Foto Amos Ben Guershom GPO
El flamante Primer Ministro de Israel Naftali Bennett se halla en una situación singular. Partidos cuya ideología es muy diferentes de la suya en lo relacionado por ejemplo al conflicto israelo-palestino, lo apoyan con entusiasmo, para garantizar la vida de la coalición de cambio, mientras quienes se hallaron siempre de su lado en lo que a la parte ideológica política se refiere-la actual oposición encabezada por el Likud- lo critica duramente.
El punto central de la crítica , por la cual el ex Primer Ministro Netanyahu no lo considera un jefe de gobierno legítimo, es el hecho que contrariamente a lo que prometió durante la campaña electoral, Bennett hizo acuerdo de coalición con su hoy Canciller Yair Lapid del partido de centro Yesh Atid y con el partido árabe Ra´am. Hay mucho para responder a Netanyahu al respecto, pero ese no es el tema de esta nota.
Jason Perlman, asesor independiente que comenzó a trabajar con Naftali Bennett como tal en el 2018, cuando era Ministro de Educación y de Diáspora, conoce la situación a fondo, y pide poner las cosas en la proporción debida.
“Bennett se hallaba en una situación en la que ineludiblemente tenía que no cumplir alguna de sus promesas electorales”, nos dice. “Pero recordemos: una era respecto a con quién no sentarse, y la otra promesa, muy clara, era no llevar al pueblo a nuevas elecciones. Optó por cumplir esa última, estimando que si se hubiera ido a las urnas, la situación no habría cambiado en forma tajante y volveríamos al mismo punto. ¿Para qué?”.
Mientras en la actual oposición condenan a Bennett acusándolo de transar en cosas importantes para el país para ser Primer Ministro, Jason Perlman, su ex asesor, ve la situación desde otro ángulo sumamente distinto. “Yo no tengo dudas de que Bennett puede defender con firmeza su ideología y al mismo tiempo dejar en claro que debemos saber transar, encontrar las formas de hallar acuerdos por el bien del pueblo”, nos dice. “A mí me parece claramente que Bennett convirtió la opción más problemática en un mensaje de unidad, algo muy necesario en este momento. Está decidido a cambiar el tono de diálogo, a poder discrepar de otra forma”.
En la sesión de la Kneset llevada a cabo el domingo 13, en la que prestó juramento el nuevo gobierno, Bennett dijo claramente que está “muy orgulloso de sentarme con gente que piensa distinto que yo”. Se lo recordemos a Jason Perlman y sostiene que esa no fue meramente una frase de discurso. “Eso es muy cierto. Bennett tiene la capacidad de escuchar , de sentarse con gente que piensa diferente y buscar la forma de hacer cosas juntos”.
Preguntamos si considera que él entiende que no podrá implementar gran parte de su ideología y damos como ejemplo el hecho que Bennett- que viene de un partido ubicado a la derecha del Likud en temas del conflicto con los palestinos-trató de promover en su momento la declaración de la soberanía israelí en los así llamados “territorios C” de Judea y Samaria. Se trata de aquella parte del territorio que según lo determinado en el acuerdo de Oslo con los palestinos, está bajo control de Israel. Allí casi no hay población palestina.
“Bennett como Primer Ministro, junto con todo el gobierno, pondrá énfasis en trabajar en las cosas sobre las que hay concordancias”, responde Perlman. “Se intentará dejar a un costado los puntos principales de discordia. Hay mucho que hacer en numerosos temas sobre los que no hay grandes diferencias”. Y agrega: “Este gobierno empieza a trabajar tras dos años de caos . No estaremos de acuerdo en todo, pero hay mucho que hacer”.
Comentamos a este ex asesor y portavoz de Bennett que en la prensa internacional se lo presenta a menudo como “nacionalista” o “ultranacionalista”, en el mejor de los casos, por no usar términos más tendenciosos de evidente intencionalidad negativa. “Diria ante todo que Israel es mucho más que el conflicto con los palestinos, presentado a menudo afuera de modo tendencioso”, señala Jason Perlman. “Pero lo más importante es destacar que Israel es una democracia, una sociedad compleja con numerosas voces y comunidades y todo tipo de visiones. Y en ese marco, recuerdo muy bien cuando Bennett, cuando se desempeñó como Ministro de Economía, fue a las localidades de Rahat y Houra a ver cómo fomentar mejores oportunidades de empleo. Y como Ministro de Educación dedicó muchos esfuerzos a la periferia para que los niños allí, también árabes y también haredim (ultraortodoxos) alcancen importantes logros en sus estudios”.
Con esa convicción personal por lo que conoció de cerca en el hoy Primer Ministro de Israel, Perlman recalca: “No tengo dudas que trabajará para todos, para avanzar en cosas que estaban estancadas por las crisis políticas . Yo recuerdo cuando lo vi por primera vez, creo que era en el 2012, en mi sinagoga. Era la campaña política de su partido. Y Bennett habló allí de la importancia de la osadía y la determinación en el liderazgo. Y tiene ambas cosas hasta hoy”.
Cuando Jason trabajó con Bennett en su calidad de Ministro de Educación y de la Diáspora, lo acompañó en el viaje a Pittsburgh en Estados Unidos, a raíz de la matanza del atentado antisemita en la sinagoga. “Tengo clarísimo cuán importante le es el tema del estrecho vínculo con el pueblo judío, y de la buena relación entre las comunidades judías y el Estado de Israel. Con todos”.
Bennet es el primer jefe de gobierno israelí religioso, con kipá. Es considerado un ortodoxo liberal. Le preguntamos a Jason Perlman si cree que Bennett se habrá ofendido cuando el diputado Yaakov Litzman , le llamó de “reformista”, como si fuera un insulto (en referencia a una corriente del judaísmo que la ortodoxia haredi rechaza tajantemente) y le dijo “que se quite la kipá”.
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“Yo no puedo decir si él se ofendió en lo personal, no hablé con él de eso”, respondió Perlman. “Pero yo, que también llevo kipá y apoyo este gobierno de cambio, me ofendí. Y me es difícil explicarles a mis hijos que alguien que se ve como un rabino hable así”.
En medio de las álgidas discusiones que está claro no desaparecerán en los próximos días, Jason Perlman, ex colaborador y vocero de Naftali Bennett, no tiene dudas que el nuevo Primer Ministro de Israel tiene las características necesarias para dirigir debidamente al país y llevarlo por buen camino.
Que así sea. Amén.
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