Los pensamientos sobre el Nuevo Año

Ana Jerozolimski

Semanario hebreo. Uruguay

Al caer la noche, el pueblo judío celebra la llegada del nuevo año, el 5773 según el calendario hebreo. Es una hermosa ocasión para compartir , en el marco familiar, no sólo el calor mismo de la reunión con los seres queridos, sino los sueños y las esperanzas.

Hoy, cuando en los hogares judíos del mundo todo ya casi comienzan los preparativos para Rosh Hashaná y en Israel el ambiente pre-fiesta se siente claramente en cada esquina, quisiéramos compartir con nuestros lectores algunas de los pensamientos que la fecha nos inspira.

Paralelamente a la alegría de los momentos  compartidos en la fiesta, está la tristeza por quienes ya no están físicamente con nosotros, aunque siguen acompañándonos siempre. Y más allá de nuestras respectivas situaciones personales, está la conciencia sobre los menos afortunados que también en año nuevo necesitan de la ayuda de otros para salir adelante…y que seguirán necesitándola en el transcurso del  nuevo año.

Por eso, esta es una ocasión para felicitar a todos aquellos que en el marco de diversas instituciones de la colectividad judía del Uruguay o como iniciativas particulares propias, aportan a los más necesitados, apoyan sin pedir nada a cambio.

Es gracias a esa gente que se concretan becas en las escuelas judías para quien no puede pagar, que se financia un comedor público, que se ayuda al Hogar Israelita, que se permite todo tipo de emprendimientos que no podrían concretarse sólo con  ideales y buena voluntad.

Inevitablemente, en lo que se refiere al ámbito público, nacional, colectivo, giran en torno a los desafíos , pero también a las posibilidades..o sea las esperanzas de lidiar con ellos adecuadamente.

El antisemitismo levanta cabeza en diversas partes, motivado por neo nazis y xenófobos conocidos de siempre, pero hoy en día también por el “nuevo antisemitismo” originado en círculos islamistas. Particular fuerza irradia al respecto el mensaje de la República Islámica de Irán, cuyo discurso público combina el llamado a la destrucción de Israel con una retórica claramente antisemita, que hasta acusa a los judíos de  hacer propagar la homosexualidad en el mundo. Dicho sea de paso, es interesante cuan evidente resulta la diferencia entre un enfoque liberal y uno propio de un régimen oscuro: Israel suele destacar la libertad de la que gozan los gays  en Tel Aviv, que se ha convertido en símbolo de ciudad abierta, mientras que Irán presenta a esta gran urbe israelí como ejemplo de la “corrupción moral”  del Estado judío , porque es “paraíso” para los homosexuales, según publicó días atrás el periódico iraní “Mashregh News”.

El problema, claro, no es sólo ideológico. En demasiados lugares se han registrado horrorosos ataques antisemitas en los últimos tiempos. La entereza con la que sigue adelante, por ejemplo, el rabino de Berlín que fue agredido, nada quita a la gravedad de lo sucedido.

Las comunidades judías en América Latina no están a salvo del problema. Sin embargo, mientras también en países libres y democráticos de la región el antisemitismo podrá expresarse más que nada como iniciativa individual de quien alberga ese odio irracional, en aquellos donde el autoritarismo impera-aunque haya nacido de elecciones- y donde en aras del anti americanismo se ve en Irán a un aliado legítimo y defensor de la razón y la verdad, el peligro es diferente. Es por eso que muy especialmente para los judíos de Venezuela, donde el Presidente Chávez no oculta siquiera su antisemitismo, la situación es especialmente delicada. Pero no sólo para ellos, ya que Chávez abrió la puerta a Irán  y el peligro es tal para el continente todo…no sólo para los judíos.

El desafío en este sentido, es enorme..y la mayor esperanza radica en la posibilidad de concientización de los gobiernos en la zona acerca de la necesidad de impedir el avance iraní. El precio lo terminarán pagando no sólo los judíos. Basta con recordar que entre los muertos en la AMIA, había muchos no judíos .

No hay que esperar momentos de prueba para demostrar que se capta la dimensión de los peligros.

El nuevo año judío, es un buen momento para recordarlo.