Guillermo Tomoyose
LA NACION
Es la cuna de los procesadores de bajo consumo de Intel, del ICQ y de parte de los servicios de PayPal, entre otros; el periodista Saul Singer escribió un libro con los hitos más destacados de los emprendedores israelíes en su libro Start-Up Nation
ntel, PayPal e incluso el entrañable mensajero ICQ tienen como origen de sus más grandes proyectos, servicios y productos, en mayor o menor medida, a Israel, un país con poco más de medio siglo de existencia como nación y siete millones y medio de habitantes.
«Lo interesante de esto es que durante mucho tiempo nuestro país no era conocido por sus virtudes tecnológicas, sino por sus desarrollos agropecuarios en terrenos desérticos», cuenta Saul Singer, el redactor jefe editorial del The Jerusalem Post que escribió junto a Dan Senor Start-Up Nation , la historia del milagro económico de Israel . De visita invitado por la embajada de Israel en la Argentina para participar en una serie de conferencias y presentar la edición en español del libro, el autor repasa algunas similitudes que llevaron a calificar al país como uno de los polos tecnológicos más prometedores del mundo.
«Con poco más de medio siglo como nación, en un entorno hostil y con una geografía poco apta para la agricultura, la única forma de enfrentar estos desafíos era desarrollando la mejor tecnología», cuenta Singer.
De la misma forma esa franja comprendida entre San Francisco y San Jose se erigió como uno de los centros tecnológicos por excelencia en Estados Unidos, por el impulso de compañías como Intel , una compañía cuyos fundadores habían formado parte de Fairchild Semiconductor, o HP ( que nació en un garaje de Palo Alto ), entre muchas otras, presentes en un área relacionada con el desarrollo militar.
Además de contar las particularidades de la idiosincrasia de los emprendedores en Israel, críticos al punto de parecer maleducados e impertinentes, Singer cuenta en Start-up Nation cómo el entrenamiento militar obligatorio que tienen los jóvenes define desarrollos tecnológicos que terminan convirtiéndose en empresas valuadas en millones de dólares.
Uno de esos casos reflejados es el de Fraud Sciences, una pequeña compañía israelí cuyo sistema de análisis de fraude fue adquirida por PayPal por 169 millones de dólares en 2008. Su modalidad de análisis estaba basada en la identificación de los rastros que dejan los usuarios en Internet: la idea es que los usuarios buenos (los inocentes) no tienen nada malo que ocultar y no se preocupan en borrar sus rastros: es una suerte de prueba de inocencia estadística.
Sus cofundadores habían adquirido estos conocimientos por su trabajo previo en la Unidad 8200, el equipo de inteligencia de elite de Israel para determinar el patrón de comportamiento en la Red y así identificar y prevenir potenciales atentados.
De esa misma unidad también surgieron los fundadores de Checkpoint, una compañía de seguridad valuada en 5000 millones de dólares que cotiza en Nasdaq.
Más allá del público general
Para Singer, el papel de Intel es relevante como uno de los ejes de la base tecnológica de Israel. «Su papel es comparable al que tuvo HP en Silicon Valley con todo el ecosistema emprendedor que tuvo la región en las décadas posteriores», agrega el periodista, aunque también aclara que la creación de emprendimientos va más allá de la presencia de una gran compañía.
De cierta forma, muchos de los emprendimientos iniciados en Israel tienen poca llegada al público. «Son desarrollos y tecnologías que se encuentran dentro de impresoras, routers, equipamiento médico y plataformas de transacciones comerciales, entre muchas otras cosas, además de la reputación de Israel en el área de chips», explica Singer, y señala que el tamaño local del mercado también afecta estas pretensiones, en donde los emprendimientos nacen con el objetivo de ser proyectos globales.
Además de repasar las características propias del emprendedor en Israel y su entorno, el principal motor de su investigación de The Start-up Nation relata gran parte de esas historias del mundo tecnológico que, a su manera, trascendieron más allá de sus fronteras.
ICQ, la gran excepción
El servicio de chat fue creado por Arik Vardi, hijo de Yossi Vardi , un destacado inversionista israelí, a fines de 1996. ICQ irrumpió en la escena de una Internet basada en la Web con una plataforma de chat con rasgos sociales, y Singer la señala como una de las excepciones ya que es uno de los pocos emprendimientos que tuvieron una llegada al usuario final. Su caso fue una fuente de inspiración para la siguiente generación de emprendedores de Internet en Israel, aún a pesar de la crisis de burbuja de las puntocom.
Si bien ya existían en Internet existían otras opciones como el chat de America On Line, esta propuesta se encontraba restringida a los clientes de esta compañía. ICQ creció mucho más rápido en el boca a boca: su bocina de inicio característico, los mensajes que se podían enviar aún cuando los contactos estaban fuera de línea y los perfiles detallados de sus miembros que se podían localizar en un buscador eran revolucionarios para su época.
En su primer año ya contaba con 5 millones de usuarios, fue adquirida por AOL en 407 millones de dólares en efectivo, una cifra record para una empresa israelí y a fines de 1999 ya contaba con 50 millones de miembros.
El puntapié inicial
«Comparo el papel que tuvo Intel en Israel con HP en Silicon Valley», cuenta Singer sobre la principal empleador privado de Israel. Su centro de investigación fue el responsable de varios de los hitos de la compañía en el mundo de la computación en las últimas décadas, desde el desarrollo y fabricación del chip 8088 presente en la primera PC IBM hasta los diversos avances que se produjeron en la siguiente generación de procesadores.
En uno de los puntos de inflexión de la compañía, el desarrollo de microprocesadores de bajo consumo se impuso desde el desarrollo que impulsaron el equipo de Dov Frohman, fundador de Intel Israel, y Mooly Eden con la primera camada de chips Centrino, utilizados en las computadoras portátiles y que impulsó el uso de la conectividad inalámbrica Wi-Fi.
Un futuro con estaciones de baterías
Si no se venden vehículos con tanques de gasolina que duren un año, en la firma Better Place se preguntaron por qué se debería exigir a los autos eléctricos una autonomía mayor. Ante las limitaciones técnicas, su compañía propuso una red de cambio de baterías en reemplazo de las actuales estaciones de servicio para paliar el déficit que tienen este tipo de vehículos.
Su fundador, Shai Agassi , con 24 años fundó Top Tier, una compañía que SAP compró por 400 millones de dólares y en la cual terminó por ocupar el cargo de CEO. En una de sus participaciones en el foro de Davos, el ejecutivo se planteó la posibilidad de eliminar la dependencia que genera el petróleo con una propuesta de vehículos eléctricos.
Shai Agassi en la presentación de Better Place en TED (en inglés)
Better Place toma partido de una de las aparentes limitaciones del reducido tamaño del mercado de Israel, con habitantes que rara vez salen del país con su vehículo, al implementar una red de estaciones que aseguraban el cambio seguro de una batería de auto en sesenta y cinco minutos.
A su vez, su asociación con Nissan le permitió presentarse en el restrictivo mercado japonés como una alternativa válida para promover el uso de los vehículos eléctricos y extender su propuesta de forma global, y así contribuir a que las ideas nacidas en un país que tiene un territorio apenas más pequeño que el de Tucumán y un producto bruto interno cuyo volumen es aproximadamente la mitad del argentino.
http://www.lanacion.com.ar/1524165-como-israel-se-convirtio-en-la-silicon-valley-de-medio-oriente
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