezca sus lazos con el mundo árabe, los palestinos continuarán recluidos y reaccionarán con lo que tienen. Intentarán llevar a Israel a una escalada, calentar las cosas, los iraníes animarán, financiarán, equiparán, cualquier cosa que todavía sean capaces de hacer.
Mientras se intensifique la alianza entre Israel y los árabes, la situación de los palestinos empeorará. Solo un liderazgo pragmático puede contener la situación y conducir a una tranquilidad a largo plazo. De un mes a otro, el dilema para los palestinos se hará más claro: si continúan hostigando a Israel y son golpeados nuevamente, o si de una vez por todas hacen una «salida» y maximizan su posición antes de que desaparezca totalmente. En este punto, no parece haber signos de internalización.
Estos temas adquieren un nuevo significado cuando se le preguntó al presidente libanés sobre la opción de la paz con Israel. No lo descartó. «Tenemos cosas que arreglar con ellos», dijo. Este es un presidente de un estado de Hezbollah, patrocinado por Irán.
El mundo árabe está pasando por una revolución, Israel se ha convertido en un amigo preferido. Mientras no haya un cambio estratégico entre los palestinos, continuaremos viendo más provocaciones de ellos. Por su parte, por ahora, prefieren estar del lado oprimido.
Coronel (res.) Ronen Itsik
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
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