Salmo 126 leemos: «Cuando Dios nos devuelva a Sión, seremos como soñadores».
El rey David nos dice que cuando regresemos a Sión, a la patria de nuestras antiguas tribus y donde nació nuestra historia, la realidad brillará con los mismos colores brillantes y la misma belleza que imaginamos en nuestros sueños.
La semana pasada, tuve el honor y el privilegio de participar en una delegación encabezada por el Ministro de Relaciones Exteriores SE Dr. Abdullatif bin Rashid Al-Zayani a Israel, la primera vez que los funcionarios de Bahrein aterrizaron en Israel, volando en nuestra aerolínea nacional, el vuelo número 972 de Gulf Air. Si bien fue histórico y memorable para todos, fue particularmente emocionante para mí como judía de Bahrein.
Esta fue mi primera visita a Israel. Como sabrán, fui la primera judía en ser nombrada embajadora de Bahrein y la primera mujer en servir como embajadora de Bahrein en los Estados Unidos. Durante mis cinco años de servicio en Washington, hice muchos nuevos amigos y a menudo me preguntaban si había estado en Israel. Siempre dije: «Todavía no». En mi corazón, esperaba y oré por la oportunidad, pero estaba decidido a esperar el momento en que las circunstancias permitieran tal visita. Como ciudadana leal y comprometida de Bahrein, naturalmente respeté la realidad de la situación. Solo pude soñar. Y la esperanza. Y la espera. Y sueña un poco más. La semana pasada, ese sueño se hizo realidad.
Deseo agradecer a Su Majestad, el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa y Su Alteza Real, el Príncipe Salman Bin Hamad Al Khalifa, el Príncipe Heredero y Primer Ministro, por su liderazgo, visión y coraje para liderar nuestra nación con orgullo y valentía hacia el futuro. mediante la firma de los Acuerdos de Abraham. Yo, al igual que mis conciudadanos bahreiníes, expreso nuestro apoyo y entusiasmo por la oportunidad que han aprovechado nuestros líderes y la promesa que representa de construir una vida mejor con seguridad y oportunidades para todos nosotros y para las generaciones futuras.
2020 ha sido un año difícil para todos nosotros mientras continuamos luchando contra la pandemia que se extiende por todo el mundo. Sin embargo, 2020 también fue histórico de manera positiva. Fue entonces cuando Bahréin, Israel y los Emiratos Árabes Unidos decidieron allanar el camino hacia una visión audaz del nuevo Medio Oriente. Durante este tiempo, el mundo ha cambiado sobre su eje de una manera muy positiva. En medio de un mundo que enfrenta tantos problemas difíciles, una pandemia, desafíos económicos, malestar social, el Medio Oriente nos da a todos un rayo de esperanza.
Esto me recuerda una hermosa historia del Libro de los Salmos del rey David. En el Salmo 126 leemos: «Cuando Dios nos devuelva a Sión, seremos como soñadores». Nuestros Sabios preguntan: “¿Cuál es la razón por la que deberíamos ser como soñadores? ¿No es lo suficientemente buena la realidad? Y la respuesta ofrece una visión conmovedora. Con demasiada frecuencia, cuando anticipamos algo, cuando imaginamos lo que será, nuestra imaginación lo construye tanto que la realidad está destinada a decepcionar. Pero el rey David nos dice que cuando regresemos a Sión, a la patria de nuestras antiguas tribus y donde nació nuestra historia, la realidad brillará con los mismos colores brillantes y la misma belleza que imaginamos en nuestros sueños.
Al reflexionar sobre mi visita a Israel la semana pasada, estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de estar allí. Fue la manifestación de un sueño que soñé desde que era una niña pequeña y la semana pasada se hizo realidad. Cuando nos embarcamos en el vuelo de regreso a Manama, pensé en cómo uno de los impulsores de los Acuerdos de Abraham era crear un futuro mejor para nuestros hijos, el suyo y el mío. Les estamos dando un ejemplo que se enfoca en construir relaciones, no muros. Uno que les recuerda que juntos somos más fuertes. Rezo para que todos nos dediquemos ahora al gran trabajo que tenemos por delante para hacer realidad los sueños de la juventud de nuestra región y eso es más amplio que solo la juventud de Israel y el Golfo. Incluye a niños palestinos, libios, sirios y yemeníes.
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
Mi primer viaje a Israel, se remonta al ya lejano verano del 95, dando asi cumplido en aquel entonces, un sueño largamente acariciado …un viaje que pese a los años trascurridos , recuerdo aún con total nitidez …fueron aquellas casi 7 semanas de encuentros y descubrimientos repletos de significado, de emociones tambien, en las cuales recorrir por carretera el pais de norte a sur, y de éste a oeste, con una tarjeta de «Israbus»recien adquirida en la oficina de la compañia, situada en la c/ Bograsoff de Tel Aviv ..su enorme diversidad orográfica, asi como étnica y cultural,y su desbordante vitalidad, me fascinó desde el primer instante, asi como la cohabitacion entre pasado y presente, entre oriente y occidente , entre tradicion milenária y tecnologia punta … que aquella fusion tuviera ademas lugar en un territorio de dimensiones tan exíguas, núnca dejó de sorprenderme y a la vez admirárme …
Israel representaba para mi, la «Tierra prometida» una conviccion que aún mantengo, y que entonc hoy al igual que entonces, me lleva a poner en ella una mirada «diferente» en la cual el elemento espiritual no es ajeno, sino determinante …
En cuanto al éxilio del pueblo judio, a su larga diáspora, ésta no culminará del todo con su regreso a Sion, su subida (aliyá) a la tierra ancestral de Israel, en tanto no se produzca en ella, una transformacion interior que ofrezca sentido y contenido a la misma …solo entonces se cumplirá la profecia davídica recogida en el citado Salmo 126 … Israel es llamado a ser hoy como ayer, una nacion apartada para El Altisimo, un pueblo santo, algo que «encaja» mal con el Israel secular que observamos hoy en dia, y con los dimes y diretes politicos al úso …será pues precisa una «catársis colectiva» propiciada desde «arriba» para hacer recobrar a éste pueblo, su sentido primigénio, su vocacion y destino ante D- y ante el resto de las naciones de la tierra …