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| lunes diciembre 23, 2024

El caso Sarah Halimi


La fatídica madrugada del 4 de abril del 2017, Sarah Halimi, una médica judía jubilada de 65 años fue asaltada, torturada, vilmente asesinada y lanzada salvajemente por el balcón de su casa en un tercer piso en París por Kobili Traoré, un refugiado de Mali de 27 años que estaba en ese momento con unos familiares en un piso vecino, con gritos de “maté a Satanás”, “cerda judía” y “Allahu akbar”. Un crimen de odio antisemita atroz y horrible.

En diciembre del 2019, un tribunal inferior francés decidió exonerar al asesino de un juicio penal aduciendo que el acusado ­sufría “alucinaciones” debido al “consumo de estupefacientes que comprometían su conciencia”.

Mucha gente está pidiendo una ley que elimine el consumo de drogas como atenuante en un crimen de odio

Pero lo más escandaloso se ha producido hace unos días, el 17 de abril, cuando la Corte de Casación de Francia, es decir, la Corte Suprema de Apelaciones, el tribunal más alto de la justicia francesa, ha dictaminado que el ­homicida no puede ser juzgado porque “estaba en un estado de delirio mental agudo provocado por su consumo de cannabis”, palabras textuales de la sentencia.

Este fallo judicial ha sido recibido con suma indignación y consternación en todo el mundo judío y también por parte de todas las organizaciones inter­nacionales que luchan contra el antisemitismo. Un auténtico escándalo que incluso ha llegado al enfrentamiento de los poderes ­legislativo y judicial franceses y que pone de manifiesto la impunidad de la judeofobia de tinte islamista cada vez más en auge en Francia y en Europa.

El asesino estuvo los días an­teriores acudiendo a una mez­quita cerca de allí y acumulaba más de 20 delitos violentos. Y su adicción a la marihuana ha sido clave para eludir el juicio.

Mucha gente está pidiendo una nueva ley que lleve el nombre de Sarah Halimi que elimine el consumo de drogas como atenuante en un crimen de odio. Otros exigen que la calle donde vivía y donde la asesinaron tenga su nombre. Infinidad de iniciativas en memoria de esta mujer cuyo único pecado fue ser judía y víctima de un crimen de odio irracional y muy enraizado.

Durante esta semana y la que viene se han producido masivas manifestaciones en las calles de París y en las principales ciudades francesas, así como en Bru­selas, Londres, Miami o Tel Aviv para protestar contra esta polémica decisión judicial.

Es inverosímil que en España ningún medio de comunicación se haya hecho eco de esta terrible noticia. Es importante informar de estos atropellos judiciales a cualquier minoría.

 
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